La burbuja del fútbol estalló. La situación que está atravesando Banfield, que informó que hay con 18 casos positivos de Covid-19 -15 jugadores y 3 integrantes del cuerpo técnico-, es todo
un síntoma de que los equipos no están exentos de la pandemia. Sin ir más lejos, ayer se conoció que Matías Miranda, volante de Gimnasia, se sumó a la lista de 16 infectados. Independiente recuperó a Silvio Romero, pero perderá a su arquero titular, Sebastián Sosa. El uruguayo se contagió por segunda vez. Y en el Ascenso cada vez hay más bajas por el virus que golpea a todo el mundo.
Está claro que los futbolistas no forman parte de una isla en un país en el que crece la ola de contagios y hay alarma por posibles restricciones. Ya son más de 100 casos en Primera División. Y aunque son testeados semanalmente, algunos hasta dos o tres veces, tienen los mismos riesgos que cualquier hijo de vecino. Ahora, ¿es nociva la práctica del deporte o el peligro está fuera de los márgenes del campo de juego?
Hay un estudio realizado por el Departamento de Salud Pública y Ciencia en el Deporte de Aarhus, la segunda ciudad más grande de Dinamarca, que concluye que los jugadores están a menos de 1,5 metros –distancia aconsejada para evitar el contagio- durante un lapso promedio de 4.12 minutos por partido.
Sarmiento resolvió comenzar a usar barbijos hasta el inicio del partido.Foto: Prensa Sarmiento
Los investigadores Nikolas S. Knudsen, Manuel M. Thomasen y Thomas B. Andersen hicieron un seguimiento de 14 partidos de la Superliga danesa en la temporada 2018/2019. En cada equipo nominaron a un “futbolista infectado”. Y establecieron un sistema de puntuación por cada vez que otro jugador pasaba cerca o en la zona en la que había estado un instante antes el supuesto agente de contagio. Los datos fueron recolectados por un GPS.
Los resultados de este seguimiento demostraron que un jugador puede estar en una zona de exposición al virus durante 1.28 minutos (87,8 segundos) durante un partido. El análisis no incluye la transmisión por contacto, algo que puede darse en los laterales o en las entradas. Sí están consignados los festejos de los goles, cuando generalmente los futbolistas se acercan para abrazarse.
Este análisis, que tomaron en cuenta en Alemania, el primer país de las grandes ligas que reanudó la actividad durante 2020, explica porqué Marcelo Weigandt y Germán Guiffrey, quienes el domingo se sometieron a un hisopado de resultado positivo pero jugaron el sábado en La Plata, no representaron un riesgo para sus compañeros o los jugadores de Lanús. Al menos, sobre el campo de juego. El caso de John, arquero de Santos, es otro ejemplo. El 6 de enero, en la Bombonera, atajó con coronavirus. Boca pidió explicaciones y encendió las alarmas, pero todos sus jugadores dieron negativo.
Weigandt y su compañero Guiffrey dieron positivos después del partido con Lanús.Foto @gimnasiaoficial
Para Alejandro Roncoroni, secretario general y médico de Argentinos Juniors, “no hay ninguna chance de que se contagien en la práctica de fútbol”. Y agregó, en diálogo con Clarín, “lo que rodea al fútbol es complejo. Los jugadores viven en una sociedad donde los casos crecen de manera alarmante. Y ellos no están ajenos porque tienen familias”.
Aunque hay un protocolo que indica que los vestuarios no deben ser utilizados, hay otro factor de riesgo. Cuenta un doctor con recorrido en el mundo de la pelota que “cuesta hacerles entender que no hay que compartir el mate”. El ritual del futbolista, ese que es una tradición de los argentinos en cualquier grupo, es una situación que pocos evitan en los planteles. Es más, algunos hasta toman del pico de la misma botella durante la hidratación en los partidos. También hay una situación que tiene que ver con el transporte al interior, ya sea en un micro o en avión. Después, claro, están los asados y las reuniones que los futbolistas hacen fuera del ámbito del club.
“Hay una relajación de la sociedad. Jugando al fútbol o adentro del vestuario, es muy difícil que se contagien porque los clubes están respetando la burbuja. Pero cuando se van del club, ahí está el problema. Las mujeres salen, los hijos van al colegio, entonces sin saberlo, meten el bicho adentro del vestuario. En los clubes se toma la temperatura, se hisopan como corresponde, el fútbol hace todo lo posible para sostener la burbuja. Los planteles viajan en en dos micros, no se bañan en las instalaciones, pero está cada vez más complicado por lo que pasa a nivel país“, dice Donato Villani, médico de la AFA.
Donato Villani: “Jugando al fútbol o adentro del vestuario, es muy difícil que se contagien”.
Banfield fue uno de los que más sufrió el coronavirus. “Tras los testeos oficiales de la LPF del día viernes, donde dieron resultado positivo los jugadores Emanuel Coronel, Jesús Dátolo y Luciano Gómez y habiéndose presentado casos con síntomas, se realizaron nuevos testeos internos de control”, expresó el club de en un comunicado.
Facundo Altamirano, Facundo Sanguinetti, Mateo Pérez, Gregorio Tanco, Alexis Maldonado, Juan Alvarez, Lautaro Ríos, Fabián Bordagaray, Giuliano Galoppo, Martín Payero, Luciano Pons y Juan Cruz fueron aislados.
¿Dónde se produjo el contagio? En San Juan, donde el equipo jugó ante Vélez y ganó el pase a la Copa Sudamericana 2022. ¿Quién fue el paciente 0? Nadie lo sabe. Pero compartieron avión, hotel y vestuario. Y aunque todos fueron chequeados y tuvieron un PCR negativo, es apenas una foto del momento. El virus puede estar entre cinco y diez días incubándose en el cuerpo de la persona infectada.
El virus también afecta a los árbitros. Los hombres de negro no son la excepción. Sin ir más lejos, Andrés Merlos y Darío Herrera fueron reemplazados en Colón-Argentinos y Vélez-Unión (Fernando Espinoza y Mauro Vigliano). Y hay polémica por una situación que se vivió en el Ascenso. Marcelo Habib, segundo de Federico Beligoy, les envió un mensaje de Whatsapp a los líderes de los equipos arbitrales para informarles no habría testeos para la Primera Nacional. Por ese motivo, el SADRA, a través de su secretario Guillermo Marconi, le envió una carta documento a la AFA para que en el término de 48 horas reinicie los PCR y evite contagios bajo apercibimiento de denuncia a las autoridades sanitarias