Los logros de la ciencia nacional en el mundo continúan. Ahora es el coordinador de Oftalmo-Diabetes del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Austral e investigador principal del Conicet, el doctor Juan Gallo (MP 55.399 y MN 69.632), se convirtió en el primer médico latinoamericano que recibe el premio ARVO Fellow Gold, otorgado por la Asociación para la Investigación en Visión y Oftalmología (ARVO, por su sigla en inglés).
El director del Instituto de Investigaciones en Medicina Traslacional de la Universidad Austral obtuvo el reconocimiento por su trayectoria en la disciplina, donde se destacan sus trabajos sobre la incidencia de la diabetes en la retina.
Conformada por integrantes de 75 países, ARVO es la organización de investigación en visión y oftalmología más grande y respetada del mundo. Fundada en 1928, cuenta en la actualidad con más de 10 mil integrantes de todo el mundo.
“Siempre traté de desarrollar un perfil profesional como médico clínico investigador. Los años que trabajé en el Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia, donde me doctoré, dejaron en mí una huella para toda la vida”, explica el especialista.
Formar e investigar
De hecho, a su regreso de Suecia, donde había liderado un trabajo sobre la secuela ocular de la prematuridad, publicado en el American Journal of Ophthalmology y el British Journal of Ophthalmology, se abocó ya aquí en nuestro país al desarrollo del trasplante de stem cells de córnea, cuyos resultados también se publicaron en revistas científicas de los Estados Unidos.
Con posterioridad, la investigación del científico premiado (que encabezó años atrás un programa combinado de Residencia y Doctorado en Oftalmología donde formó y graduó a médicos oftalmólogos), se enfocó en la retinopatía diabética, mediante el uso de modelos animales de esta enfermedad.
Las personas con diabetes pueden tener esta enfermedad ocular, que ocurre cuando los niveles altos de azúcar en la sangre causan daño a los vasos sanguíneos en la retina. Estos vasos sanguíneos pueden hincharse y derramar líquido; o también cerrarse e impedir que la sangre fluya. A veces, se generan nuevos vasos sanguíneos anormales en la retina. Todos estos cambios pueden hacerle perder la visión.
«Realizamos estudios sobre la alfa-1-antitripsina, molécula con propiedades antiinflamatorias e inmunomoduladoras, con resultados originales que fueron publicados en Experimental Eye Research y PlosOne, lo que permitió iniciar una colaboración con la industria farmacéutica», detalla el doctor Gallo. En la actualidad, continúa atendiendo a unos cien pacientes por mes en el Hospital Universitario Austral.
Fuente Tiempo Argentino