Brutal golpiza en una pelea entre rugbiers a la salida de un boliche de Mar del Plata

a la salida de un boliche.

El chico -que estuvo internado en terapia intensiva y por su evolución favorable pasó a sala intermedia- sufrió una fractura en la cara, la perdida de una pieza dental y tiene múltiples lesiones en el cuerpo.

Según informaron fuentes policiales a la agencia Télam, el ataque se produjo durante la madrugada, cuando al menos siete jugadores de los clubes Sporting y Mar del Plata se enfrentaron a golpes luego de abandonar el local bailable Quba, ubicado en la Escollera Norte, en la zona de Playa Grande.

“Le pegaron de costado y cuando cayó, lo patearon en el piso. Tuvimos suerte”, dice a Clarín Gustavo, el papá de Santiago B. -la familia solicitó preservar su apellido-.

“Cuando lo vi a la mañana, me asusté, estaba muy golpeado”, cuenta y detalla que cuando lo vio la primera neuróloga el joven “no sabía ni quién era”. “En el transcurso del día los médicos nos dijeron que la evolución fue favorable”, agrega.

Tras la golpiza, el joven debió ser trasladado por una ambulancia del SAME al Hospital Privado de Comunidad, donde estuvo durante varias horas internado en terapia intensiva. Luego pasó a la sala de cuidados intermedios.

De acuerdo a las primeras averiguaciones, ambos grupos habían mantenido una discusión en el interior del boliche, y al dejar el lugar se pelearon en la calle.

Personal de Prefectura Naval Argentina y efectivos de la Comisaría 9na. intervinieron en el lugar tras el hecho.

El fiscal Leandro Arévalo, titular de la Unidad Funcional de Instrucción 7, inició de oficio una investigación por el delito de “lesiones”, para determinar las eventuales responsabilidades penales.

Arévalo dispuso el análisis de cámaras de seguridad del lugar, y ordenó además la declaración de testigos del hecho como parte de la investigación.

Gustavo está a la espera de poder ver las cámaras, para terminar de comprender cómo fue el ataque. Allegados a su hijo le contaron que hubo uno incidente dentro del boliche, entre uno de los amigos de Santiago y un grupo de rugbiers de otro club. No había antecedentes de peleas previas, dice el padre.

“Él estaba adentro del boliche y lo llamó un amigo para que saliera, porque había siete rugbiers que le querían pegar. Cuando salió, ya había un agente de Prefectura. Pero igual lo atacaron”, relata Gustavo. 

La familia del principal agresor -que ya tendría antecedentes de violencia- se contactó con los padres de Santiago para pedirle disculpas y ponerse a disposición. Gustavo valora el gesto, pero a la vez sostiene que quiere revisar las cámaras para ver en detalle la agresión. “Tuvimos suerte. Mi hijo tuvo mucha suerte“, remarca en diálogo con Clarín. 

Con datos de Télam

DD

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