Aerolíneas Argentinas tendrá este año un déficit de 44.796 millones de pesos, equivalentes a 466 millones de dólares, al tipo de cambio actual. Así lo informó el Gobierno este viernes, a
través de una resolución del Ministerio de Economía, con la firma de Martín Guzmán.
De esa manera en 12 años, desde su estatización, Aerolíneas habrá pedido al Estado subsidios por más de 7.100 millones de dólares. La línea de bandera, que el año pasado absorbió a la también estatal Austral, suma al día de hoy 11.868 empleados y prevé finalizar el año con una leve reducción de su plantel, con 11.592 personas.
En los hechos, la resolución de este viernes replica los números que el presidente de Aerolíneas, Pablo Ceriani, envió al Congreso hace seis meses, en septiembre del año pasado, para que fueran incluidos en la ley de Presupuesto 2021.
Se trata de números que difícilmente “calcen” con la realidad de Aerolíneas de hoy. Por ejemplo, la resolución que este viernes publicó Guzmán establece que la línea aérea tendrá ingresos por 121.000 millones de pesos, poco más de 1.300 millones de dólares. Una cifra que tiene más que ver con lo que era la actividad de Aerolíneas antes de la pandemia.
Dentro de la empresa, sus voceros admiten que ese nivel de facturación no se está cumpliendo y no esperan que se vaya a cumplir en lo que resta del año. ¿El motivo? Un contexto de pocos vuelos y un bajo índice de ocupación por avión. Dentro de la actividad aerocomercial existe un consenso de que un avión recién comienza a pagar la totalidad de los gastos de su propio vuelo cuando obtiene una ocupación de 80% o más de sus asientos. Hoy la mayor parte de las aerolíneas del mundo, y Aerolíneas no es una excepción, están volando muy por debajo de ese ratio.
Aun así, dentro de Aerolíneas aseguraron que la menor facturación esperada no supondrá un incremento del déficit. “Al volar menos, bajará en la misma proporción el rojo operativo, de modo que la cuenta final seguiría siendo en la misma línea de lo que se publicó este viernes en el Boletín Oficial”, agregaron los voceros.
En comparación, las pérdidas que se prevén para este año significan un cierto alivio, en comparación a los 630 millones de dólares que el Tesoro transfirió a la compañía en 2020. El año pasado, los aviones permanecieron en tierra durante seis meses, hasta que volvieron a volar a partir de octubre, con una grilla de vuelos acotada.
El texto del ministerio de Economía, acorde con los números de septiembre del año pasado, establece los siguientes números: Ingresos: están previstos en $127.318 millones, equivalentes a US$ 1.326 millones, al tipo de cambio (oficial) de este viernes.
Gastos de operación: $ 161.054 millones o US$ 1.677 millones. El resultado operativo, de esa manera, arroja una pérdida de $ 33.735 millones, o US$ 351 millones. Pero en el artículo 3 de la resolución, se suma a los gastos “operativos” los costos de “estructura”, que trepan a un total de 172.315 millones de pesos, o 1.794 millones de dólares.
Esa cuenta es la que arroja como resultado un “desahorro” de $44.996 millones que, amortiguado levemente por los resultados financieros, arrojan un déficit final de $44.796 millones, equivalentes (al tipo de cambio de este viernes) a 466 millones de dólares.
Aerolíneas fue estatizada en julio de 2008. Fue cuando el grupo español Marsans informó al Poder Ejecutivo que no tenían dinero suficiente para pagar los sueldos de ese mes a los que por entonces eran 8.500 empleados. Durante un año, la compañía fue gestionada por quien hasta entonces había sido intendente de La Plata y luego sería Ministro de Justicia: Julio Alak, quien debía rendir cuentas al secretario de Transporte de Cristina Kirchner, Ricardo Jaime, y a su ministro de Planificación, Julio De Vido.
A partir de julio de 2009 hubo un drástico cambio de timón: un muy joven y hasta entonces desconocido Mariano Recalde fue designado presidente de la empresa, mientras su amigo de la secundaria, Axel Kicillof, se hacía cargo del área financiera, y de allí pasó al ministerio de Economía. Recalde continuó como presidente de Aerolíneas hasta que debió dejar el cargo, en diciembre de 2015. Hoy es senador nacional por Capital Federal, pero su influencia dentro de la política aerocomercial sigue vigente: Ceriani, el actual presidente de Aerolíneas, fue su número dos entre 2013 y 2015.
Durante la gestión de Cristina Kirchner, el Estado giró a las dos líneas aéreas el equivalente a 4.756 millones de dólares, según el Balance 2018 de Aerolíneas. Los aportes del Tesoro se atenuaron en los primeros tres años del macrismo (bajaron de un promedio de US$ 600 millones por año a menos de US$ 300 millones), pero pegaron un salto en 2019, cuando la sucesión de devaluaciones impactó en los ingresos de la empresa y el rojo fue de US$ 580 millones. En total, los subsidios a Aerolíneas en los cuatro años de la gestión Macri fueron de US$ 1.302 millones.
En su primer año de gestión, Ceriani había estimado poco antes de la pandemia que Aerolíneas iba a necesitar subsidios por 700 millones de dólares. El déficit final terminó siendo de US$ 630 millones, atenuados por los menores gastos operativos (durante seis meses los aviones permanecieron en tierra). Con la resolución firmada este viernes por Guzmán, las estimaciones para los 12 años de Aerolíneas “re estatizada” arrojan un costo fiscal que supera los US$ 7.100 millones.
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