La fragilidad y las sectas son el eje de una nueva serie en clave de thriller

“Cuando salimos de la pandemia estaba la idea de fragilidad emocional y búsqueda personal, ligada a lo ontológico, la pregunta por lo que va a pasar, qué vamos a hacer, qué nos va a salvar, entonces la secta nos pareció un buen tema”, dice Diego Palacio, director de “Frágiles”, producida por StoryLab de Nacho Viale, Flow y apoyo del programa Renacer Audiovisual, desarrollado por el Ministerio de Cultura y la Secretaría de Medios con el objetivo de fomentar la producción y el trabajo en la industria audiovisual.

Los creadores de “Ringo”, “Estocolmo”, “Último Primer Día” y “Post Mortem” presentan esta serie protagonizada por Luciano Cáceres, Carla Quevedo, Rafael Spregelburd, Guillermo Arengo, Ludovico Di Santo y otros, escrita por Lucas Molteni, Juan Cordoni, Luciano Cocciardi, Viale y Palacio, que narra la investigación de un críptico asesinato cometido por el líder mesiánico de “El Arca”, la oscura y secreta secta surgida en los años noventa, en un pueblo idílico y perdido de Argentina.

A lo largo de los 8 episodios diponibles a partir de hoy por Flow, “Frágiles” se centra en la joven asistente de un fiscal español quien regresa a su pueblo natal creyendo investigar un caso policial pero descubre la verdadera causa de la trágica muerte de su madre. Conversamos con Palacio.

Periodista: Vuelven al thriller, el mismo género de las anteriores series, “UPD”, “Post Mortem”, “Estocolomo”, ¿es su zona de confort?

Diego Palacio: El músculo en el thriller siempre está, en ese lugar nos ven, con otros géneros hay que hacer más fuerza pero tenemos desarrollos de comedias, comedias románticas, películas. Es un buen momento para las películas porque pueden tener un diseño de producción similar a la serie pero no compromete al actor a seis meses sino a ocho semanas y puede resultar más atractivo. Para hoy es un buen camino.

P.: ¿Por qué la secta mesiánica y esta historia?

D.P.: Estaba ese germen de la fragilidad sumado a cierta proliferación, durante los últimos cinco años, de las sectas en México, Asia, Europa del Este, y si bien no nos metimos con lo criptográfico, sí están esas ideas nuevas de lo despojado, no tener posesiones, la ecología, la autosustentabilidad, que combinado con el thriller daban pie a un buen argumento. También hay elementos de una persona que desaparece y aparece en otro espacio y tiempo, un crimen pasado que tiene espejo en el presente. Temas que nos gusta tocar y que están en cierta agenda.

P.: ¿Siempre dice querer captar tópicos que flotan en el aire, ¿se combinan con tramas vistas? Resuena a la alemana “Dark”.

D.P.: Hay algo ahí que agarramos también de fin de los 90 y el miedo al cambio de milenio. La idea mesiánica de la secta tiene que ver con crear un lugar único como un Edén. El presente de la serie tiene sus circunstancias más económicas, gira en torno a un grupo que se quiere quedar con tierras que tienen futuro, arman una comunidad y buscan el lazo con el suelo y la tierra. Pero lo interesante es ver las consecuencias del pasado en ese presente, cómo impacta en el arco dramático de la protagonista, que cree que viene a investigar un caso y se la invaden secretos de su propio pasado e identidad.

P.: Para producir hay que contar con socios estratégicos, en este caso el fondo Renacer de Cultura y Flow.

D.P.: La alianza entre lo público y lo privado es buena, buscamos socios para escalar los proyectos, cada uno arranca de una manera y a medida que se acercan partners va creciendo. Celebro lo público-privado, es una forma muy interesante de trabajar desde la cultura y el entretenimiento. Siempre es positivo.

P.: ¿Qué pasa con ese dinero del apoyo cuando llega meses más tarde y tan devaluado?

D.P.: Siempre demora, lo mismo pasa en España u otros países, y la devaluación es algo propio de la Argentina con lo que lidia esta industria y todas. Lo importante es que venga más gente a producir al país, tienen que ganar todos, las plataformas y las productoras, si es bueno para las partes funciona, si le sirve solo a un sector no funciona. Tiene que haber equilibrio con criterio y previsibilidad, algo muy difícil en nuestro país con la inflación. Sería bueno que las plataformas inviertan en Argentina pero se topan con problemas de previsibilidad en el presupuesto. Y son problemas que no tienen Uruguay o Colombia, con modelos de incentivos a la producción. Pero todos queremos que vengan a trabajar acá y den trabajo a productoras y talentos.

P.: ¿Qué contenidos piden hoy las plataformas?

D.P.: Historias relevantes que puedan hacer ruido en el mercado local, con buen talento, actores, directores, autores y en ese sentido Flow tiene una pisada local más fuerte porque produce muchas horas con varias productoras. No está lejos de Netflix, Amazon o Warner. Todos buscan llamar la atención desde el contenido y generar conversación.

P.: ¿Volverá la ficción a la TV abierta?

D.P.: Me encantaría, sería algo muy bueno para la industria, la TV abierta pasa por una transformación, si funcionan las novelas turcas por qué no las argentinas. Funcionó “El primero de nosotros” o la primera de “ATAV”, hay espacio, el problema son los costos. La ficción a lo largo de la historia tuvo ciclos, la novela turca se construyó en los últimos 6 o 7 años con políticas de Estado que transformaron esa industria, lo mismo pasó con Brasil, México, Venezuela, y Argentina también lo tuvo en su época. Son ciclos de la TV y el entretenimiento. Hay algo que sigue siendo igual a la vieja usanza: entender qué quiere la audiencia y trabajar para alimentar esa demanda.

Fuente Ambito

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