El empate le cayó mejor a Talleres, y no porque lo haya conformado. De hecho fue el equipo albiazul el que al final del juego forzó más las acciones para romper
el equilibrio en el marcador ante Defensa y Justicia.
El análisis más bien tiene que ver con los contextos de uno y otro y el objetivo común de ambos de entrar al lote de los cuatro mejores de la Zona 2 de la Copa de la Liga Profesional y estar en la discusión. En los últimos cuatro partidos la “T” suma dos empates y dos victorias, mientras que los bonaerenses acumula dos igualdades y dos derrotas. Sumado a que se jugaba en Florencio Varela, y que el Albiazul debió remontar dos veces la desventaja, no hay dudas de que el 2-2 cotizó más en la City cordobesa.
Más allá de las frías cuentas de las matemáticas, adentro del campo de juego los dos mostraron picos y baches en sus rendimientos y el reparto de puntos no hizo más que reflejar esa paridad de virtudes y carencias en un duelo que tuvo como villano invitado a un campo devenido en lodazal.
Volea y autogol
El local sorprendió en su primer ataque aprovechando el Talón de Aquiles de Talleres: la improvisada ubicación como lateral izquierdo de Piero Hincapié. Por el lado del ecuatoriano llegó el desborde de Ciro Rius que dejó servida la pelota para la potente volea de derecha de Miguel Merentiel. Nada que hacer para Guido Herrera. Apenas iban dos minutos.
Con la tempranera ventaja, Defensa y Justicia cayó en la tentación de esperar al rival en su propio campo y cederle pelota e iniciativa. Los dirigidos por el “Cacique” Medina tomaron la posta pero se repitieron yendo por derecha, sector donde el juvenil Augusto Schott buscaba infructuosamente un socio que lo apoyara en sus excursiones ofensivas.
Sin lograr hace pie en la mitad de la cancha, donde la presión y los charcos dificultaban la tarea del tándem Méndez-Navarro, Talleres fue encontrando algunos tips para incomodar a su anfitrión. Complicó con envíos largos que pusieron mano a mano a sus delanteros con alguno de los defensores contrarios. Y también cuando hizo el campo más ancho, buscó conectar a los que más saben con la pelota en los pies y modificó aquella búsqueda sistemática de avanzar por una sola de las bandas.
A dos minutos del descanso, Diego Valoyes encaró por derecha, gambeteó varias camisetas verdes y alguno que otro pantano, y tiró un centro al que el rebote en Breitenbruch terminó convirtiendo en una carambola de billar. Pelota a la tronera y empate. Castigo para un Halcón de vuelo bajo.
Siesta y reacción
Sebastián Beccacece pateó el tablero en el entretiempo y dispuso tres cambios de nombres y modificaciones en la idea de juego. Defensa y Justicia fue a jugar el partido con más gente adelante y Talleres se durmió una siesta de quince minutos que pudo haberle costado más caro que otra transitoria desventaja, la que Tomás Escalante concretó cuando se jugaban 8 minutos. El inmediato ingreso de Brian Romero por Merentiel fue toda una señal. El dueño de casa esta vez elegía defenderse atacando. Complicado.
La entrada de Michael Santos por Fragapane hizo reaccionar a un Talleres que a esa altura sufría el partido muy cerquita de su arquero (floja tarea de Pérez e Hincapié en el complemento) y que no encontraba los caminos para acercarse hacia el área custodiada por Luis Unsain.
Estaba claro que la historia pasaba por jugar más lejos de Guido Herrera y, más allá del agua y las patadas, tratar de dar dos o tres pases seguidos en campo adversario. A los 21 minutos la “T” logró hilvanar esas dos consignas y eso le alcanzó para empardar la mano otra vez. Nuevamente con la ayuda de un defensor rival, en este caso Juan Rodríguez.
Después del 2-2 el partido se hizo de ida y vuelta. Talleres lo pudo perder en una distracción que demandó una respuesta de máxima exigencia para su cuidapalos y capitán, y lo pudo ganar si embocaba alguna de las tres chances que generó en los cinco minutos finales. Ni una cosa ni la otra. Fue empate, estuvo bien y en definitiva no le cayó tan mal al elenco cordobés.
Bajo la lupa
Bien. Tal como había sucedido frente a Independiente, Guido Herrera volvió a ser importante en los momentos más complicados de Talleres. Diego Valoyes, aún siendo muy individualista, hizo diferencia con su velocidad.
Más o menos. El tándem Méndez-Navarro tuvo problemas en el primer tiempo. Después se acomodó mejor al partido, aunque sin sobresalir.
Mal. El improvisado rol de lateral izquierdo le complicó el partido al ecuatoriano Piero Hincapié. Rafael Pérez también tuvo dificultades en la defensa. Franco Fragapane, ausente sin aviso en Florencio Varela.
VALOYES. Una gran jugada del colombiano le permitió a Talleres igualar el partido en el primer tiempo. Apareció de a ratos, pero siempre fue incisivo.
Síntesis del partido
Defensa y Justicia (2): Luis Unsain; Néstor Breitenbruch, Juan Rodríguez y Valentín Larralde; Nicolás Tripicchio, Tomas Escalante, Rodrigo Herrera y Emanuel Brítez; Ciro Rius y Nicolás González; Miguel Merentiel. DT: Sebastián Beccacece.
Talleres (2): Guido Herrera; Augusto Schott, Nahuel Tenaglia, Rafael Pérez y Piero Hincapié; Federico Navarro y Juan Ignacio Méndez; Diego Valoyes, Franco Fragapane y Guilherme Parede; Carlos Auzqui. DT: Alexander Medina.
Goles: PT, 2m Merentiel (DyJ); 43m Breitenbruch (DyJ) en contra. ST, 8m Escalante (DyJ); 21m Juan Rodríguez (DyJ) en contra.
Cambios: ST, inicio, Enzo Fernández por Valentín Larralde (DyJ), Raúl Loaiza por Rodrigo Herrera (DyJ) y Carlos Rotondi por Nicolás González (DyJ); 15m Brian Romero por Merentiel (DyJ); 17m Michael Santos por Fragapane (T); 32m Mateo Ortiz por Rius (DyJ); 33m Mateo Retegui por Parede (T).
Amonestados: Juan Rodríguez, Rodrigo Herrera (DyJ); Hincapié y Pérez (T). Expulsado: ST, 47m Breitenbruch (DyJ).
Cancha: Defensa y Justicia. Árbitro: Fernando Rapallini.
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