SpaceX está lista este jueves para el tercer vuelo de prueba del Starship, el cohete más grande y poderoso del mundo, vital en los planes de la NASA de llevar astronautas a la Luna y en el objetivo de Elon Musk de algún día colonizar Marte.
Dos intentos anteriores terminaron en grandes explosiones, aunque significaron avances. Tras el segundo intento, SpaceX propuso al regulador, la Administración Federal de Aviación, 17 “medidas correctivas” que debían aplicarse para obtener una nueva licencia de vuelo, que ya fue concedida.
El lanzamiento está previsto para las 07H00 locales (12H00 GMT) desde la “Starbase” de la compañía en Boca Chica, Texas, que dependerá de las condiciones climáticas. Este nuevo vuelo de prueba incluye varios objetivos, entre ellos un primer regreso controlado a la Tierra.
¿Cómo es Starship?
Con 120 metros de altura, el cohete se compone de dos etapas o partes: el propulsor Super Heavy con 33 motores y, encima de este, la nave Starship, que por extensión da nombre a todo el megacohete.
La compañía del multimillonario Elon Musk confía en Starship para lograr su objetivo de llevar a la humanidad a Marte y su desarrollo también es muy importante para la agencia espacial estadounidense, que cuenta con esta nave para llevar a sus astronautas a la Luna durante su misión Artemis 3 en 2026.
La primera prueba se produjo en abril de 2023. SpaceX se vio obligada a hacer estallar Starship a los pocos minutos del lanzamiento, porque las dos etapas no lograron separarse. El cohete se desintegró en una bola de fuego y se estrelló en el Golfo de México.
La segunda prueba, realizada en noviembre de 2023, tuvo resultados ligeramente mejores: el propulsor se separó de la nave espacial, pero luego ambos explotaron sobre el océano. La nave, sin embargo, había alcanzado una altitud de aproximadamente 150 km, superando el borde del espacio.
Para esta tercera prueba, SpaceX dijo que tiene “objetivos ambiciosos” como realizar “un reingreso controlado” de la nave a la Tierra, y amerizar en el Océano Índico al finalizar la prueba, al cabo de aproximadamente una hora. La primera etapa también debe caer en el océano, después de la separación.
Musk dijo en enero que esta vez la nave espacial debería “alcanzar la órbita” durante el vuelo. SpaceX también quiere probar la apertura de la escotilla que podría utilizarse en el futuro para liberar carga, por ejemplo satélites, al espacio.
La compañía además empezará a probar la capacidad de la nave espacial para transferir combustible en el espacio. Según la prensa especializada, esta prueba podría realizarse entre dos tanques dentro de la nave.
Para llegar a la Luna, Starship necesitará reabastecer combustible. Con el tiempo, la idea es demostrar que podrán enviarse al espacio “tanqueros Starship” para repostar, a temperaturas sobreenfriadas, una Starship principal que aguardará en órbita terrestre. Luego esta podrá continuar hasta su destino.
Para estas pruebas, los prototipos utilizados no llevan carga alguna. Y SpaceX, que desarrolla prototipos de Starship desde 2018, ya ha fabricado numerosas copias de su cohete.
El método de desarrollo de SpaceX es diferente al de las empresas tradicionales y las agencias espaciales nacionales. A diferencia de estos últimos que operan con dinero de los contribuyentes, SpaceX utiliza sus propios fondos, lo que le permite asumir más riesgos.
La compañía también cuenta con una técnica de “desarrollo iterativo”, basada en pruebas sucesivas unidas entre sí a un ritmo rápido, incluso si explotan.
Las lecciones aprendidas permiten realizar cambios rápidamente. Con cada prueba, “aprendemos algo nuevo”, declaró Musk en enero en un discurso a los empleados. “Siempre es mejor sacrificar material que sacrificar tiempo”, agregó.
El desarrollo de sus cohetes Falcon, que con 96 misiones exitosas en 2023 dominan actualmente el mercado de lanzamiento estadounidense, también se basó en múltiples pruebas fallidas. Su cápsula Dragon, que envía astronautas y carga a la Estación Espacial Internacional, y su constelación de satélites de Internet Starlink que ahora cubre decenas de países, siguieron iguales estrategias.
Además de su enorme tamaño, Starship, en última instancia, debe ser completamente reutilizable. Actualmente, sólo la primera etapa del cohete Falcon 9 regresa a tierra después de cada lanzamiento, para ser reutilizada, pero no su propulsor.
Poder volar las dos etapas de Starship varias veces permitirá lanzamientos aún más frecuentes y por menos dinero: un imperativo para poder “colonizar” Marte, según Musk. El jefe, siempre optimista sobre su agenda, dijo esta semana que esperaba que Starship realizara “seis vuelos más este año”.
Fuente Ambito