El abogado Pablo Vassel, ex subsecretario de Derechos Humanos de Corrientes y denunciante en la causa judicial por torturas a soldados durante la guerra de Malvinas, relat
en una entrevista con Tlam cmo se inici el proceso de recopilacin de casos de estaqueos, enterramientos y otras vejaciones contra ex combatientes de unidades militares que lucharon en el conflicto blico de 1982.
Vassel, quien ocup la subsecretara de DDHH entre 2004 y 2008, comenz a investigar esos episodios a partir de la proyeccin en Corrientes del film “Iluminados por el fuego“, dirigido por el actual ministro de Cultura Tristn Bauer a partir del testimonio del periodista y ex combatiente en Malvinas Edgardo Esteban, en un evento que haba sido organizado junto a otro veterano de la guerra, ya fallecido, el tambin correntino Orlando Pascua.
Aquella proyeccin fue realizada en agosto de 2005 en el cine Coln, un auditorio antiguo de la ciudad de Corrientes que haba sido alquilado especialmente, y sentados en las butacas se encontraban muchos ex combatientes junto a sus familias.
Cuando termin la pelcula, el auditorio permaneci en silencio y con “un impacto muy fuerte”, record Vassel en dilogo con esta agencia. “Nadie se poda mover del cine –revivi quince aos despus-, durante diez minutos todo el mundo se qued quieto y algunos lloraban.”
Tras esa escena en el cine, donde Vassel observ “la conmocin” que sentan los veteranos que haban asistido con sus mujeres e hijos, algunos incluso con sus nietos, se organiz un asado para los ex combatientes y parte del staff.
En esa cena, realizada en la sede del gremio ATE, el entonces funcionario pregunt a los exconscriptos qu les haba parecido la pelcula, en la que se mostraban tropas con hambre y la aplicacin de tormentos a un soldado.
“Y muchos me dijeron esto: ‘es muy buena pero lo que muestra se queda corto’. Ah me empec a preguntar: qu es quedarse corto?”, cont Vassel.
Desde ese momento, y a lo largo de dos aos, el abogado viaj por distintos puntos de la provincia para reunirse con ex combatientes, para escuchar, para grabar sus testimonios y para preguntarles si estaban dispuestos a denunciar judicialmente lo que haban vivido en las islas.
“Algunos quisieron dar sus testimonios y que fueran presentados en la Justicia, otros simplemente me informaron lo que pas, para que yo supiera, pero prefirieron no dar sus testimonios”, relat el abogado.
La recorrida para recopilar casos de tormentos aplicados por oficiales y suboficiales concluy, cont el propio denunciante, con “23 testimonios originales, con 5 que haban sido vctimas de torturas y 15 que haban sido testigos de las torturas sufridas por camaradas suyos; otros daban cuenta de la muerte de dos soldados por hambre, y otros que referan al asesinato de un soldado correntino que haba recibido un disparo en la cabeza por un cabo en una pelea casi de guapos, imposible de ser asimilada a un error blico”.
“Todos los testimonios fueron desgrabados, palabra por palabra, incluso con las expresiones correntinas que vienen del antiguo guaran, porque me pareca fundamental que aquellos soldados de la patria que nunca haban sido escuchados fueran, por fin, extremadamente escuchados, y respetadas sus opiniones”, afirm Vassel, quien no slo recopil las declaraciones por escrito: las registr tambin en material flmico.
Esta informacin constituy la base documental de la denuncia que Vassel present en 2007 en el Juzgado Federal de Ro Grande, provincia de Tierra del Fuego, donde se abri la causa 1777/07 que ya lleva 14 aos y que est a cargo de la jueza federal Mariel Borruto.
“Presentar la denuncia en el juzgado de Ro Grande fue un acto de reivindicacin de la soberana argentina, porque se buscaba que un juez argentino aplique la ley argentina por hechos que sucedieron en territorio argentino contra vctimas argentinas. Y lamentablemente cometidos por victimarios argentinos”, remarc Vassel.
Sobre las torturas y vejaciones que constat en la investigacin y que luego volc en la denuncia, el abogado dijo que “la ms usual era el estaqueo, que consista en atar a estacas a soldados con los tientos de las carpas para que queden inmovilizados por espacios variables de tiempo, a veces semidesnudos, otras veces vestidos, incluso algunos estaqueos se realizaban bajo caoneo enemigo”.
Otra prctica de castigo solan ser “los enterramientos”, o sea “cavar pozos y enterrar a soldados hasta el cuello, casi a la usanza de Roca en la Campaa del Desierto a fines del siglo XIX”, detall el denunciante.
En la mayora de los casos, dijo Vassel, los castigos o vejaciones eran impuestos por “motivaciones famlicas, o sea el hambre extremo”, aunque tambin comprob el caso de “soldados de regimientos patagnicos que fueron obligados a descalzarse a los que se les mojaba el pie y con el telfono de campaa se accionaba una pequea manivela para generar una picana elctrica en el medio del campo”.
Tambin hubo torturas aplicadas por antisemitismo, “por lo menos en tres argentinos de religin juda que fueron torturados mientras se los trataba de ‘judo de mierda'”, seal Vassel, pero en estos casos las violaciones a los Derechos Humanos ocurrieron en regimientos de la provincia de Buenos Aires y no de Corrientes, y adems se produjeron vejaciones a jvenes “provenientes de pueblos qom o moqoit del Chaco y Formosa, motivadas por el analfabetismo, o por el escaso manejo del castellano”.
Al referirse a la causa, Vessel cuestion “el ritmo exasperadamente lento” en que se fueron disponiendo las distintas medidas procesales, aunque reconoci que el expediente “avanza pese a todas la dificultades”, tras lo cual subray que entre el 13 y el 15 de abril prestarn declaracin indagatoria “seis altos oficiales responsables de esos hechos”.
Uno de los altos oficiales que declarar es el ex general de brigada Omar Parada, que al momento de la guerra se desempeaba como jefe del comando de la Tercera Brigada de Infantera de Corrientes y en Malvinas estuvo afincado en Puerto Yapey, un pequeo puerto ubicado en la isla Gran Malvina, sobre el estrecho de San Carlos. La declaracin de Parada, de 94 aos, est prevista para el 13 de abril a las 11.
“Parada no slo estuvo en Malvinas y convalid la decisin de torturar a soldados sino que l mismo tambin dio rdenes efectivas de torturar a soldados”, asegur Vassel a esta agencia.
El abogado y ex subsecretario de DDHH de Corrientes, al repasar la historia del expediente, critic la actuacin de la Corte Suprema en la causa, ya que el mximo tribunal “la tuvo durante tres aos, entre 2012 y 2015” para luego, puntualiz Vassel, emitir en febrero de 2015 “un fallo vergonzoso de tres renglones, literalmente, que cerr un tramo de la investigacin”.
Esto deriv en una presentacin ante la Comisin Interamericana de Derechos Humanos por parte del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas de La Plata (Cecim).
Vassel, sin embargo, mencion logros y decisiones claves que en algn caso convalidaron la denuncia sobre torturas a soldados, y que se produjeron a partir de la denuncia en la Justicia Federal: el primero de ellos fue la desclasificacin del llamado informe Rattenbach (como se conoce a las conclusiones de la Comisin de Anlisis y Evaluacin de las Responsabilidades Estratgico-Militares que encabezaba el general de mayor antigedad en el ltimo ao de la dictadura, Benjamn Rattenbach).
Esa medida fue dispuesta a travs del decreto 200/2012, en febrero de 2012, por la entonces presidenta Cristina Fernndez, quien tres aos ms tarde, en septiembre de 2015, profundiz la misma lnea al ordenar la desclasificacin de todos los secretos militares sobre Malvinas.
“En esos secretos estn todos los legajos que por normativa militar tiene que hacer cada efectivo cuando participa de una accin blica: ah es donde, de puo y letra, dicen ‘denuncio que Mengano hizo tal cosa con tal’, o sea eran denuncias de oficiales y suboficiales de las tres fuerzas que denunciaban a otros, a veces con eufemismos, como hablar de ‘maltrato a la tropa’ y no de torturas”, apunt Vassel.
Sobre este punto, pero tambin sobre las perspectivas de la causa, el denunciante concluy: “Esta investigacin, a quien ms tiene que interesar, es a las propias Fuerzas Armadas, porque le va a permitir separar a aquellos que vistieron el uniforme de San Martn prestigindolo de aquellos que lo deshonraron, porque fueron los que permitieron que casi 200 soldados estuvieran en desnutricin extrema o que hubiera soldados maltratados y vejados”.