Después de varias idas y vueltas, el gobierno finalmente convocará a sesiones extraordinarias del Congreso para debatir un reducido paquete de leyes con el que planea mantener la agenda en su cancha hasta fin de año. El pedido quedará formalizado esta noche en la publicación del Boletín Oficial. Prevé que el período de sesiones se extienda hasta el 27 de diciembre de este año, según informó uno de los funcionarios de primera línea del ejecutivo nacional, que participa de la cumbre de la conservadora que se realiza en el Hotel Hilton de Buenos Aires.
Con la reelección de Martín Menem consumada, la mesa chica del oficialismo definió esta tarde la convocatoria con la que se especulaba hace semanas. Según pudo saber este medio, el temario estará circunscripto en Reforma electoral, que incluye la eliminación de las PASO; la Ley antimafia; la modificación de la ley de partidos políticos; el tratamiento de juicio en ausencia y la autorización de viajes al exterior del presidente.
A pesar de que en algún momento se barajó lo contrario, la privatización de Aerolíneas Argentinas quedó fuera del temario. Esto, explican fuentes del oficialismo, se debe al acuerdo momentáneo que llegaron el gobierno y los gremios de aeronavegantes, que garantizará el buen funcionamiento de la empresa estatal durante la temporada de verano que, esperan, será movida.
Otro de los temas sensibles que quedó fuera de esta discusión es el tratamiento del Presupuesto 2025. Como contó este medio, en la mesa chica del gobierno nunca hubo una intención real de aprobarlo, una postura que se profundizó aún más con la decisión de los gobernadores del ex Juntos por el Cambio de presionar al oficialismo para que apruebe los cinco puntos que exigían a cambio de apoyar el proyecto. “Que nos digan de dónde sacamos 3700 millones y les damos lo que piden”, decía una fuente al tanto de las negociaciones por entonces, quien se encargó de reafirmar cuanta vez pudo que el déficit cero era innegociable.
Con el presupuesto afuera, la Casa Rosada podrá usar a discreción la lapicera de las partidas nacionales. De esta forma, y en pleno año electoral, los gobernadores deberán hacer buena letra si quieren ser considerados por la misericordia libertaria.
Esto, además, se da en medio de la indisimulable tensión entre el gobierno y el PRO. El ex presidente Mauricio Macri, quien desde hace semanas no es recibido para cenar milanesas con ensalada en la Quinta presidencial de Olivos, pidió con reiterancia a sus aliados un trato preferencial a los diez gobernadores que llegaron al poder bajo su ala. Sus deseos nunca se cumplieron. El gobierno no sólo entabló un vínculo mucho más fluido con mandatarios del peronismo norteño sino que además decidió deliberadamente contentar sólo con mínimos gestos al calabrés.
Con la caída del proyecto de Ficha Limpia, además, en el partido amarillo no dudaron en denunciar que el oficialismo cerró filas con el peronismo para avanzar con sus proyectos en el Congreso. En el macrismo advierten que estas relaciones carnales quedaron expuestas desde el momento que la senadora kirchnerista Lucía Corpacci apoyó con su firma en el pliego que busca sentar a Ariel Lijo, junto a Manuel García Mansilla, en la Corte Suprema antes de fin de año.
También, creen que las negociaciones con Unión por la Patria se extendieron para el proyecto de eliminación de las PASO. Este es un punto más que sensible para el PRO. Este proyecto pone en jaque los planes del ex presidente, que imaginaba poner sobre la mesa de discusiones la posibilidad de dirimir al candidato oficialista en una interna. Sin Primarias, su partido deberá quedar supeditado a los antojos de Santiago Caputo y Karina Milei, quienes cada vez disimulan con menos ímpetu sus diferencias con el espacio amarillo.
A pesar de que las diferencias son cada vez más evidentes, una fuente al tanto de las negociaciones electorales sostuvo ante este medio la posibilidad de que se consolide una coalición de gobierno para disputar las legislativas del próximo año. Esto, admiten, le permitirá al oficialismo hacerse de los nombres más relevantes del PRO sin mayores conflictos de cartel y dibujar una virtual tregua entre ambos partidos hasta el próximo cierre. “Todos los que apostamos por el cambio tenemos que ir para el mismo lado, no tiene sentido dividir la provincia de Buenos Aires en tres”, razonó ante Tiempo la misma voz.
En el macrismo la idea todavía no cala con entusiasmo. Varias fuentes admiten que si bien el gobierno está adoptando un rumbo que los contenta, no se sienten cómodos en las formas ni en los tratos. “Todavía falta mucho”, repiten en varias terminales del expresidente al ser consultados sobre esta posibilidad. Lo que no esconden es su enojo por no ser tenidos en cuenta para avanzar con la agenda legislativa, instancia que se encuentra coartada desde hace más de tres semanas, cuando se suspendió la última reunión de la mesa que legisladores del PRO y agentes del gobierno compartían en Casa Rosada.
Sin acuerdos con sus principales aliados, el gobierno tomó todo el poder de la agenda. Hizo y deshizo a su antojo las últimas semanas de tratamiento legislativo. Estos gestos separatistas enfurecieron al expresidente, quien hasta último momento apareció en los teléfonos de sus alfiles en el Congreso para ordenarles que no dieran cuórum para tratar la renovación de Menem en la presidencia del cuerpo. La insistencia no bastó. “Hay muchos diputados que ya se dieron cuenta que el camino correcto es el del cambio. No van a hacerle caso a Mauricio sólo porque sí”, dijo a Tiempo una figura cercana al presidente.
Con los humores caldeados, el gobierno seguirá apostando a cercar al PRO. En las sesiones extraordinarias que iniciarán en las próximas horas, el oficialismo buscará aprobar proyectos propios y forzará al espacio de Mauricio Macri a apoyarlos sin mayores condiciones, con la amenaza de que, de no hacerlo, quedarán expuestos a votar con el siempre repulsivo kirchnerismo. La cancha quedó marcada.
Fuente Tiempo Argentino