La oposición intima la apertura de Diputados
Al Gobierno no se le juntan los adversarios solamente. Se le acumulan los problemas, y eso le quita más oxígeno,
justo cuando más le hace falta, en la previa a las elecciones. A la peste y la malandanza económica, se le suma ahora la pelea en el Gabinete sobre la administración de la Justicia y, por si fuera poco, el tumulto político de Formosa, que vuelve insoportable cualquier imagen de unidad. Nadie en el Gobierno critica a Gildo Insfrán, incorrecto, desprolijo y autoritario, pero tampoco nadie lo apoya, salvo con el silencio. Este puñado de temas lleva la oposición este martes al Congreso.
Sergio Massa tiene una cita con Mario Negri, Cristian Ritondo y Juan Manuel López, caciques del interbloque de Juntos por el Cambio, para resolver si se abre o no la Cámara, o si sigue en estado de coma inducido. Estos jefes legislativos harán una intimación a convocar a sesión con una temática amplia. No sólo para tratar proyectos mansos y acordados, como puede ser el de baja de Ganancias. También alguno que reclama la oposición y muchos gobernadores del oficialismo, como la prórroga de los beneficios a la producción del biocombustible. Tiene sanción casi unánime del Senado, pero la frenan sectores de la industria de los hidrocarburos, contra la presión de las provincias agropecuarias.
Debates que hieren
Estos dos proyectos representan extremos que comprometen al oficialismo en el Congreso. El peronismo puede encontrar amigos para bajar Ganancias y hasta ha prometido que le pondrá fecha a biocombustibles. Pero la oposición usa estos temas para provocar debate sobre otros que hieren en serio al Gobierno. Uno es el “Vacunagate”, que justifica pedidos para que los funcionarios del Gobierno vayan a dar explicaciones sobre los pinchazos fuera de régimen en los vacunatorios VIP.
La salida del ministro Ginés les dio la razón a los opositores en sus críticas a la agenda sanitaria. Ahora quieren que los funcionarios expliquen qué pasó. El otro asunto, claro, es Formosa, sede de una escalada que de afuera se parece a otras del pasado, que terminaron con procesos parecidos, como Catamarca o Santiago del Estero. Nadie piense en una intervención federal: Insfrán es presidente del congreso del PJ, y junta silenciosamente los senadores y diputados, con Santiago del Estero y La Pampa, que necesita el Gobierno en el Congreso. Por algo José Mayans preside el bloque oficialista en el Senado y Claudia Ledesma de Zamora está en línea de sucesión. Es un poder en el peronismo al que nadie querrá contrariar. Eso agrava su situación. Hace política aldeana en un país que nacionaliza conflictos locales. Y es tan pesado que se puede hundir de puro pesado.
Vuelven las sesiones en minoría
Estos dos conflictos ocuparán en centro de cualquier sesión de Diputados, sea cual fuera el orden del día -ganancias o biocombustibles-. Si este martes Massa no aclara cómo saldrá la Cámara del estado vegetativo, la oposición planteará una sucesión de sesiones en minoría. Esas sesiones las tiene que conceder Massa, y redundan en una exposición de discursos de la oposición sin respuesta alguna, que convierten a la Cámara en un escenario proselitista ideal para lanzar una campaña. Ese escenario es de pura ventaja para la oposición, porque encuentra al oficialismo con el paso cambiado.
La urdimbre de la intimación de la oposición se teje en reuniones de los jefes del interbloque. También en alguna presencial, como la que mantuvieron en el coqueto Rosell Bouer Lodge, en Luján de Cuyo, Mendoza, el presidente de la UCR Alfredo Cornejo y el del bloque PRO, Cristian Ritondo. Hubo dos testigos, cuya presencia se justificó por la fiesta a Vendimia, Rogelio Frigerio y Emilio Monzó -hoy socios de Horacio Rodríguez Larreta-.
Definiciones vendimiales
De esta vendimia quedan constancias que darán que hablar:
1) Alberto Fernández le dijo al gobernador Rodolfo Suarez que el gobierno nacional apoyará finalmente el proyecto de construcción de la represa de Portezuelo del Viento. Es un compromiso heredado de acuerdos anteriores con los gobiernos de Kirchner y de Macri, que ahora Alberto avala, aunque le cueste un problema con el gobierno de La Pampa. Se lo dijo cuando es inminente que se abra el sobre definitivo para conceder la licitación de la obra. Implica pagos de la Nación que Alberto cumplió hasta ahora religiosamente.
2) Es el preámbulo de una convivencia mejor entre los mendocinos y la Nación. La prueba viene ahora: el próximo martes 16 se hace la asamblea de accionistas de la empresa IMPSA -Pescarmona, metalúrgica que tiene sede en Mendoza y es una de las más importantes del mundo-. Está en manos de bancos acreedores, pero si se aprueba una ampliación de capital de USD 4 M a USD 20 M, puede quedar en manos del Gobierno nacional (65%) y del de Mendoza (20%). Es una estatización en la línea del cristinismo extremo, pero Mendoza tendrá allí una silla. Es obra de un no cristinista como Matías Kulfas, que obligará a una cohabitación de oficialistas y opositores.
3) Rompió la gravedad del viaje de Alberto la extravagancia de su propuesta de que los bodegueros produzcan vino sin azúcar. Le pareció una genialidad, pero movió a risas de algunos y a reproches de otros. ¿Nadie le prepara los discursos? ¿O quién se los escribe ignora que existe ya el jugo de uva y se vende hasta en los kioscos?
4) La otra prueba de cohabitación se plantó con el pedido de Suarez a Alberto de que el peronismo local, en manos de la cristinista Anabel Fernandez Sagasti, apoye el proyecto de reforma constitucional. Ese proyecto tiene, según el oficialismo local, alta adhesión porque reduce la legislatura a una sola cámara y le crea a los municipios un sistema de coparticipación. El peronismo teme que se autorice la reelección del gobernador, hoy prohibida. Si la hubiera, podría reelegir Suarez. Si no, puede ser la chance de Alfredo Cornejo de regresar. Dudan sobre qué les conviene más.
Macri reclama espacio de líder
En los diálogos entre estos dirigentes opositores junto a los viñedos de Rosel, que produce unos de los champanes más calificados, se abundó sobre más especulaciones. La principal, a dónde lleva la creciente disputa por espacios entre Larreta y Patricia Bullrich. La presidente del PRO usa todos los sellos a su alcance, como que se entrevistó durante la semana con autoridades del PC de China. Ese país firmó más de 40 acuerdos con Macri, que a su vez se reunión seis veces con el presidente Xi Jinping.
En todas las perinolas, Bullrich figura como candidata a diputada nacional en la Capital y proto candidata a jefa de gobierno en 2023. Si gana la banca en 2021, se lleva los laureles que necesita Larreta. Este tiene el recurso de hacer encabezar la lista con un hombre propio, y para eso hay no solo, Diego Santilli -hoy vicejefe-. La postulación de Bullrich tiene el respaldo de Macri, que la quiere a María Eugenia Vidal en la cabeza de la lista en Buenos Aires. Con eso solo, Macri aparece llamando a alguna conciliación con él como líder, porque Bullrich candidata en Capital en la cabeza de la lista lo jibariza a Larreta por activa y por pasiva. Por activa, le estrecha el camino; por pasiva, le enreda el acuerdo con los radicales en la CABA, que creen que 2023 es para Martín Lousteau.
La sombra de Martín Mena
Tambalea, para padecimiento del oficialismo, el ministerio que alberga los proyectos a los que Alberto y Cristina dan más importancia. Aunque sea por razones e intenciones contrarias, consta que el Presidente menciona la crisis de la Justicia como algo más grave que la peste. También, que Cristina puede lamentar que ha pasado casi un año y medio y nadie haya hecho nada por su situación judicial ni la de las víctimas de lo que ella llama, sin mucho rigor técnico, el “lawfare”. Por el contrario, su situación es peor que en 2019 y a medida de pasan los meses no se ha producido ningún fallo, en instancia alguna, que la alivie de sus penurias.
La Justicia tampoco tiene incentivos para gestos amistosos, con la catarata de reformas -jubilaciones, especialmente- y de amenazas del oficialismo hacia la corporación judicial. Esto ocurre mientras el oficialismo que se despedaza en la pelea por la salida de Marcela Losardo y la presión cristinista para que la reemplace Juan Martín Mena, la luz de sus ojos en materia judicial desde hace años. La salida de Losardo debe leerse como un hecho que tiene la misma capacidad de daño que la renuncia de Ginés. Y como consecuencia de una concertación entre fuego amigo y enemigo.
Las amenazas a la unidad
Este frente se traslada a Diputados, a cuyo jefe el vértice presidencial le ha cedido la delantera, habilitándolo a cabalgar el proyecto de baja de Ganancias. Le ceden la iniciativa y también el poder facturarla. Para los pollsters del oficialismo, esa reforma es simpática para los sectores medios que no viven de los planes, que pagan colegios y medicina privada. Bajarles impuestos es la manera de ponerles una moneda en el bolsillo. Sus asesores creen que con estas medidas se puede mejorar el panorama electoral. Como si fuera posible modificar las tendencias históricas del voto, con medidas o candidatos. Lo único que puede cambiar la suerte de unos y otros es ir a las elecciones unidos o divididos. La oposición ataca al oficialismo con los temas más pestilentes de la agenda -vacunas, Formosa, Cristina judicial- porque presume que hay peronistas que no están dispuestos a defender en bloque al oficialismo en esos entuertos.
Misiones santafesinas
A este propósito opositor de auditar al peronismo, que puede estar buscando otro camino, obedece el despliegue de los “republicanos” en Santa Fe. Desde este domingo está en operaciones por allí Miguel Pichetto. Recorre el espinel del peronismo alternativo de esa provincia y también del PRO. Santa Fe elige senador, y hay anotados de todos los colores. Pichetto tiene una media palabra de Carlos Reutemann para disputar la reelección. El Lole está muy lejos del cristinismo, pero también del radicalismo, socio a medias del socialismo local, que lo enfrentaron cuando fue gobernador.
Este martes lo visitará otro republicano, Ramón Puerta, que le pedirá su adhesión al acto de San Miguel este jueves, de lanzamiento del sello de Pichetto “Peronismo Republicano”, junto a Juan Carlos Romero, Joaquín de la Torre y Claudia Rucci. Un sector del PRO cree en la candidatura del diputado Federico Angelini, y otro en la resurrección de Miguel del Sel, que tuvo dos grandes elecciones a gobernador -en la última, 2015, perdió por apenas 1.700 votos-.
El oficialismo juguetea con la dupla Agustín Rossi-María de Los Ángeles Sacnun, una de amazonas de Cristina en el Senado. Santa Fe es uno de los ejemplos más claros de la crisis de los partidos. Provincia rica y grande, disputa el poder con figuras que expresan a sus mayorías, pero no tienen el respaldo de partidos que los representen. Reutemann es el mejor rostro del PRO, pero no se puede ver con los radicales; el propio gobernador Omar Perotti va de la mano del peronismo hoy cristinista cuando no hace mucho, antes de 2015, era el intendente estrella de Rafaela, a quien Macri quería también en sus listas. Todos personajes en buscan de autor.
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