A pesar del feriado por el 24 de marzo, en el Gobierno continúan las conversaciones entre distintas áreas para contener la propagación de la cepa de Manaos del coronavirus. Si bien,
como contó Clarín, este miércoles se acordó limitar los vuelos desde Brasil y que sean los viajeros quienes paguen el costo del PCR que se comenzará a exigir en Ezeiza a los argentinos que vuelvan del exterior, la Casa Rosada no descarta más medidas y, mientras define el alcance y la implementación de los anuncios, surgen dudas.
La cuarentena obligatoria -y paga por parte del viajero- en hoteles pierde fuerza con el paso de los días. Al menos en esta etapa, y más allá de que no faltó el debate interno respecto a la “inconstitucionalidad” de la medida, en Balcarce 50 admiten que en este contexto, en el que todavía no hubo un rebrote de los casos, asoma “impracticable” y que implicaría asumir “un costo social innecesario”. Alberto Fernández, sin embargo, no lo descarta.
Al mismo tiempo, entre los gobernadores surgieron dudas respecto a la posibilidad de ponerlo en práctica. Si bien el 70 por ciento de quienes regresan desde el exterior residen en Ciudad y Provincia de Buenos Aires, la capacidad hotelera para albergar a los turistas no es homogénea en todo el país, y los mandatarios aceptaron la recomendación de la Casa Rosada de intensificar los controles del cumplimiento “casa por casa”. La modalidad de chequeo telefónico, plantearon los especialistas sanitarios, no ha sido efectiva: el 90 por ciento de los números de contactos declarados en Migraciones son celulares y no pertenecen a teléfonos fijos, por lo que es imposible determinar la ubicación del pasajero.
En este sentido, surgen dudas en torno a la conexión Ezeiza y el Interior del país. Las fuentes consultadas al respecto no logran confirmar cómo se implementará: el viajero que llega con un PCR negativo y se somete a otro test luego de pasar Migraciones, y no vive en Capital o Gran Buenos Aires, ¿tiene que esperar el resultado en el aeropuerto ante el riesgo de que eventualmente dé positivo y propaga el virus?
Respecto al cobro del test de PCR que se realizará a cada viajero, tampoco está claro si se hará de forma anticipada, con la exigencia previa de un seguro de viajero a quienes salgan del país. La intención de cobro del test in situ, en Ezeiza, deja abierta la puerta a la polémica: ¿Qué pasa si alguien se niega a pagarlo o dice -a pesar de llegar desde el exterior- no tener el dinero? En ese caso, el costo lo debería afrontar el Estado, porque especialistas aseguran que no puede ser causal de retención ni demora al pasajero.
Mientras celebran que desde que se instaló en la agenda pública la necesidad de tomar decisiones inminentes para contener las nuevas cepas cayó “un 50 por ciento” las reservas de vuelos y paquetes turísticos al exterior, en el Gobierno admiten que no sólo se sigue con preocupación lo que pasa en Brasil, sino en toda la región, en especial el crecimiento de los casos en Uruguay y Chile. También se tomó nota de los vuelos que arriban desde México, pero desde la detección de los test truchos realizados en Cancún ya se había puesto la lupa en esos pasajeros.
En ese contexto, la situación de las fronteras es un capítulo aparte. Como contó este diario, en la cumbre con los gobernadores de provincias fronterizas, la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, prometió el refuerzo con más fuerzas federales para evitar el tránsito no habilitado y los cruces “hormiga”. Lo curioso es que los mandatarios quedaron en extenderle los pedidos de efectivos, pero las notas llegaron en cuentagotas. La opción de enviar fuerzas armadas para aumentar el personal está en análisis.
Todos estos interrogantes se terminarán de definir durante el jueves. La idea es que el decreto (en rigor, sería una Decisión Administrativa de Jefatura de Gabinete) salga publicado en el Boletín Oficial durante la tarde del jueves o a más tardar el viernes.
Por el momento, ese texto no contemplará restricciones respecto a la circulación, a pesar de que la ministra de Salud, Carla Vizzotti, adelantó que “si hay algún aumento de casos” se podrían imponer “franjas horarias”.
Desde Presidencia se encargaron de remarcar que sólo se evaluaría “más adelante, si hay una explosión de casos como ocurrió en el verano”. “Lo que hicimos en enero (limitar las actividades nocturnas) demostró que tiene un rápido efecto en la baja de contagios, así que no podemos decir que está en análisis hoy, pero tampoco que está descartado”, dijeron.