Keir Starmer, el primer ministro de Inglaterra, anuló toda posibilidad de negociación por las Islas Malvinas. Durante una sesión de control en la Cámara de los Comunes, afirmó: “Las Malvinas son británicas y seguirán siendo británicas”.
Ante la mención que le hicieron respecto al conflicto diplomático, eligió explayarse asegurando que éste “se trata de una cuestión personal”. A pesar de liderar el Partido Laborista, un partido de centroizquierda en Reino Unido, la decisión respecto a la soberanía de Malvinas parece ser irreversible.
Para justificar su determinación, exhibió su propia historia enfatizando en que su tío “luchó en la Guerra de las Malvinas”, a lo que luego agregó: “Casi pierde la vida cuando su barco fue torpedeado defendiendo las islas. He sido claro, para mí es personal”.
Las expectativas de Argentina sobre las Malvinas
La canciller argentina, Diana Mondino, había reiterado en su última declaración sobre el tema que ratificaba la “soberanía plena sobre nuestras Islas Malvinas”.
El tema Malvinas generó tensiones dentro del gobierno libertario. El 1 de octubre la vicepresidenta Victoria Villarruel criticó duramente el acuerdo firmado con Inglaterra sobre las Islas Malvinas.
A través de su cuenta de la red social X, afirmó: “Todos saben lo que representa Malvinas para mi y que ese es mi límite y me obliga a expedirme. La propuesta de acuerdo anunciada con el Reino Unido es contraria a los intereses de nuestra Nación”.
Dicho acuerdo cuestionado, se trataba de un avance en negociaciones con el Reino Unido por vuelos a las islas. Específicamente, Mondino acordó con David Lammy la reanudación del vuelo semanal proveniente de San Pablo.
Además, pactaron la conservación de pesquerías y la reanudación de negociaciones para concluir con la tercera fase del Plan Proyecto Humanitario conjuntamente con la Cruz Roja Internacional, y la organización de una visita de familiares de soldados caídos durante la guerra de 1982.
El antecedente que ilusionó a Argentina
El anuncio del Reino Unido sobre un acuerdo con Mauricio, que implica la transferencia de soberanía del archipiélago de Chagos, generó una rápida respuesta desde Argentina. Este acuerdo, que aborda un reclamo que data de 1968, lo que suscitó interrogantes sobre si podría servir como precedente para el caso de las Islas Malvinas, tema por el que Argentina ya reclamó.
Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de Argentina, se celebró el pacto que reconoce la soberanía de Mauricio sobre las islas, incluyendo Diego García, donde se ubica una base militar británica y estadounidense. Este acuerdo es el resultado de dos años de negociaciones, en las que Argentina desempeñó un papel relevante al participar en la Opinión Consultiva emitida por la Corte Internacional de Justicia.
La disputa por el archipiélago de Chagos se remonta a las décadas de 1960 y 1970, período durante el cual el Reino Unido expulsó a la población nativa de las islas para establecer el Territorio Británico del Océano Índico (BIT), a pesar de que Mauricio había conseguido su independencia en 1968. Este acto fue considerado un crimen contra la humanidad según diversos organismos internacionales.
Fuente Ambito