El abuelo de Joaquín Paredes, el adolescente de 15 años asesinado durante un operativo en pleno aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) por la pandemia de coronavirus en la localidad cordobesa de Paso Viejo, en octubre de 2020, declaró este viernes en el juicio que se les sigue a seis policías que aquella noche escuchó “más de veinte disparos” y que su nieto le “daba felicidad y paz” y que ahora está “vivo por fuera, muerto por dentro”.
Se trata de Esteban Paredes, que declaró como testigo en la quinta audiencia del debate, que comenzó el pasado lunes en la localidad de Cruz del Eje, y testimonió que su nieto Joaquín se había ido de la casa con un amigo alrededor de las 22 del 25 de octubre, y que más tarde sintió en las cercanías “tres tiros, luego más y más disparos. Fueron más de veinte”.
Asimismo, dijo que se había preocupado porque Joaquín aún no había regresado a la casa, y que horas después le avisaron que su nieto estaba baleado.
“Entonces le pedí a Dios que me lo salvara, pensé que eran balas de goma, pero me dicen que tenga fuerza que estaba muerto”, aseguró el hombre.
Esteban es un policía jubilado y dijo que nunca pensó que los efectivos podrían ser capaces actuar como lo hicieron.
“Joaquín me daba felicidad y paz y ahora se me terminó todo, no tengo nada, tengo un vacío enorme. Estoy vivo por fuera, muerto por dentro, toda la familia está igual”, manifestó apesadumbrado el hombre.
También declararon José Rodríguez, Fabián Juárez, Milton Torres, Mariano Torres y Leonardo Rodríguez, quienes relataron algunos detalles de lo que observaron sobre el operativo policial en la plaza de Paso Viejo donde sucedieron los hechos.
En cada una de las audiencias participaron los familiares de la víctimas y referentes de organizaciones que acompañan todo el proceso.
Luego de la quinta audiencia el tribunal de la Cámara del Crimen de Cruz del Eje, integrado por los jueces Ángel Francisco Andreu, Javier Rojo y Ricardo Arístides, pasó a cuarto intermedio hasta el próximo martes a las 9.
Son seis los policías acusados, aunque sólo uno de ellos llegó al debate acusado de homicidio y lesiones graves, mientras que los restantes están imputados por lesiones graves, omisión de los deberes, disparo de arma de fuego y amenazas calificadas.
La acusación está a cargo de la fiscal Fabiana Pochettino y del abogado Claudio Orosz, quien representa como querellante a la familia de la víctima.
El caso de Joaquín
De acuerdo con los datos de la acusación, la madrugada del 25 de octubre un grupo de policías se trasladó hasta la plaza de Paso Viejo, una localidad de unos mil habitantes, luego de ser alertado sobre una reunión de jóvenes en ese lugar mientras regía el aislamiento.
Cuando los efectivos llegaron al lugar se produjo una discusión con los jóvenes que, de acuerdo con la pesquisa, derivó en una balacera por parte de los policías, quienes efectuaron al menos siete disparos.
De los peritajes realizados durante la pesquisa surgió que cuatro balazos se realizaron con el arma del agente Iván Alexis Luna (26) y tres con la del agente Maykel Mercedes López (25), entre ellos el que impactó en la espalda de Paredes y le provocó la muerte.
Otro de los disparos, en tanto, se incrustó en el brazo de Brian Brandon Villada (15), quien debió ser asistido en un centro de salud pública, aunque en este caso no se pudo determinar de qué arma partió el tiro.
López es el único que se encuentra detenido y enfrenta una acusación por “homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego y coautor de lesiones graves en agresión agravadas por el uso de arma de fuego en concurso real”.
Luna, en tanto, está acusado por “lesiones graves en agresión agravadas por el uso de arma de fuego y disparo de arma de arma de fuego”; mientras que Enzo Ricardo Alvarado (29), Jorge Luis Gómez (34) y Ronald Nicolás Fernández Aliendro (27) enfrentan cargos por “omisión de los deberes” y “disparo de arma de fuego calificado”.
Finalmente, el policía Daniel Alberto Gallardo (43) está acusado de amenazas calificadas.
Fuente Telam