A tres meses de que se aprobara en Argentina el aborto legal, distintos grupos religiosos mantienen su firme postura de que la medida es inconstitucional. Una organización cristiana
comenzó una campaña para juntar firmas para impedir la utilización de la ley.
El Partido Demócrata Cristiano de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es quien lleva adelante una campaña de firmas de adhesiones de ciudadanos contrarios a la aplicación de la Ley del Aborto en nuestro país.
Esta campaña comenzó con la firma de más de 500 adhesiones durante el sábado pasado, cuando se realizó la “Sexta Marcha Por la Vida y la Familia” que se desarrolló frente a la Facultad de Derecho de Capital Federal.
En este contexto, los dirigentes, afiliados, militantes y simpatizantes de la Democracia Cristiana porteña anunciaron que colocarán en los próximos días diversas mesas en distintos puntos de la Ciudad para la junta de firmas.
Allí lo que se peticiona es “la inexistencia” de la ley del aborto. Consideran que es nula ya que “no se consiguieron las mayorías especiales constitucionales en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores de la Nación para su aprobación”.
Buscan que estas firmas sirvan para adherir al recurso de amparo que la Democracia Cristiana Argentina presentó en los Tribunales, que tiene esa misma intención. La causa judicial se encuentra radicada en el Juzgado Contencioso Administrativo Federal número cinco.
No es la primera agrupación que busca dar marcha atrás con la ley. La Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA) –que agrupa a la gran mayoría de los evangélicos- consideró que “la Argentina retrocedió siglos de civilización y respeto al derecho supremo de la vida” con la aprobación de la legalización del aborto.
En un fuerte comunicado expresaron que “vivimos la sensación contundente de que la mayoría celeste no fue escuchada, mucho menos tenida en cuenta”.
“El compromiso de movilizarse pese a ser un tiempo de pandemia mundial, y la inoportunidad que esto representa al tratar un tema tan extremo como exterminar la vida de un ser humano en formación”, añadieron.
Subrayaron que esto “pone bien en alto la convicción de defender las dos vidas”.