Como si se tratara de un eterno loop de los gobiernos neoliberales, la fuga de cerebros vuelve a repetirse en la Argentina. Esta vez, el testigo silencioso de la pérdida del sistema tecnológico y científico es el Instituto Balseiro. Sus autoridades informaron que buena parte de los docentes renunciaron para abandonar el país o irse al sector privado. Además, no registran inscriptos para los doctorados.
Mariano Cantero, el director de la institución desde 2019, brindó detalles en los últimos días sobre la situación del organismo: Entre el segundo semestre de 2023 y el primero de 2024 se perdieron 55 docentes. Diez se debieron a jubilaciones, mientras que los otros 45 renunciaron. La cifra se completa con 62 pérdidas mientras se transita este segundo semestre de 2024.
“El patrón que se ve es que renuncian docentes de entre 40 y 45 años y estamos logrando incorporar docentes de 28 años recién doctorados. Ahí hay 15 años de pérdida de experiencia. Vamos a tardar 15 años en volver a tener esa experiencia”, describió el ingeniero nuclear, quien se formó en el Balseiro y estuvo entre 2000 y 2010 en Estados Unidos.
“Estoy desesperado”, resume Cantero, al referirse a que es la primera vez que para esta fecha, mediados de octubre, no hay ningún estudiante inscripto para los doctorados, siendo que a esta altura del año suele haber entre 15 y 25 incorporaciones.
Vale decir que aquellos docentes que tienen un cargo simple, con 10 horas por semana de dedicación, cobra un salario de 180 mil pesos. Se supone que son los profesionales más capacitados del país, pero lo que ganan no se condice.
“Las instituciones no son las infraestructuras, sino las personas. La caída en los salarios de los científicos no comenzó ahora, ya estábamos bajos; lo que ocurre es que en el presente todo se aceleró a un ritmo que da temor. Con seis meses más así, no queda nada. Hay mucha angustia entre los docentes y los no docentes, porque no llegan a fin de mes”, indicó Cantero a Página 12.
“Esto mismo que vivimos hoy, lo viví como estudiante del Balseiro a fines de los 90. La diferencia es que el mundo va mucho más rápido. Por eso, el impacto de perder recursos humanos hoy es mucho más extremo con respecto a lo que sucedía hace 30 años”, añadió.
El Balseiro
El Instituto Balseiro fue creado durante la segunda presidencia de Juan Domingo Perón, en abril de 1955, en un enorme predio de 46 hectáreas ubicado a 9,5 kilómetros de la ciudad de San Carlos de Bariloche sobre la ruta E. Bustillo que conecta a la ciudad con Llao Llao. El lugar cuenta con “laboratorios de investigación, laboratorios para prácticas, aulas, el reactor nuclear RA6, biblioteca, viviendas de los profesionales que allí residen y alojamientos de estudiantes, jardín maternal, comedor, cajero automático y banco, almacén y espacios para diversos deportes”.
El Instituto depende de la Universidad Nacional de Cuyo (Uncuyo) y de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Quienes ingresan al instituto público reciben becas de la CNEA que les permiten dedicarse a la formación de manera exclusiva. Además, es una unidad académica integrada al Centro Atómico Bariloche (CAB).
Allí se dictan carreras de grado en Física, Ingeniería Nuclear, Ingeniería Mecánica e Ingeniería en Telecomunicaciones. Es la única institución del país donde se dicta Ingeniería Nuclear en nivel de grado. También se brindan siete carreras de posgrado: la especialización en Aplicaciones Tecnológicas de la Energía Nuclear (Ceaten), las maestrías en Física, Física Médica e Ingeniería y los doctorados en Física, Ingeniería Nuclear y Ciencias de la Ingeniería.
Fuente Tiempo Argentino