El desesperado reclamo del intendente de Rosario: “Muchas balas, mucha sangre, necesitamos que nos cuiden”

sesiones ordinarias del Concejo Deliberante local al abordar esa problemática.

“Somos una ciudad de gente paciente, pero todo tiene un límite. Muchas balas, mucha sangre. Necesitamos que nos cuiden más”, imploró Pablo Javkin.

“Rosario le da demasiado a la provincia y al país. Ya es hora de que nos devuelvan el derecho a poder ir a trabajar, estudiar y estar en la calle sin temor a que nos roben o nos maten”, alertó.

El intendente habló de la pandemia, de las obras y de las quemas en las islas, pero dedicó un tramo destacado para abordar el tema que más preocupa a los rosarinos.

“Se lo pido al gobernador en cada reunión, y al presidente: necesitamos más fuerzas de seguridad en las calles, investigación para desarmar las economías criminales y una justicia ágil. Nos merecemos dejar de vivir con miedo”, reclamó.

La ciudad contabiliza en los primeros dos meses del año un total de 39 homicidios, uno cada 38 horas. Pero además se multiplican los arrebatos y las balaceras.

Las peleas entre bandas delictivas, centralmente dedicadas al negocio narco, han puesto en jaque a múltiples barrios de la ciudad. El problema de la inseguridad, aseguran los investigadores, se agravó además por los efectos de la pandemia.

“Reclamamos resultados directos de mayor impacto a la hora de proteger a los vecinos. Más patrulleros, más motos policiales, más luces azules cuidando a nuestros vecinos. Realizamos un pedido al Gobierno nacional para el envío de fuerzas federales a la ciudad”, subrayó el intendente.

Javkin pertenece al Frente Progresista Cívico y Social, una fuerza que integra a socialistas, radicales, la Coalición Cívica y el GEN, entre otras representaciones partidarias. A pesar de ello mantiene un diálogo fluido con el gobernador peronista santafesino, Omar Perotti. “No miramos para el costado. No naturalizamos la violencia. Cada uno debe hacer lo suyo”, aceptó.

En el recinto del Concejo Deliberante, donde ofreció el discurso, estaban presentes familiares de víctimas de la inseguridad.

Javkin recordó entonces a dos jóvenes que el año pasado murieron en episodios emblemáticos: Carlos “Bocacha” Orellano (23), quien falleció tras ir a un boliche, un episodio por el que están imputados por homicidio con dolo eventual dos policías y dos patovicas; y a Sebastián “Oso” Cejas (38), asesinado durante un robo a metros del hospital donde su padre estaba recibiendo un servicio de diálisis.

“Gracias por enseñarnos el valor de pelear día a día para resignificar el dolor y buscar la paz en la ciudad. Para ganarle a los violentos debemos reconstruir los vínculos en cada barrio y eso es lo que ustedes nos marcan”, comentó dirigiéndose a los familiares de Orellano y Cejas.

La problemática de la violencia urbana sacude a Rosario desde hace algunos años, con un pico marcado en 2013, el año con mayor cantidad de crímenes: 271.

En 2020, el 56,8% de los homicidios registrados en la provincia ocurrieron en el Gran Rosario. Fueron 212 sobre un total de 373, con una tasa cada cien mil habitantes de 16,42 asesinatos, según datos del Observatorio de Seguridad Pública. Es la cifra más alta en los últimos cinco años.

Ocho de cada diez víctimas fueron atacadas con armas de fuego. La facilidad con la que bandas y delincuentes acceden a armamento explica, también, el fenómeno de la violencia. El Gran Rosario tuvo 871 heridos de bala durante 2020, una tasa de 72,45 cada 100 mil habitantes.

El 47,2% de los homicidios ocurridos el año pasado tiene relación con las economías ilegales y las organizaciones criminales, el 29,2% se debió a conflictos interpersonales y el 7,5% fue en ocasión de robo.

LM

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