Arrancó la temporada de premios. Acorde a los tiempos pandémicos, la 78va edición de los premios Globo de Oro resultó extraordinaria por lo atípico. Por empezar, fueron extraños tanto en tiempo
como en espacio. Es que la fecha fue extraña: siempre se desarrollan a principios de enero. Y fue la primera vez en la historia en que se transmitieron desde más de un lugar.
En el salón del hotel Beverly Hilton de Los Ángeles estuvo una de las dos anfitrionas, Amy Poehler, mientras que la otra conductora, Tina Fey, transmitió en vivo desde la costa este, desde el The Rainbow Room, en la parte superior del Rockefeller Center, en Nueva York.
Las comediantes volvieron a ser responsables de la presentación y animación después de que lo hicieran en 2013, 2014 y 2015, en tres intervenciones muy recordadas por las altas dosis de acidez que pusieron en cada uno de sus discursos de apertura.
Tina Fey, desde Nueva York, y Amy Poehler, desde Beverly Hills, fueron las presentadoras. Foto AP
Y empezaron a dúo, muy sincronizadas a pesar de que miles de kilómetros las separaban. Pantalla partida mediante, parecían estar en el mismo lugar. E hicieron el gag esperable: Fey estiró el brazo para acariciar a Poehler, y un brazo apareció del otro lado tocando a la rubia.
En su afiliado monólogo a dúo, incluyeron un palo para la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA; por sus siglas en inglés), entidad organizadora de los premios: dijeron que estaba integrada por “unos 90 miembros blancos”.
Cabe recordar que la entidad llegó a la gala envuelta en una polémica. El diario Los Ángeles Times publicó una detallada investigación sobre la lógica sectaria de los 87 miembros de la Asociación, que tienen puestos prácticamente vitalicios, y reciben prebendas de todo tipo a cambio de nominaciones y premios.
Daniel Kaluuya, el primer premiado de la noche.
Laura Dern fue la encargada de presentar el primer premio. Daniel Kaluuya cumplió los pronósticos y fue elegido mejor actor de reparto por Judas and the Black Messiah. Enseguida llegó el primer blooper de la noche: la conexión se cortó y Dern tuvo que disculparse. Pero enseguida se revirtió la situación y el actor pudo agradecer.
Angela Basset presentó el premio a mejor actor de reparto en serie, que fue otro guiño a la comunidad negra y otro premio cantado. Esta vez el elegido fue John Boyega por su trabajo en Small Axe. Así, los Globos de Oro intentaban saldar las acusaciones de racismo que los salpicaron en el pasado.
Christian Slater anunció el premio a mejor actriz de serie de comedia. Y otra vez la favorita resultó la favorecida: fue Catherine O’Hara, por Schitt’s Creek. La actriz y la serie ya habían sido premiadas en los Emmy.
Soul, el éxito de Pixar/Disney, se llevó el premio a mejor película animada. Y enseguida aparecieron tres miembros de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood para prometer que la entidad, en el futuro, será diversa e incluirá a todas las minorías.
(Noticia en desarrollo)
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