Una nueva escultura anónima irrumpió en el espacio público de Mar del Plata, tal como ocurrió en febrero cuando apareció la figura de una mujer con la mirada perdida al mar.
Ahora fue el turno la escultura de un perro, que horas más tarde fue retirada por las autoridades a la espera de que aparezca el autor.
Boca abierta, lengua afuera y orejas “rotas”, la figura del animal apareció este jueves santo recostada sobre una roca ubicada en el camino que bordea la zona de Playa Chica.
Las autoridades municipales sospechaban que a raíz de la escultura anterior ese sector de la ciudad podría transformarse en un escenario donde distintos artistas comenzaran a dejar sus obras y algo de eso fue lo que ocurrió esta mañana.
SIn embargo, no duró mucho tiempo, ya que para el mediodía algunos empleados del municipio que lidera Guillermo Montenegro la sacaron del lugar.
“La escultura estaba muy mal pegada y por motivos de seguridad debimos retirarla”, informó un vocero del área, según cuenta el diario La Capital. La pieza fue trasladada a un museo de la ciudad para “dejarla en custodia”, a la espera de que el autor se contacte con la Secretaría de Cultura, para evaluar cómo seguirá el proceso.
Un enigma resuelto
Para los feriados de carnaval, en febrero, había ocurrido un caso similar cuando un día de niebla apareció la escultura de una mujer desnuda, sentada, con uno de sus brazos rodeándole las piernas y la mirada perdida en el mar.
Poco después, el enigma de su presencia sumado a la armonía que transmite, generó un fenómeno viral: al instante, en las redes comenzaron a circular imágenes de selfies con la escultura de fondo, y a partir de allí, las hipótesis.
Luego de varias jornadas de incertidumbre, finalmente se conoció que el cirujano y artista plástico Mario Magrini fue quien la hizo y la mandó a ubicar allí para conocer cuál sería la respuesta del público.
“Comenzó a simbolizar amores, desamores, tristezas, esperanza, símbolos, recuerdos y homenajes. Cada cual recibió un mensaje diferente, el que deseaba o el que esperaba, y eso es maravilloso. Eso es pura emoción que se manifiesta en tantas personas a la vez y en forma diferente. Si ese no es el objetivo mayor de una obra artística, ¿cuál es? Gracias a Dios, objetivo cumplido“, señalo Magrini en aquel momento.
Y agregó: “Este anonimato fue buscado pero no como estrategia de marketing ni para generar un mayor interés, sino para que la protagonista sea sólo la obra misma y desde allí, en un entorno que la completara, poder averiguar qué despertaba en las personas que la veían“.
AFG