El Riesgo País viene de varios días con diferentes movimientos, tanto al alza como a la baja, que han puesto los ojos de las autoridades sobre el indicador, atentos a las variaciones fuera de lo normal que pueda presentar; sin embargo, los expertos en el mercado coinciden en que Uruguay todavía está lejos de tener que preocuparse por este dato, más aún en comparación con la región.
El boletín mensual de la Bolsa Electrónica de Valores del Uruguay (Bevsa) dio cuenta de un mayo estable en cuanto al indicador de Riesgo País. Este dato —que mide el spread de rendimiento de la deuda del país en dólares respecto de la deuda de Estados Unidos (US Treasuries)— alcanzó los 105 puntos básicos o 1,05% anual al cierre de mayo; el mismo nivel que se observó para el cierre de abril.
Si bien el Índice de Riesgo Uruguay (Irubevsa) inició ese mes con una subida a 107 puntos básicos y alcanzó su máximo de 115 pb dos días después, el resto de mayo mostró una tendencia descendente, registrando un mínimo de 84 pb. Los números positivos son aún más evidentes si se observa el indicador en mayo del 2022, cuando cerró en 132 pb.
En lo que va de junio, en tanto, el escenario no es muy diferente. El sexto mes del año abrió al alza, con 108 pb, pero ese fue su máximo hasta el momento; incluso, en la jornada de ayer el Irubevsa tocó su mínimo actual de 88 pb. Nuevamente, si se compara con el indicador de un año atrás, la diferencia es optimista: en junio del 2022, el indicador cerró en 157 pb.
¿Por qué no se puede hablar de suba del Riesgo País, incluso si el indicador sube?
Desde el inicio del año, el Irubevsa aumentó —considerando los 88 pb al cierre de la jornada de ayer— 16 pb; y su máximo fue de 129 pb el 5 de abril pasado. Si se observa el Uruguay Bond Index (UBI) elaborado por República AFAP, el resultado es similar: en lo que va del 2023 aumentó 17 puntos básicos.
“Dada la volatilidad habitual del índice, dicha variación es muy poco significativa, por lo que podría considerarse que se ha mantenido relativamente estable a lo largo del año”, consideró el economista de CPA Ferrere, Giuliano Cantisani, en diálogo con Ámbito.com. Para el analista, “se puede llegar a una conclusión similar al observar el índice EMBI de Uruguay, calculado por JP Morgan”, que es utilizado habitualmente para comparar con otras economías. “En esa comparación, la variación tampoco parece muy relevante”, explicó.
Por otra parte, no hay que dejar de recordar que el Riesgo País de Uruguay se ha consolidado por debajo del promedio de los países emergentes en general y, en particular, de los latinoamericanos. En este sentido, es el país con menor Riesgo País de la región, una característica que suele ser habitual pero cuya tendencia se ha reforzado tras la pandemia de Covid-19 a partir de un empeoramiento del resto de los países en paralelo a la mejora de algunos aspectos macroeconómicos y fiscales de la economía uruguaya.
Al respecto, Cantisani señaló la “recuperación de la actividad relativamente rápida y el procesamiento de un ajuste fiscal estructural de aproximadamente 2 puntos del PIB”, como puntos destacados para la estabilización del Riesgo País, así como “la apreciación de la moneda”, que contribuyó a la disminución de la deuda, en tanto prácticamente la mitad de la deuda pública de Uruguay está en moneda extranjera. “A esto hay que agregar la aprobación de la reforma previsional, que, si bien no tiene efectos de corto plazo, despeja incertidumbre hacia adelante”, añadió.
La mejora de la nota crediticia, una buena señal
Si bien es resultado de las mejoras macroeconómicas y fiscales, las recientes subas en la nota de deuda por parte de las tres agencias de calificación más importantes —Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch— también traerá buenas noticias a nivel del Riesgo País. En definitiva, porque disminuye el costo de financiamiento y vuelve al país más atractivo para los inversores extranjeros.
Para el analista económico de la financiera Gastón Bengochea, Francisco Echegoyen, “el Riesgo País viene bajando, en parte por las buenas calificaciones que tuvo por parte de las calificadoras de riesgo y con buenas perspectivas a futuro”. Según explicó a este medio, “eso le da mucha credibilidad y confianza al inversor, para invertir en Uruguay. Por tanto suben las inversiones y esto aprecia la moneda local”.
Pero también habrá que tener en cuenta algunos desafíos fiscales que se avecinan para el país. “Desde septiembre del 2022 el resultado fiscal efectivo se ha ido deteriorando. Esto se debe al aumento de gastos en algunos rubros y, principalmente, a la caída de la recaudación, en línea con un enlentecimiento de la actividad económica y la significativa fuga de consumo hacia la región. Esto suma presiones de cara a la próxima rendición de cuentas, en la que el margen para aumentar el gasto público o reducir impuestos será acotado”, consideró Cantisani, por lo que habrá que seguir observando los indicadores de Riesgo País para ver si, efectivamente, logran mantener una evolución positiva.
Fuente Ambito