En un fallo señalado como histórico, la Corte de Justicia de Catamarca ordenó a esa provincia suspender la actividad minera de litio en el Salar del Hombre Muerto, en el marco de una causa iniciada por un cacique de la Comunidad Originaria Atacameños. En la sentencia dispuso además que se realice un nuevo estudio de impacto ambiental de la actividad extractiva, tras constatar daño ambiental en el río Trapiche.
“El fallo llegó luego de años de un proceso judicial iniciado a instancias del cacique Román Elías Guitián, representante de la comunidad Atacameños”, indicó el portal La Política Ambiental, y remarcó que se llegó a la sentencia “luego de constatar que por la actividad minera se secó un río”.
Las familias de la zona llevaban años advirtiendo la seca de la vega del río Trapiche. Allí la compañía Livent improvisó un dique para tomar el agua y redirigirla a su planta, utilizando unos 650 mil metros cúbicos de agua por hora.
Un freno a las mineras
De acuerdo al diario catamarqueño El Ancasti, el máximo tribunal provincial resolvió hacer lugar parcialmente a la medida cautelar solicitada y ordenó que la Provincia se abstenga de otorgar nuevos permisos y/o autorizaciones en la zona del río Los Patos, Salar del Hombre Muerto hasta que se realice un nuevo estudio de impacto ambiental “acumulativo e integral” por todos los proyectos de litio que se desarrollan en la zona.
El nuevo estudio “deberá versar sobre el impacto ambiental acumulado sobre el Río Los Patos – Salar del Hombre Muerto – departamento. Antofagasta de la Sierra, sobre el paisaje, la fauna y flora del lugar, el clima y el ambiente en general, como las condiciones de vida de los habitantes del lugar y de la comunidad indígena afectadas”, indica la sentencia.
La medida también dispuso que se brinde el libre acceso a la información a la Comunidad Atacameños y a la población de Antofagasta de la Sierra, localidad afectada. Pese al derecho a la consulta previa e informada que exige el Convenio 169 de la OIT a los Estados y empresas que intervienen en territorios pertenecientes a pueblos indígenas, eso no se respetó hasta ahora.
Todo esto, mientras la mirada de empresarios como Elon Musk, el magnate estadounidense idolatrado por Javier Milei, se posa sobre el litio argentino. Es un mineral codiciado para la voracidad extranjera y clave para la transición energética, un área estratégica de empresas de Musk.
Las familias del salar
En su momento el cacique Guitian, en representación de la comunidad originaria Atacameños, solicitó una cautelar que ordenara a la Provincia suspender las autorizaciones a las empresas Livent (ex-Minera del Altiplano SA) y Galaxy Lithium SA, para las obras en el marco de los proyectos Fénix (construcción del acueducto Ríos Los Patos y ampliación del proyecto Fénix con autorización para la extracción de agua) y Sal de Vida (explotación del proyecto ampliación de campamento, construcción de pozos y piletas de evaporación, con autorización para extracción de agua), hasta tanto “se determine la línea de base ambiental de la Subcuenca del Hombre Muerto con la adecuada y oportuna participación y consulta de la Comunidad Atacameños del Altiplano, y con la intervención de las autoridades nacionales”.
En octubre de 2021, la Justicia federal se declaró incompetente en la causa y remitió el expediente a la Justicia provincial, donde la Corte de Catamarca finalmente consideró que de las pruebas en la causa surge que los diversos proyectos mineros tienen consecuencias en la zona, “sin el debido estudio de impacto ambiental acumulativo e integral”.
En abril último, una crónica publicada en Tiempo mostraba la realidad de los habitantes originarios en esa zona transformada por el litio: “El salar ocupa más de 600 kilómetros cuadrados y cuenta con una larga historia de familias que lo habitan desde antaño. Se trata de un territorio que fue heredado por al menos seis generaciones que integran la Comunidad Originaria Atacameños del Altiplano.
De hecho el nombre fue creado por el bisabuelo de quien hoy es cacique de la comunidad, Román Guitián. ‘El hombre muerto’ refiere a una tumba encontrada en el medio del salar a principios del siglo XX cuando la familia se asentó con sus animales. Hoy, el cementerio ancestral se encuentra intervenido por una de las tantas rutas alternativas que las empresas mineras trazaron sobre el territorio”. La protección de ese espacio también formó parte de la denuncia judicial.
Fuente Tiempo Argentino