La policía de Ibarlucea, una comuna ubicada al noroeste de Rosario, debió intervenir para desbaratar una fiesta clandestina que se desarrollaba en un campo rural de esa localidad y que anunciaba
la presencia del trapero L-Gante, un artista que en sus publicaciones de YouTube tiene millones de visualizaciones.
El evento, prohibido por las normas sanitarias impuestas por la pandemia, contó con la presencia de cientos de jóvenes que se reunieron en un predio cercano a la autopista que une Rosario con Santa Fe y que es explotado para la siembra de maíz. Ocurrió el miércoles a la madrugada y no hubo detenidos por el hecho.
El jefe comunal de la localidad, Jorge Masón, recibió un llamado anónimo en el que lo alertaban sobre la situación y le precisaban la ubicación donde se estaba desarrollando el evento.
Así quedó la zona en la que se realizó al fiesta.
Con ese dato dio intervención al personal de la seccional local, que se trasladó hasta el lugar y logró interrumpir el encuentro, que ya se había iniciado. El dato anónimo aseguraba que la fiesta clandestina tenía prevista una concurrencia de unas mil personas, aunque Masón dijo desconocer si finalmente ese número se alcanzó o si, incluso, fue superado.
En algunos videos que circularon luego, con imágenes tomadas tras la interrupción de la fiesta, se ve cómo una importante cantidad de jóvenes se retiran del lugar. La gran mayoría no tenía barbijo. Algunos llevaban heladeras portátiles. Las colas con autos estacionados que se formaron sobre un camino rural evidencian también la importante concurrencia.
Unos días antes las autoridades de Ibarlucea lograron suspender una fiesta que, a través de redes sociales, se anunciaba en otro sitio y donde también se publicitaba la convocante presencia del trapero L-Gante.
Masón admitió que es posible que los mismos organizadores insistieran con el evento, aunque esta vez optaron por comunicarlo en forma privada.
El trapero L-Gante se presentó el martes a la noche en un teatro de Rosario.
“Pasan una ubicación y después la cambian a otra. Llegan con algo armado exprés, con un vehículo que ya cuenta con el sonido, las cosas. Hasta en el caso de suspenderla y tener que trasladarla, lo hacen en forma rápida”, se quejó en diálogo con Radio Dos el jefe comunal de Ibarlucea.
Masón admitió su inquietud por los peligros sanitarios que conlleva ese tipo de eventos, pero planteó además las dificultades para impedir las fiestas clandestinas cuando se desarrollan en predios alejados y algo ocultos. Reconoció que no es la primera vez que detectan esa clase de encuentros.
En muchos casos, reveló, se han realizado sin la autorización de los propietarios de predios rurales, que se encuentran luego con los alambrados cortados y gran cantidad de residuos. Algunos productores han decidido, frente a esa situación, colocar montículos de tierra en los accesos.
El trapero L-Gante se presentó el martes a la noche en el teatro Broadway de Rosario. Realizó dos funciones. En la página donde se vendían las entradas para los shows se advertía que por el protocolo Covid-19 el público debía presentar para su ingreso en la sala “declaración jurada del Ministerio de Salud” o su inscripción en la aplicación Cuidar.
“Así mismo, al ingresar al teatro, se le realizará una medición de temperatura y la desinfección de manos. Como condición de permanencia en el show el uso de barbijo es obligatorio. ¡La compra de entradas se realiza por burbuja afectiva!”, advertía el Broadway como condiciones para la presentación de L-Gante, quien un rato más tarde estaba anunciado como la atracción principal en la fiesta clandestina de Ibarlucea.