
Horacio Rodríguez Larreta
Que a pesar de las especulaciones sobre eventuales silbidos o muestras de rechazo a unos o a otros; de quejas de los productores hacia sus dirigentes, etc., etc., lo único que se cumplió fue la falta de diálogo entre los precandidatos Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, juntos en la Tribuna Oficial de Palermo el sábado, momento en el que Bullrich debió soportar un recibimiento mucho más enfático hacia su circunstancial adversario, y compañero de partido, lo que sorprendió a muchos.
Es que en ese ambiente y lugar, por más que pocos saben que Rodríguez Larreta proviene de una tradicional e histórica familia del Aberdeen Angus, que sigue muy activa con la raza en una de las cabañas más destacadas, se esperaba un recibimiento más cálido para Bullrich, que cuenta con menos adhesión y estructura en el interior. Pero no fue así. Tampoco el titular de la entidad anfitriona, y único orador del día, Nicolás Pino, tuvo ningún “sofocón”, a pesar de lo que sostenían algunos previamente, y aunque el discurso fue bastante predecible, y se quejó de lo que se sabía que iba a criticar, tuvo dos o tres hallazgos interesantes, especialmente dirigidos a los funcionarios del próximo Gobierno, y tomando el guante del reclamo de algunos sectores muy postergados del campo.
Tal fue el caso de la mención “al ataque a la propiedad privada”, al “desarraigo”, “desprotección”, e “inseguridad creciente”, o cuando se refirió al “error de Misiones” (acaba de sancionar una norma contra el uso de glifosato que perjudicará la producción de toda la provincia), o al “desequilibrio entre producción y fauna autóctona” que se está dando en algunas regiones. Uno de los casos llamativos es Santa Cruz, donde hace una década se calculaba la existencia de unos 400.000 guanacos, y ahora ya se supera el millón de animales dado que desaparecieron los predadores naturales del guanaco. Y cada uno de ellos come por 3,5 ovejas, según se escuchó en una de las mesas “fuertes” del Restaurant Central que a lo largo de la semana albergó a empresarios de todo el país.
Pero volviendo al discurso del sábado, se cumplió con todos los protocolos y con lo previsto, hasta la emoción de las banderitas y de parte del Preámbulo. Y todo esto, a pesar de las lecturas “disímiles” por parte de los medios. Por caso, algunos creyeron escuchar que “este Gobierno va a dejar (al próximo) un campo minado”, mientras que otros entendieron que había que “terminar” con la postura recurrente de que (el Gobierno) “que se va deja un campo minado”, y que “(gobierno) entrante se queda de brazos cruzados por la herencia recibida”.
Lo cierto es que la 135ª edición de la histórico muestra terminó con algunos sustos, muchas especulaciones, pero sin sorpresas, aunque con algo menos de público, disminución en la cantidad de animales, y también en el número de grandes máquinas, aunque volvió a aumentar la cantidad de stands del venta de productos para el público en general.
Fuente Ambito







