Días después de la triple derrota del Ejecutivo nacional en el Congreso, los gobernadores peronistas barajan estrategias hacia el futuro inmediato. Aunque no hay fecha confirmada, la posibilidad de un encuentro de mandatarios justicialistas está abierta y podría tener como tema central el modo de reforzar el contraste con el modelo económico de Javier Milei.
En otra velocidad, la carrera hacia la renovación de autoridades en el PJ trabaja sobre las perspectivas de los peronismos provinciales. La doble derrota –electoral y ahora moral con la denuncia al último presidente partidario, Alberto Fernández– presupone dificultades inéditas. Queda lejos la chance de una interna voto a voto de afiliados y afiliadas a nivel nacional. “Hay problemas hasta para pagar los servicios en la sede de Matheu, mirá si se va a organizar una interna”, refieren.
Hablando con nombres propios, Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja, surgió en los últimos días para sumarse al de Eduardo “Wado” de Pedro hacia el 17 de noviembre, la fecha señalada por el Consejo Nacional algunos meses atrás.
Cómo plantarse
“La veo complicada para el Gobierno, mucha desinteligencia entre ellos”. Así describe un referente del peronismo con gobernación propia en el Norte Grande la performance del inquilino de Balcarce 50 en las últimas semanas. Con el conflicto de la coparticipación retenida en Buenos Aires todavía en carne viva, algunos mandatarios insisten en la construcción de una identidad política basada en decisiones que, como en un espejo, devuelvan el revés de la épica desreguladora libertaria. “Cuando la gente te vota, lo hace porque genera expectativa de bienestar, tranquilidad, trabajo, vivir en un país normal. El gobierno tiene una definición absolutamente contrapuesta con lo que nosotros sostenemos», señalan.
Axel Kicillof compone semana a semana una agenda de contraste con Milei: lo que Nación cierra, el gobernador lo inaugura a nivel bonaerense. En el mismo sentido, en La Rioja destacan el esfuerzo por sostener el rol estatal ante las necesidades de la población acuciada por la múltiple crisis del ajuste con recesión. “A la gente se le está negando accesibilidad a los servicios mínimos, esenciales”, refieren en el entorno de Quintela. Las tarifas de electricidad en la provincia son subsidiadas para compensar el recorte progresivo que ya hacen mella en el AMBA y no parecen encontrar todavía un final. También se enorgullecen del valor del boleto de transporte público: a 300 pesos, la cifra es la más baja en todo el país.
La otra cara de la moneda es el impacto de la denodada estrategia de ahogo presupuestario que el gobierno de Milei aplica sobre el interior argentino, en la última semana fue noticia La Rioja por el incumplimiento de pago a bonistas de deuda provincial en divisas.
«El Gobierno provincial manifiesta que no puede cancelar esos compromisos contraídos por administraciones anteriores debido a la deuda que el gobierno nacional mantiene con La Rioja, correspondiente a los fondos establecidos por el artículo 83 de la Ley N° 27701 de Presupuesto Nacional ejercicio 2023, reconducido para el ejercicio de este año, que a la fecha asciende a 40.632 millones de pesos a valores históricos», explicaron en un comunicado distribuido a comienzos de la semana que se va.
La voluntad de pago está, subrayan ante los acreedores, a quienes invitan a tocar la puerta de la Casa Rosada para resolver la situación. En La Rioja descartan una resolución rápida en la Corte Suprema, donde sostienen un reclamo formal contra la Nación.
¿No hay margen de negociación entre el “triángulo de hierro” Javier-Karina-Santiago Caputo y los gobernadores? Guillermo Francos es el nombre destacado para cualquier dialoguismo, pero su performance silenciosa y corrida del eje durante la debacle parlamentaria del oficialismo nacional hace sospechar que su ascendencia en Milei se encuentra en franca extinción. Ante la falta de interlocución, algunos gobernadores buscan fortalecerse. “Milei no está en condiciones de manejar a ningún gobernador”, decretan.
No suena ilógico entonces que en los próximos días se concrete una foto de Kicillof, Quintela, Sergio Ziliotto (La Pampa), Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Gildo Insfrán (Formosa) y, para sorpresa de muchos, Raúl Jalil (Catamarca), quien había punteado gestos de simpatía para con el Ejecutivo nacional. Se trata hasta el momento de versiones que circulan por el peronismo, que tiene en paralelo preocupaciones propias.
Cómo liderar
Cuesta encontrar un líder claro para el justicialismo, pero aún más es difícil pronosticar quién será autoridad del PJ que abra el 2025 electoral. La indisimulable interna del pankirchnerismo no hace más fácil ese presente en disputa, por lo que toma relevancia la intención mesurada pero pública de Quintela para lograr acercar las piezas del rompecabezas peronista. El objetivo es contener los conflictos para que el nombre que reemplace al denunciado Alberto Fernández tenga, al menos, algo parecido al consenso.
Desde la vereda riojana abrazan la figura de Cristina Fernández de Kirchner como referente del movimiento, pero también consideran que es obligatorio mensurar el rechazo en la opinión pública que La Cámpora concentra sobre sí misma. Ni por asomo se piensan escenarios en que tal sector quede afuera, a la vez que afirman que no sería la mejor opción de liderazgo. Con Wado de Pedro encaminado, la gran pregunta es si Quintela logrará los avales y acompañamientos a nivel nacional que contrapesen al PJ bonaerense que preside Máximo Kirchner. En el complejísimo 2024, para noviembre falta una vida. «
Fuente Tiempo Argentino