El 72% señala a la falta de experiencia como el principal obstáculo, y siete de cada diez termina desempeñándose en actividades que no son de su interés.
Las y los jóvenes son el grupo que más dificultades tiene para encontrar trabajo en Argentina: el 90% así lo sostiene. En una coyuntura de recesión económica, con destrucción sostenida de fuentes de empleo formal y una reforma laboral que busca mayor precarización en la entrada, permanencia y finalización de un trabajo, escaló a 9 de cada 10 la cantidad de jóvenes que encuentra barreras al momento de acceder a un puesto laboral. Se suma que el 72% señala a la falta de experiencia como principal obstáculo mientras que 7 de cada 10 termina desempeñándose en actividades que no son de su interés.
Los datos se desprenden de una encuesta regional que, en el caso de nuestro país, refleja que la mayor parte de la juventud termina aceptando lo que pueda encontrar, debido a la urgencia de necesidades económicas en un escenario donde una cuarta parte de la juventud argentina vive en la indigencia. “La dificultad que manifiestan los jóvenes para insertarse en el mercado de trabajo es realmente alarmante”, resaltó el informe donde se observa que entre las condiciones laborales predomina una menor estabilidad laboral y un peor nivel de ingresos, lo que además genera mayores dificultades para el acceso a la vivienda.
Sobre esto último, en base a datos oficiales, se puede observar que si bien las y los jóvenes trabajan, en promedio, casi las mismas horas que la población general, tienen ingresos un 30% inferiores, diferencia que se agrava aún más en el caso de las mujeres, y de esa manera están sobrerrepresentados en los deciles de menores ingresos -donde casi la mitad tiene entre 14 y 29 años- y son sólo el 7% de las personas del decil de mayores ingresos de la población.
Al respecto, un joven necesitó contar con un mínimo de 325.670 pesos en octubre para afrontar los gastos básicos para subsistir; esto es, 190% más que hace un año atrás y el doble que desde diciembre pasado (158.000 pesos más). “La tasa de pobreza y la de indigencia presentan una tendencia al alza, con una mayor incidencia en los jóvenes que en la población total. Este segmento etario sufre la pobreza y la indigencia más que el promedio de la sociedad”, alertaron recientemente desde el Centro de Estudios para la Recuperación Argentina. Actualmente, la pobreza en la juventud aumentó a 62% y la indigencia alcanza casi al 25%.
Poco empleo y más precario
De acuerdo con una encuesta que relevó la situación de empleo en la región, 9 de cada 10 jóvenes tienen dificultades para encontrar trabajo en Argentina. El panorama se completa con el hecho de que, entre las principales dificultades, el 72% de las y los encuestados indicó que la falta de experiencia es el principal obstáculo para acceder a un empleo formal, le siguen la incompatibilidad de horarios (48%) y las pocas oportunidades en áreas de interés (43%). Las y los jóvenes en nuestro país (considerando la franja de 14 a 29 años que toman las mediciones oficiales) superan los 7 millones de personas, llegando a ser casi el 25% de la población relevada en la Encuesta de Hogares que realiza el Indec. En detalle, 2,4 millones tienen entre 14 y 18 años, 2,2 millones entre 19 y 23, y 2,5 millones se ubican entre los 24 y 29 años.
En una coyuntura de recesión económica que impacta en el bolsillo de la población, y se traduce en caídas de dos dígitos en el consumo masivo, la realidad social y laboral de este segmento etario vuelve a ponerse sobre la mesa ya que “los resultados de este estudio son un llamado de atención sobre las barreras que enfrentan los jóvenes para ingresar al mercado laboral”, según se alertó en el informe elaborado por Junior Achievement Américas y ManpowerGroup.
Entre otros datos, se indicó que las herramientas de búsqueda que más utilizan para encontrar empleo son: redes sociales (90%), a través de familiares y amigos (69%) y buscando directamente en sitios web de empresas (51%). Por otro lado, los principales medios de promoción de empleo que utilizan las empresas son: redes sociales (21%) y contactos referidos (19%).
En cuanto a las áreas donde más están buscando trabajo sobresalen ventas y atención al cliente (43%), marketing y publicidad (18%) y tecnologías de la información (18%). En relación, otro dato que configura el panorama actual muestra que 7 de cada 10 jóvenes trabajaron en áreas que no son de su interés debido, principalmente, a necesidades económicas urgentes (32%) y por falta de experiencia (23%). En todo el mundo, más de la mitad de las y los trabajadores jóvenes tienen empleo informal y se estima que “tres de cada cuatro de quienes viven en países de bajos ingresos sólo conseguirán un empleo por cuenta propia o un trabajo temporal remunerado”, según proyecciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Otro factor no menor tiene que ver con que entre los motivos centrales de renuncia por parte de los jóvenes aparecen en primer lugar “salarios insatisfactorios” (18%), seguido luego de “equilibro de vida laboral y personal” (13%) y “búsqueda de más experiencia y desarrollo profesional” (11%). En ese sentido, la cuestión salarial es clave si se considera que la juventud tiene tasas de actividad y empleo que están entre 10 y 20 puntos por debajo del promedio general mientras que seis de cada diez se encuentra desempleado y uno de cada cuatro jóvenes del país es indigente (en este segmento la indigencia creció más de un 7% solo en los últimos seis meses).
Sobre ello, otro punto central a considerar respecto de la realidad laboral tiene que ver con la informalidad, una de las problemáticas que más atraviesa a la juventud. De acuerdo con datos difundidos a fines del 2023 por el Ministerio de Economía de la Nación, el 57% de las mujeres y el 56% de los varones jóvenes no percibían aportes jubilatorios por su trabajo en nuestro país al punto de que, de cada 5 trabajadores informales, 2 son jóvenes.
Un techo inaccesible
A nivel local, 4 de cada 10 jóvenes viven con sus padres o abuelos porque no pueden acceder a una vivienda. Según un informe de la Fundación Tejido Urbano, entre 2 y 2,5 millones de personas de 25 a 34 años no tienen acceso a una vivienda ya que “no cuentan con ingresos suficientes para mudarse o carecen de ahorros para cubrir los gastos asociados con la independencia”.
“Este es, quizás, uno de los principales desafíos del acceso a la vivienda, aunque lamentablemente es un problema que persiste hace, al menos, dos décadas”, señalaron desde la Fundación. Según el informe, en 2004 el 35% de los jóvenes –cerca de 2 millones- no había podido dejar la casa de sus mayores. Entre ese año y 2012, el número de jóvenes no emancipados bajó hasta 1,7 millones, pero ya en 2016 se registró que el 39,1% de los jóvenes vivía sin haberse podido emancipar. A partir de ahí, los jóvenes no emancipados se mantienen en un promedio de 39%.