En medio del operativo policial compuesto por más de mil efectivos policiales, helicópteros y perros que buscan a Maia, la nena de 7 años que fue vista por última
vez el lunes en Parque Avellaneda, los investigadores encontraron en la madrugada de este jueves en una casilla, ubicada en un descampado al costado del kilómetro 151 de la Ruta 6, a la altura de Luján, un buzo que pertenecería al secuestrador, según reconoció Estela, la madre de la desaparecida.
“Encontraron un lugar precario, ingresaron y encontraron un colchón, una almohada y un buzo. A la vista de la mamá, reconoce el buzo como que era del imputado. Con eso se va a evaluar si realmente la evidencia es acertada o no. Ella (la madre) está participativa porque quiere encontrar a su hija”, informó Ana Mottino, secretaria de Justicia y Seguridad de General Rodríguez, en diálogo con TN.
Tras el hallazgo, las fuerzas policiales desplegaron un rastrillaje en busca de evidencia que certifique si Maia y el cartonero de 39 años, Carlos Savanz, estuvieron en aquel lugar. Por su parte, el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, llegó a una base de control ubicada en General Rodríguez, donde fue encontrada la bicicleta que pertenecía al sospechoso.
En tanto, parte del operativo policial ubicado en las cercanías se la basílica de Luján se movilizó hacia el barrio Los Laureles, luego de que el testimonio de un hombre habría puesto el foco en esa barriada humilde y llena de descampados.
Es que la última pista conocida hasta la noche de este miércoles ubicaba a Maia en dirección a Luján, arriba de un colectivo. Antes otra cámara los mostraba yendo hacia el zoológico de Luján. “Le había prometido que la iba a llevar al zoológico”, dijo Estela a los investigadores, según afirmó el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni.
La imagen del sospechoso que se llevó a Maia que la Justicia autorizó a difundir. Foto: captura
Maia desapareció este último lunes a las 8.52 en el barrio Cildáñez en Parque Avellaneda, donde vivía en situación de calle con su mamá. Por su parte, Savanz, un cartonero del lugar, había comenzado a vincularse con Estela y Maia hacía alrededor de un mes. El hombre empezó a ganarse la confianza de la nena poco a poco mediante regalos y juegos durante las salidas para juntar cartón.
El lunes a la mañana, el sospechoso le ofreció a Maia cambiar su bicicleta por una más grande y le pidió que la acompañara. Como Estela había visto lo bien que el hombre trataba a su hija, le dio permiso para que fuera con él “hasta el otro lado de la avenida”. Como pasaron las horas y Maia no había vuelto, la mujer decidió hacer la denuncia. Fue entonces cuando se desencadenó el megaoperativo policial que aún continúa buscando a la nena.
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