Las 5 claves de Julio Falcioni para devolverle la ilusión a Independiente

puesto al fútbol profesional también. Ante la ida de Lucas Pusineri, y cuando la mira estaba puesta en la figura de Hernán Crespo para sucederlo, un sector de la dirigencia con el secretario Héctor Maldonado a la cabeza pensó en alguien en que nadie pensaba: Julio César Falcioni. El Emperador aceptó de movida y rápidamente fue revirtiendo las miradas de reojo que causó su arribo para ganarse elogios.

Si bien comenzó con una derrota, después no paró de ganar: lleva cinco victorias seguidas (algo que no ocurría desde 2015), es puntero de la Zona 2 de la Copa de la Liga Profesional y le devolvió la ilusión a media Avellaneda ajustando algunas clavijas. Sin mucho movimiento en el mercado y arreglándoselas mayormente con el material con el que contaba cuando llegó, el entrenador de 64 años hizo del Rojo un equipo sólido que volvió a reír después de tanto padecimiento e irregularidad y que en su última presentación se despachó con un contundente 6-0 ante Sarmiento.

“Desde que llegó se respira tranquilidad. Propuso desde el primer día un trabajo muy serio, pero manteniendo la llegada con el jugador y el buen clima grupal que había logrado Pusineri”, lo describen los que lo siguen de cerca diariamente en Villa Domínico.

El fixture le muestra los dientes: se le viene una seguidilla compleja con Vélez en Liniers, Boca de local, Talleres en Córdoba y Racing en el Cilindro. Será una buena medida para ratificar todo el progreso logrado hasta acá. Pero ahora disfruta del dulzor del triunfo. ¿Cuáles fueron las cinco claves de Falcioni para revivir el espíritu de un Independiente caído en desgracia?

1) Recuperación física

El primer tema del que se ocupó con urgencia Falcioni y su cuerpo técnico apenas asumieron fue la preparación física del plantel. Tras las vacaciones notaron que la condición de varios futbolistas necesitaba entrenamientos intensivos para poder llegar a ponerse en condiciones en poco tiempo. La pretemporada era corta y había que recuperar al grupo. El último tramo del ciclo de Pusineri estuvo acosado por las lesiones musculares y el Emperador tomó nota. Le encomendó al profe Gustavo Otero la tarea de ponerlos a todos a punto. El rigor se hizo sentir desde los primeros días con jornadas de doble turno y una duración de más de tres horas por cada sesión. “Esfuerzo”, “trabajo” y “disciplina”, fueron las premisas del DT. Hoy se ve un equipo corredor, que termina entero los encuentros.

2) Reorganización táctica

Independiente era un equipo con buenas voluntades pero sin una idea clara de juego. Falcioni le dio un orden. Planteó un cambio abrupto de esquema: pasó del 4-2-3-1 (a veces 4-3-3) de Pusineri a un 3-4-3 (o 5-2-3). La decisión de pasar a defender con tres centrales y dos carrileros dio frutos. Claro que debió ir puliendo la formación tras el debut con traspié. Partido a partido fue progresando, desde ganar jugando mal contra patronato hasta la goleada del domingo. Solidez defensiva, seguridad y amplitud es lo que encontró con este dibujo. Le otorgó mayor despliegue a Fabricio Bustos, que es un arma de ataque más por la derecha. La elasticidad para pasar de una línea de 3 en ofensiva a una de 5 cuando se retrocede luce aceitada y veloz y es una de las mayores virtudes.

3) Un nuevo caudillo en el fondo

Falcioni puso cara de perro cuando le dijeron que Alexander Barboza sería vendido. Quería mantener el plantel porque sabía que no llegarían muchos refuerzos. Pidió un nombre para sumar en la defensa: Juan Manuel Insaurralde. La dirigencia le cumplió. El Chaco debutó en el Diablo después de la primera fecha. Enseguida se convirtió en el nuevo caudillo de la última línea, como stopper por izquierda. Su experiencia le dio voz de mando desde atrás. Y su 1,87 metro le sumó altura a un plantel de promedio de estatura bajo para ganar juego aéreo en ambas áreas. Es un titular intocable.

4) El pibe que refrescó el mediocampo

El Independiente de Falcioni viene levantando su volumen de juego. Una de las causas es la inclusión en el medio del juvenil Lucas González. De movida se la jugó por la experiencia de Pablo Hernández. El Tucu tiene un juego de mayor pausa. Por eso, cuando ingresó en su lugar González, hubo un cambio. Saltita tiene 20 años y nació en San Salvador de Jujuy. Es uno de los pibes que empezó a tener rodaje de la mano de Pusineri. Eso le sirvió para comenzar a explotar en este ciclo. Es un volante mixto, de quite y juego, que demuestra una gran personalidad. Le dio frescura al círculo central, con mayor dinámica y panorama.

5) Contundencia en el ataque

De los 11 goles que suma la era de Falcioni, 9 fueron convertidos por el tridente ofensivo: Silvio Romero tiene 4; Sebastián Palacios, 3; y Jonathan Menéndez, 2. Los restantes los marcaron Bustos e Insaurralde. Los de arriba están afilados y le sacan el jugo a un juego más directo. Fueron de menor a mayor y mucho tiene que ver el progreso en la elaboración. De a poco, el Rojo va mostrando una cara más colorida que la de la mera solidez defensiva. Que los extremos marquen le quita presión al centrodelantero. Un acierto del entrenador fue haberle pedido a Palacios que se quedara. ¿Qué hará el DT ante la vuelta de Velasco: lo incluirá o mantendrá a los tres de arriba que parecen estar afilados?

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