La isla de Corvo, en el archipiélago de Azores, se ha convertido en el primer territorio portugués, y uno de los primeros en Europa, en conseguir la inmunidad de
grupo tras una vacunación masiva contra el coronavirus que no siguió las pautas marcadas por el Gobierno.
Las autoridades de la isla, con apenas 430 habitantes, decidieron seguir una estrategia propia de vacunación debido a “la particular situación geográfica y sanitaria” del territorio, explicaron a Efe fuentes de la Dirección Regional de Salud de Azores.
Por ello, vacunaron masivamente a toda su población en dos fases -la primera y la segunda dosis- sin atender a los criterios de preferencia por edades o patologías marcados por el plan de vacunación del Ejecutivo portugués.
Corvo “solo tiene un médico y una enfermera de guardia y el hospital más cercano se encuentra a seis u ocho horas, en el mejor de los casos”, señala la Dirección Regional de Salud de Azores.
Isla de Corvo, Azores, Portugal.
En caso de producirse un brote de covid, el riesgo para la población sería mucho mayor que en otras islas.
Además, las condiciones climáticas limitan la movilidad por vía marítima o aérea, explican las mismas fuentes, por lo que ante una eventual urgencia sanitaria se complicaría el desplazamiento.
Estas complicaciones afectan también al transporte de las vacunas en las adecuadas condiciones de congelación: “Realizar varios viajes a la isla de Corvo según los criterios de prioridad habría sido demasiado complejo y costoso para vacunar a unas pocas personas a la vez”, apuntan desde el organismo.
Por todo ello, sostienen, fue más eficiente vacunar a toda la población “en dos viajes”.
Las dosis asignadas a la isla de Corvo no han afectado “a los plazos de vacunación del resto de islas”, indican desde la Dirección Regional de Salud de Azores.
El éxito de esta experiencia ha sido posible por las características de la isla y su reducida población, admite José Silva, alcalde de Corvo.
Pese a que acaba de alcanzar la inmunidad de grupo, Corvo cumplirá “todas las medidas en vigor” para evitar contagios por covid, desde el uso de mascarilla a la distancia de seguridad, continúa el alcalde, quien admite, no obstante, que la población se encuentra “más relajada y tranquila”.
El caso de Corvo será además seguido de cerca por las autoridades sanitarias para estudiar los efectos de la segunda dosis de vacunas en la evolución de la pandemia.
La decisión de establecer un plan especial de vacunación en la isla de Corvo fue tomada por la Dirección Regional de Salud, de acuerdo con la Comisión Especial de Vigilancia de la Lucha contra la Pandemia de Covid en las Azores.
Las difíciles condiciones de acceso convirtieron a la isla en territorio prioritario en el proceso de vacunación de Portugal pese a la limitada reserva de vacunas en el país, que desde el inicio de la campaña, el 27 de diciembre, apenas ha logrado inmunizar al 3 % de población con la aplicación de las dos dosis necesarias.
Fuente: EFE
PB
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