En medio de otra Semana Santa marcada por la pandemia del coronavirus, el Papa Francisco celebró la misa en la basílica de San Pedro donde
se postró en el suelo, delante del altar, para rezar durante unos minutos por la Pasión del Cristo.
El Sumo Pontífice se recostó en el suelo de la basílica del Vaticano durante este viernes Santo en que la Iglesia recuerda el drama de la muerte de Cristo en la Cruz.
Francisco se colocó unas vestimentas de color púrpura en recuerdo de la sangre de Cristo derramada en la Cruz en una basílica completamente desprovista de ornamento e iluminada por una luz suave en consonancia con la sobriedad de la ceremonia.
El Papa rezó en el suelo para recordad la Pasión de Cristo.
Tras esos minutos de silenciosa oración el Papa se levantó y así comenzó con la proclamación de la liturgia de la Palabra.
Debido a la situación sanitaria, en la misa participaron los cardenales y los superiores de la secretaria del Estado Vaticano. En cambio, la participación de fieles fue muy limitada.
Francisco presidió más tarde el Viacrucis. Un año más, la pandemia obligó al Santo Padre a desarrollarlo en la plaza de San Pedro y no en el Coliseo de Roma para evitar las aglomeraciones.
Visita a personas sin hogar
Más temprano, Bergoglio visitó a algunas de las personas sin hogar que el Vaticano está vacunando contra el coronavirus.
Francisco se vistió de color púrpura en recuerdo de la sangre de Cristo derramada en la Cruz.
“Esta mañana, Viernes Santo, poco antes de las 10, el Papa ha visitado el atrio del Aula Pablo VI del Vaticano mientras se estaba vacunando a algunas personas sin hogar o en dificultad, recibidas o acompañadas por algunas asociaciones romanas”, señaló la oficina de prensa de la Santa Sede en un comunicado.
El Pontífice saludó al personal sanitario y a algunas de las personas a las que se administró la primera dosis de la vacuna, añadió el texto oficial citado por la agencia de noticias Europa Press.
De momento, se vacunaron 800 de las 1.200 personas previstas en la campaña de la Semana Santa, en la que se administra la vacuna de Pfizer-BioNTech, compradas por la Santa Sede y otras donadas por el Hospital Lazzaro Spallanzani de la capital italiana.
Muchas de las personas sin techo son extranjeros sin documentación que quedan fuera de las listas de las autoridades para la vacunación o que se les dificulta acceder a registrarse para recibir el fármaco.
“Sobre el uso de la vacuna, el Papa animó repetidamente a las personas a vacunarse, porque es una forma de ejercer la responsabilidad hacia los demás y el bienestar colectivo, reiterando con fuerza que todos deben tener acceso, sin que nadie esté excluidos debido a la pobreza“, indicó la Limosnería Apostólica en su sitio web.
Con información de DPA y Télam.