Un fabricante de “tutucas” que decidió alquilar una habitación de las tres habitaciones de su casa para mejorar sus ingresos en plena pandemia, se vio allanado y como no tenía la llave de la habitación que alquilaba a un sujeto Boliviano la policía derrumbó la puerta con marco y todo y encontraron “percusores”(químicos para estirar droga) dentro de la habitación, procedieron a detener al propietario en Octubre del año pasado, lo alojaron en una celda en Ezeiza con siete detenidos , allí se contagio de COVID19, uno de ellos ya falleció a causa del virus, pero además los que vienen de los vuelos tienen que pasar obligadamente por el lugar donde están, lo que podría haber producido más contagios, La PSA siguiendo órdenes del Juez que entiende en la causa, Juzgado en los Penal y Económico, Dr. Pablo Yaradola, claro está que el letrado violó todos los protocolos de seguridad sanitaria que se dictaran desde la presidencia de la nación para resguardar a la población de la pandemia que viene castigando al mundo entero.
El hecho se viene profundizando para mal, porque el detenido continúa en las mismas condiciones y quizás peor, porque el virus continúa circulando y las autoridades judiciales hacen caso omiso a los recursos que Vargas Velis lleva presentando para esclarecer su situación y poder salir con vida del encierro del que viene padeciendo sin tener conexión con la banda que investiga la justicia supuestamente. Pero además su madre pide investigar la situación para poner blanco sobre negro y tratar de resguardar la vida de su hijo en circunstancias tan adversas motivadas por el alto grado de contagios que está poniendo en serio riesgo a los sistemas de salud del mundo y con más peligrosidad los de América del Sur.
La Sra. madre de Vargas Velis
El detenido fue sometido a una feroz operación de inteligencia durante varios días antes que se produzca el exagerado allanamiento, que dicho sea de paso tenía como objetivo otra persona, pero los policías sabían que el dueño de la propiedad no era el que estaban buscando, allanaron de igual manera, entraron a los tiros y Henry Vargas Veliz fue interpelado en esa situación de violencia por el nombre de Maribel Silvia Aparicio, a lo que respondió que no sabe quién es esa mujer, que no la conocía, continuaron el interrogatorio dentro del domicilio, le preguntaron por la distribución de los cuartos, Vargas Velis le indico que el primer cuarto vivía su hermano, que segundo era donde habitaba él y el tercero se encontraba alquilado, como mencione al principio de la nota, le pidieron la llave de la habitación y Vargas Velis respondió que no tenía esa llave porque es alquilado y es privado, insistieron con la llave, en una breve síntesis la comisión policial decidió requisar los cuartos, Vargas Velis les advirtió que en su cuarto encontraría de 10 a 15 gramos de Mariguana y hojas de coca, llegaron a la habitación del inquilino y como no tenían la llave rompieron la puerta desde el marco, encontraron unos bolsos y volvieron a preguntar de que se trataba y Vargas Velis respondió que no tenía conocimiento, tomaron mi billetera, sacaron mi cédula de identidad y constataron en la base de dato, la oficial anunció en voz alta que “Henry Vargas Velis no tiene antecedentes penales, está limpio…” igual lo llevaron detenido a una celda del Aeropuerto de Ezeiza, allí se contagió de COVID-19, nunca respetaron el protocolo de aislamiento ordenado por el Presidente de la Nación, no cerraron el aeropuerto y los mantuvieron hacinados en la celda. Sucintamente es la historia de Henry Vargas Velis, detenido sin causa, fabricante de tutucas, como podrán observar en el expediente que acompaña a la presente nota.
