La Iglesia envió este martes una carta al intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, en la que advirtió sobre la profundización de los hechos de inseguridad en ese distrito del conurbano
bonaerense en los últimos meses y reclamó medidas.
Dicha misiva, escrita por el obispo de San Justo, Eduardo García, también fue dirigida al jefe de la Jefatura Departamental y a los comisarios de la localidad, la más poblada de la provincia de Buenos Aires.
A través de la misma, detallaron que el problema “se ha agudizado en estos últimos meses”, por lo que pidieron que “se arbitren los medios necesarios para un real control del delito”.
El obispo García y otros sacerdotes de la diócesis expresaron también “grave preocupación en torno a los sucesivos y violentos actos criminales que de forma habitual se están sucediendo en las jurisdicciones de nuestras respectivas parroquias”.
“Prácticamente debemos acoger y escuchar historias de mujeres violentadas en la vía pública, robo a mano armada, ladrones en moto, inhibidores de puertas de autos, parroquias y hasta los penosos hechos de víctimas fatales fruto de intentos de robo”, lamentaron.
El pedido de la Iglesia de La Matanza se conoció luego de la muerte de una mujer en circunstancias de robo a manos de un motochorro que había sido liberado durante el comienzo de la pandemia.
Detenido el motochorro sospechado de asaltar a psicóloga, muerta por los golpes
“Todas estas situaciones han hecho que tengamos miedo de ingresar a nuestras casas por las así llamadas entraderas, muchas familias han tenido que cambiar sus hábitos de vida, no podemos caminar tranquilamente por la vía pública por temor a sufrir algún acto de violencia en cualquier hora del día y las parroquias deben permanecer cerradas durante gran parte del día”, remarcaron los sacerdotes.
Y agregaron: “Por todo esto es que les solicitamos que arbitren los medios necesarios para un real control del delito al mismo tiempo que rezamos por ustedes pidiéndole al Señor los proteja en su noble tarea de dar seguridad y tranquilidad a los niños, mujeres, hombres, ancianos, familias y parroquias de nuestro barrio”.
JFG