Una cámara de seguridad instalada en el edificio donde vive el abogado Roberto Daniel Martínez (72), baleado este martes 9 de marzo a la tarde en el barrio porteño de Belgrano,
aportó un dato revelador que podría darle un giro a la investigación: en las imágenes se alcanza a ver un breve forcejo entre el autor del disparo y la víctima que alimenta la sospecha de un intento de robo.
Anoche, los pesquisas le habían bajado el tono a la hipótesis de un ataque motochorro porque un testigo presencial declaró que el delincuente se bajó de una moto, corrió hacia el auto y disparó sin mediar palabra, una versión que no se condice con lo que muestra el video.
La cámara que filmó la secuencia está instalada en el ingreso a la cochera del edificio de la calle Arribeños al 1400. La grabación es en blanco y negro pero sirve para establecer la modalidad del ataque y algunos detalles del tirador.
El video dura menos de un minuto. Se ve cuando Martínez ingresa a la cochera a bordo de su BMW modelo 440 I descapotable. El abogado se detiene unos segundos para cerrar el techo y en ese momento aparece por detrás uno de los delincuentes.
El sujeto, que lleva puesto un barbijo, camina hacia el lado del conductor. Antes de poner en marcha el plan, carga el arma y luego amenaza al conductor. En las imágenes se aprecia un forcejeo que podría ser indicador de un intento de robo. Algunos pesquisas interpretaron que podrían haber intentado robarle el reloj.
No obstante, los voceros policiales consultados por Perfil señalaron que no descartan la hipótesis del robo, pero aclararon que no es la principal línea de trabajo que manejan.
Por lo pronto, el autor del disparo -que permanece prófugo al igual que el hombre que lo acompañaba en una moto de cilindrada media- no se llevó ningún efecto personal ni tampoco mostró interés por quedarse con el auto.
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Martínez recibió un disparo en la cara y fue asistido en el lugar por una ambulancia del SAME. Según el parte médico, el abogado ingresó al Hospital Pirovano con una herida de arma de fuego y se encontraba en el shock room “sin riesgo de vida”.
Un dato que llamó la atención de los investigadores es que el letrado portaba un revólver calibre 38. ¿Lo intentó usar y por eso le dispararon? ¿Por qué estaba armado? ¿Le temía a alguien? Eso mismo se preguntan los detectives que aguardan que la víctima se recupere y pueda declarar para aclarar estos puntos y otros más.
El hecho, por lo pronto, es investigado por la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 52, a cargo Romina Monteleone, ante la Secretaría Única de Valeria Sánchez Negrette.