Este miércoles hubo 16.056 casos de coronavirus en la Argentina. Más de 8.063 se produjeron en la provincia de Buenos Aires y 1.707, en la Capital Federal. La cifra es un 23
por ciento superior a la del último viernes, cuando el termómetro ya había asustado a los Argentinos con casi 13 mil contagios registrados. La pregunta es por qué está creciendo tan rápido la curva y hasta dónde puede llegar.
Roberto Debbag, vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, viene hablando del “huracán Covid”, que está integrado por cuatro “aceleradores” de la curva: las variantes del coronavirus más transmisibles y virulentas, el relajamiento social, la falta de una política sistemática de testeos y la lenta campaña de vacunación.
En cuanto a las variantes, las dos que más preocupan son la de Gran Bretaña y la de Manaos. El Ministerio de Salud salió a aclarar en las últimas horas que en realidad la variante de Manaos no tenía circulación comunitaria como se había interpretado a partir de la información difundida el lunes: tres casos sin antecedente de viaje y sin contacto estrecho con alguien que haya vuelto del exterior.
Sin embargo, para Debbag lo de los tres casos sería anecdótico: “La variante de Manaos tiene casi un 90 por ciento de circulación en Brasil, 20 por ciento en Uruguay y 30 por ciento en Chile. ¿Por qué nosotros deberíamos ser la excepción?”. Tanto la variante británica como la brasileña tienen como característica que infectan más.
Para Roberto Debbag, los controles a los pasajeros en Ezeiza son muy frágiles. Foto: Luciano Thieberger.
El relajamiento social se vio reflejado en el colmo de una fiesta para 500 personas en Entre Ríos, donde la mayoría de los invitados eran mayores de 60 años y no se ve distanciamiento alguno ni utilización del barbijo. Es una situación casi grotesca, pero de alguna manera representa el momento actual de los hábitos en el AMBA. Mucha gente actúa como si no ocurriera nada.
El tercer punto es el de una política sistemática de testeos y ahí se ve que los PCR que se realizan varían mucho de un día para el otro, lo que refleja una respuesta a la demanda cotidiana más que una pesquisa para encontrar y aislar gente contagiada, con el objetivo de que no siga infectando a otras personas.
La alta positividad de los testeos registrada hoy (28 por ciento) también da la pauta de la debilidad o inexistencia de un rastreo permanente de casos de Covid en el país. Habla de todos los casos que existen y no se llegan a registrar.
Según Debbag, haciendo esa proyección se podría afirmar que este miércoles en el país pudo haber habido “60 mil casos reales”, contra los 16 mil registrados. Para la Organización Mundial de la Salud, una tasa razonable de positividad sería del 10 por ciento.
El ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, insistió en la necesidad de intensificar estos operativos. Pero son pocos los distritos del país que ubican esta política como un objetivo fundamental. Desde el Gobierno nacional lo relativizan y de hecho decidieron descentralizar la compra de los kits de testeo en las provincias.
Por último aparece la campaña de vacunación, que como el Gobierno sabe y ha reconocido está avanzando con lentitud. Debbag lo graficó con estas cifras: “Argentina vacunó hasta ahora al 4 por ciento de su población y sólo el 1,5 por ciento tiene las dos dosis. Eso la ubica en el puesto 62° del mundo en vacunados cada 100 habitantes.
Una de las observaciones del experto es que en Ezeiza, a los pasajeros que llegan del exterior les realizan tests de antígenos, que tienen una sensibilidad del 60 por ciento. “El que da negativo se va a la casa. Y al que da negativo en realidad deberían hacerle un PCR, mandarlo a la casa y si el resultado da positivo ir a buscarlo”.
La rapidez con la que crece la curva de contagios hoy contrasta con el comportamiento de la primera ola, cuando se dio un aumento paulatino, casi amesetado, hasta llegar al pico de octubre. Hoy, la Argentina en un mes está llegando otra vez a los valores de aquel momento y el futuro en incierto.
La aceleración de la cantidad de infectados por ahora no ha repercutido en la cantidad de muertos. Este viernes fueron 164. “Cuatro semanas”, dice Debbag al ser consultado sobre si esa cifra se verá incrementada en el corto plazo. No obstante, hay que tener en cuenta que la mayor proporción de gente que hoy se está infectando de Covid tiene una edad promedio de entre 40 y 60 años. En la primera ola, el 83 por ciento de las muertes ocurrieron entre mayores de 60.
PS