Investigaciones y relevamientos de la agencia de inteligencia británica, develaron que el 13% de las personas sospechadas por terrorismo en Gran Bretaña son menores de edad. Esta cifra encendió una intensa preocupación en el país.
Según apuntó el director de la agencia Ken McCallum, que uno de cada ocho de los sospechosos tienen menos de 18. La responsabilidad de estos número se la adjudican a las plataformas digitales y a los peligrosos mensajes que suelen difundirse en estos medios de fácil acceso para niños y adolescentes.
La averiguación develada por el funcionario, precisó que las cifras se deben a que se triplicó la cantidad de menores involucrados en este tipo de actividades en los últimos tres años. Así, aquellos que antes ni eran tenidos en cuenta para la sospecha, ahora se convirtieron en algo determinante para las investigaciones antiterroristas.
Los constantes avances tecnológicos, las plataformas digitales que surgen y se mantienen, el fácil acceso a las mismas, el poco cuidado y las pocas restricciones que contiene, entre otras cosas, para McCallum son los principales culpables de la situación.
Es que allí surgen peligrosas retóricas, generalmente extremistas y con estrategias de cooptación efectiva, ya sea por discursos de extrema derecha como lógicas yihadistas o fundamentalistas religiosos.
Las palabras del directo del MI5
“Estos jóvenes, muchos de los cuales tienen apenas 13 años, se ven expuestos a una serie de contenidos que buscan captar su atención y radicalizarlos a través de lo que denominó un venenoso extremismo en línea” , expresó el director.
Luego, advirtió que “el papel de Internet en este contexto no puede subestimarse”, dado que “el fácil acceso a material inspirador y a instrucciones sobre cómo llevar a cabo ataques terroristas facilitaron la radicalización de jóvenes desde sus propios hogares”.
Por supuesto, esta situación a evolucionado negativamente por la determinación y la capacidad de quienes elaboran y difunden estos discursos, para utilizar la digitalización a su favor. La manipulación a corta edad resulta más sencilla, y más si surge a través de algo tan creíble para los jóvenes, como lo que sale de una pantalla.
Esto se acompaña de un fuerte crecimiento de los discursos de odio a nivel global, los cuales también terminan siendo reproducidos por menores de edad, desconociendo las bases y las consecuencias de los mismos, así como las intenciones.
“Hoy en día, para un joven, poder acceder a contenido inspirador e instructivo desde su habitación es un umbral mucho más bajo que el que existía hace 20 años”, explicó.
No obstante, en muchos casos, “estos menores no presentan antecedentes penales ni conexiones previas con grupos terroristas” Esto complica aún más el trabajo para detectar y prevenir sus acciones a tiempo.
Pero estas conexiones pueden desencadenar en tragedias. Según McCallum, esto “lo vemos en las recientes condenas de adolescentes británicos”.
Luego, relató casos específicos, como el caso de un adolescente que con solo 16 años fue condenado a siete años de cárcel en abril por planificar un ataque terrorista en un festival de música. Dicho plan había sido diagramado un año antes. Es decir, cuando el joven tenía 15 años.
Fuente Ambito