Por culpa del Covid la contabilidad nacional este año es una de las más raras de la historia. La economía se apresta a recuperar 7% en 2021, pero
lejos de ser una declaración optimista este es un número bastante modesto, pese a que más del triple del crecimiento anual histórico argentino. Lo que ocurre es que 6 de esos 7 puntos ya ocurrieron. Como el nivel de actividad de diciembre fue 6 puntos superior al promedio 2020, si la actividad se planchara al nivel de diciembre, igual el INDEC reportaría un 6% de mejora, un fenómeno que en economía se llama “arrastre estadístico”.
El 7% no es gran cosa porque además enero fue un buen mes. Con muchos datos de diversos sectores ya publicados sólo falta la confirmación del INDEC que vendrá la semana próxima. Entonces ¿por qué tan amarrete el pronóstico? En rigor, las condiciones están para que la economía recupere algo más, pero hay 4 factores que nos obligan a ser cautos.
En primer lugar, la sequía hizo que la producción de cereales y oleaginosas de los principales seis cultivos de la Argentina caiga alrededor de 9%. Esto a su vez impacta en otros sectores como el transporte ya que los viajes en camiones son función del volumen. Impacta menos en otros rubros ya que el efecto precio más que compensa las cantidades a la hora de ver por ejemplo consumo en zonas de producción.
En segundo lugar, la cuestión sanitaria es un riesgo importante. Si bien no hay credibilidad para hacer una cuarentena profunda (los cierres tienen menos impacto en lo sanitario, pero destruyen menos la economía) es probable que en algún momento tenga que haber restricciones que al menos frenen la recuperación en el sector servicios. Y no hay que olvidar que los protocolos de seguridad también elevan costos en los sectores no restringidos. Según la UIA hay 12.5% del personal de licencia, mayormente por temas relacionados al Covid-19.
En tercer lugar, el gobierno va a tener que elegir. Si de verdad quiere apreciar el dólar, va a tener que mantener frenadas las importaciones y sin importaciones no hay recuperación posible. Faltan insumos, productos de consumo, electrodomésticos y autos.
Cuarto y último aún cuando el consumo pueda mantener cierto dinamismo no se ve la misma tendencia con la inversión. Sólo el sector construcción con algo de obra pública (no hay mucho licitado de todas formas) y obras ya comenzadas aportará para la inversión. Las obras nuevas no tienen ese dinamismo. Y a nivel maquinaria y equipo la situación parece que continuará fría.