El plan de paz en Colombia sufrió un tercer traspié este lunes cuando el Gobierno suspendió el cese del fuego con las disidencias de las FARC, uno de los grupos más importantes con los que negocia, por el crimen de cuatro menores, después de que se hayan roto las treguas con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), en enero, y con el cartel del Clan del Golfo, en marzo.
“Se informa que el cese bilateral que había actualmente con este grupo armado en los departamentos de Meta, Caquetá, Guaviare y Putumayo se suspende y se reactivan todas las operaciones ofensivas”, escribió el presidente Gustavo Petro en un comunicado en Twitter.
“Un hecho atroz que cuestiona la voluntad de construir un país en paz”Gustavo Petro, presidente de Colombia
La suspensión en estas cuatro de las regiones más conflictivas del país, bastión de los guerrilleros en el sur del país y donde se presume que viven sus cabecillas, fue decidida tras el asesinato de cuatro menores indígenas por parte de los rebeldes.
Los menores de la comunidad murui habían sido reclutados forzosamente por los rebeldes que se apartaron del pacto de paz que desarmó en 2016 a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la otrora guerrilla más poderosa de América.
Qué es el Estado Mayor Central
Liderado por Iván Mordisco, el EMC integra el conjunto de grupos armados ilegales con los que Petro quiere negociar y acordar el desarme dentro de la llamada política de “Paz Total”.
En 2021 el centro de estudios independiente Indepaz calculaba que el EMC tenía unos 1.700 combatientes.
En abril esa facción rebelde se dijo preparada para iniciar las conversaciones en mayo, pero nunca se concretó la instalación de la mesa.
El 31 de diciembre Petro declaró un cese del fuego bilateral con este grupo de disidentes y otras cuatro de las principales estructuras armadas que operan en Colombia.
Sin embargo, hasta ahora son tres las treguas caídas.
En enero, con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que se negó a cesar las hostilidades pese a tener conversaciones de paz con el gobierno desde noviembre, y en marzo con el cartel del Clan del Golfo, que atacó a la fuerza pública y a la población civil en medio de protestas de mineros de oro ilegales.
Este fin de semana las autoridades informaron que fueron asesinados en límites entre los departamentos de Caquetá y Amazonas por miembros del frente Carolina Ramírez, que pertenece al Estado Mayor Central (EMC) de las FARC, el grupo disidente más poderoso.
Fue “un hecho atroz que cuestiona la voluntad de construir un país en paz. No hay justificación alguna para esta clase de crímenes”, añadió el mandatario.
Cuestionamientos cruzados
“Si el cese al fuego no es efectivo en determinados territorios para proteger la vida y la integridad de la población, no tiene sentido persistir en ello“, dijo Petro.
Un comunicado enviado a periodistas por el EMC critica duramente al gobierno por la decisión, sin mencionar el asesinato de los menores indígenas.
“El rompimiento unilateral desatará la guerra y se multiplicarán los muertos, heridos y prisioneros“, señala el documento.
Los diálogos que siguen en pie
Sin el cese del fuego con el EMC, el ELN y el Clan del Golfo, al presidente Gustavo Petro solo le quedan por delante las treguas con la Segunda Marquetalia, otra facción de disidentes liderada por el ex número dos de las FARC Iván Márquez, y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada, un grupo paramilitar de la norteña Santa Marta.
“Desde nuestra perspectiva este ha sido el gobierno menos serio para entablar conversaciones, al punto de que ni se han instalado los mecanismos” de verificación de cese del fuego, añadieron los rebeldes, que pidieron al presidente trazar una política de paz “sin improvisaciones, sin presiones” y sin “incumplimientos”.
El gobernador del Meta, Juan Guillermo Zuluaga, en cambio, celebró la decisión y aseguró que “la paciencia se iba a agotar” y que la suspensión no se debe solo al “vil asesinato de cuatro niños, también por los secuestros, extorsiones y demás acciones delincuenciales que nunca cesaron”, según escribió en Twitter.
La senadora María Fernanda Cabal, del partido conservador Centro Democrático, dijo que “el primer responsable de la escalda de violencia es Petro, que bajo el engaño de la paz total, dejó a Colombia en manos de los terroristas”.
(S)La estrategia de paz y seguridad de Petro, el primer militante de izquierda que gobierna Colombia, es cada vez más criticada por la oposición, que cuestiona la capacidad de las fuerzas militares y del mandatario para no ceder ante las presiones de grupos ilegales.
El plan, que implica el sometimiento judicial de los grupos armados y contempla beneficios jurídicos a cambio de colaboración y rendición, es cada vez más criticado por los rivales políticos del mandatario, que aseguran que dará paso a la impunidad de estos grupos.
“En el mundo de la guerra solo se ha empoderado el narcotráfico”Gustavo Petro, presidente de Colombia
La defensa de Petro gira alrededor de la idea de que cuanto más duras han sido las medidas y más campesinos fueron encarcelados por sembrar hoja de coca “más fuerte se ha abrazado el dueño del narcotráfico con el dueño del poder político”.
“La pregunta es si queremos desmantelar pacíficamente las bandas ilegales o cerramos esa puerta. Yo creo que la sociedad colombiana se merece la construcción de un camino pacífico. En el mundo de la guerra solo se ha empoderado el narcotráfico”, tuiteó en marzo, durante unos de los puntos de inflexión que tan tenido las críticas opositoras.
Fuente Telam