En días de primavera soleada en París, y Gran Bretaña con su temperatura más alta en 50 años, el Covid ha transformado su escenario y su estilo de vida en dos
mundos diferentes.
Cuando el presidente francés Emmanuel Macron debe decidir si acentúa aun más el confinamiento este miércoles ante la posibilidad real de 700 muertos diarios por coronavirus y las terapias intensivas desbordadas, los británicos están disfrutando su lenta pero segura recuperación de la libertad. Tienen más de 30 millones de vacunados y retozan en parques y playas. Pero no pueden salir del país, bajo pena de 5.000 libras de multa.
Una tercera ola ha forzado a los epidemiólogos franceses a llamar al presidente Macron a que acelere su confinamiento, antes de tener una situación de desborde sanitario peor que el de la primera ola. Quieren que acentúe las restricciones y no abandone a los otros enfermos oncológicos y con operaciones severas, que el Covid va a desalojar de los hospitales a este ritmo. Ya hay más de 4800 internados en terapia intensiva. Se espera el pico en dos semanas.
Un Consejo Sanitario se reunirá el miércoles. Después, el jefe de Estado hablará al país, antes del inicio de la Semana Santa y con 16 departamentos en rojo y seriamente confinados, con medidas restrictivas para salir a la calle o a otra región del país.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, rechaza un nuevo confinamiento, pese al llamado de los epidemiólogos. Foto: EFE
Francia, aislada
Bajo las críticas, Macron cree que no tiene ningún “mea culpa” a realizar. Pero el país oscila entre 40.000 y 45.000 casos diarios y está aislado de sus vecinos. Solo se puede entrar a Francia por 12 razones establecidas en una severa atestación de honor.
Francia e Italia cerraron este martes la frontera común. Marruecos tampoco autoriza vuelos hacia o desde Francia a su territorio.
El toque de queda se inicia diariamente a las siete de la tarde. Están cerrados bares, restaurantes, museos, cines y boutiques, más gimnasios y piscinas.
Pero los médicos exigen “un encierro severo”, para evitar que las actuales mutaciones sudafricanas, brasileñas y británicas, que están en el país, se expandan. Una epidemia dentro de la epidemia del virus original, con la mutación británica como mayoritaria y extremadamente contagiosa. Pero no bien conocida por los especialistas.
Controles de tránsito en la frontera entre España y Francia, en Le Perthus, este martes. Foto: AFP
El presidente Emmanuel Macron se ha sumergido en la crisis de tal manera que se considera un epidemiólogo, que no escucha el consejo de sus científicos y se resiste al confinamiento. Su temor es que un confinamiento más severo no sea obedecido y tenga un impacto mayor en las elecciones presidenciales.
Macron consulta todos los estudios que se publican, los analiza y los debate con el ministro de salud, Olivier Veran, o los científicos, disintiendo con él.
No es lo que piensan los epidemiólogos. ”Es naïve creer que el presidente es un experto en epidemiología porque el lee todo sobre ese dominio. Saber leer es una cosa, comprender el juego es otra”, declaró la epidemióloga y especialista en bioestadística Dominique Costagliola cuando argumentan sobre la nueva sabiduría presidencial.
Los directores médicos de La Asistance Publique -Hopitaux de Paris (AP-HP) anunciaron que estaban dispuestos a seleccionar pacientes para vivir o morir. El ministro de economía Bruno Le Maire respondió que “esa es la línea roja”.
Los británicos, al sol
En Gran Bretaña, el primer ministro Boris Johnson liberó un poco el “lockdown” con una consigna: “A divertirse”. Abrió parques, piscinas, reuniones, picnics, aun temiendo una regresión después de Semana Santa.
Pero bajo la inmensa presión del partido conservador, que le exige abrir la economía, hasta proyecta reabrir bares y pubs en este verano que se acerca en el reino. Este lunes fue el primer día sin solo muerto por Covid en Gran Bretaña.
Los habitantes de Londres se volcaron este martes a los parques, luego de meses de encierro por el coronavirus. Foto: REUTERS
La gente acudió en masa a parques y playas este martes, ya que Gran Bretaña registró lo que podría ser el día de marzo más caluroso en más de 50 años.
La ola de calor, que comenzó el lunes con la flexibilización de las restricciones de cierre, trajo temperaturas de 24,2° en el St James’s Park, en el centro de Londres.
Eso está ligeramente por debajo de la temperatura más calurosa de marzo en el Reino Unido de 25,6°, registrada en 1968, en el pueblo de Mepal en Cambridgeshire.
Boris Johnson instó al público a “disfrutar del hermoso clima”, cuando se cambiaron las reglas de Covid-19 para permitir el ejercicio en grupo al aire libre y reuniones de hasta seis personas en espacios públicos y jardines privados.
Gran Bretaña ya vacunó a 30 millones de personas contra el coronavirus. Foto: EFE
Competencias deportivas
Entre los que se beneficiaron de la flexibilización de las restricciones se encontraba el equipo de regatas de mujeres de la Universidad de Cambridge, que fue visto practicando en el río Great Ouse en Cambridgeshire.
Participarán en la carrera de botes contra la Universidad de Oxford el domingo, con una nueva ruta planeada entre Ely y Littleport en Cambridgeshire en lugar de a lo largo del Támesis, debido a preocupaciones de Covid-19.
Los ciclistas, golfistas y nadadores al aire libre también se apresuraron a aprovechar el clima y las reglas relajadas. Los Lidos de piscinas del sur de Londres, el lago de la Serpentine en Hyde Park y Hampstead Heath estaban llenos de nadadores.
Decenas de turistas se reunieron en los acantilados de a lo largo de Birling Gap en East Sussex, mientras que otros fueron vistos jugando bádminton y paddle surf en la playa de Brighton.
Un grupo de pescadores disfrutaba del clima soleado en Dever Springs, cerca de Winchester, Hampshire, donde se dice que los peces han engordado porque han podido alimentarse ininterrumpidamente durante el lockdown.
Playas concurridas
En Devon, los guardacostas advirtieron a las personas que tuvieran cuidado al nadar o disfrutar de deportes acuáticos en el mar. Fue después de que una pareja quedó atrapada cuando un acantilado se derrumbó sobre ellos en la playa de Charmouth, justo al otro lado de la frontera en el oeste de Dorset. Un helicóptero de búsqueda y rescate los llevó a un lugar seguro.
En otra parte, la policía advirtió a la gente que obedeciera las restricciones después de que se viera a multitudes bebiendo y peleando en Nottingham Arboretum, un parque popular de la ciudad.
Se vio a grupos abrazándose, quitándose los barbijos y rociando bebidas en el aire mientras cientos de personas bajaban al parque.
La policía de Nottinghamshire dijo que los agentes incautarían alcohol de las personas en los parques y desplegarían patrullas adicionales para evitar escenas similares.
La temperatura más alta de Escocia del año fue igualada por los 19,3° en Aboyne en Aberdeenshire. La de Irlanda del Norte fue fijada por los 17,3 registrados en Helen’s Bay en Co Down.
Steve Ramsdale, el meteorólogo jefe de la Oficina Meteorológica, dijo que las temperaturas comenzarían a caer a medida que el aire más frío se mueva por el noreste el jueves.
Pero los británicos no quieren escuchar las malas noticias y disfrutan el sol y el calor, tras meses de encierro. Sueñan con una “pinta” de cerveza en el jardín de un pub, el próximo paso.
París, corresponsal
CB