A medida que se va acercando el Mundial de Qatar, las condiciones en las que se llevará a cabo empiezan a visibilizarse. Ya va una década de construcciones fastuosas y también
de precarización extrema para quienes las realizan. Y eso, de a poco, va llegando a los futbolistas que serán las estrellas dentro de las canchas: Toni Kroos, campeón del mundo con Alemania en 2014, aseguró hoy que no estuvo bien la elección de ese país como anfitrión.
¿Por qué? “En primer lugar, por las condiciones de los trabajadores. Luego por el hecho de que la homosexualidad esté penalizada y castigada. Y también porque no es un país con una cultura de fútbol“, remarcó el jugador del Real Madrid de 31 años, de quien se especula que dejará al conjunto germano luego de la Eurocopa 2021.
Las declaraciones de Kroos se dan luego de que el mes pasado, el prestigioso medio inglés The Guardian publicara un informe en el que señalaba que 6751 personas habían fallecido en esta década en Qatar.
Todos eran trabajadores migrantes –en su mayoría de India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka– que participaron en la construcción de los estadios, rutas y edificios del Mundial más costoso y obsceno de la historia: el de los 200 mil millones de dólares, que dejó al de Rusia 2018 (14 mil millones) bien lejos.
“Muchos trabajadores trabajan sin pausa, bajo temperaturas que pueden alcanzar los 50 grados. A veces no tienen suficiente comida o agua potable, algo de locos con esas temperaturas, no tienen seguro médico, y se ejerce contra ellos una cierta violencia, son puntos naturalmente inaceptables”, explicó Kroos.
La denuncia de Kroos, de repercusión internacional, está lejos de ser un hecho aislado. Su selección, Alemania, salió el otro día con una camiseta en defensa de los derechos humanos, en algo que puede leerse en clave luego de este testimonio de uno de sus referentes. A Alemania se sumaron los equipos nacionales de Bélgica, Holanda y Noruega, todos en partidos por las Eliminatorias.
Pese a estas iniciativas, Kroos enfatizó en que no va a boicotear el Mundial, porque considera que “la visibilidad del Mundial puede atraer la atención sobre esos problemas“, y que “a fin de cuentas, un boicot no cambiaría seguramente en nada las condiciones de esos trabajadores”.