Convencidos de que la potencia política del PRO se estancó en siete modestos puntos, los armadores de La Libertad Avanza en la siempre desafiante Provincia de Buenos Aires empiezan a imponer cada vez más condiciones y descartan de cuajo la posibilidad de consolidar un frente electoral. Para los armadores de LLA lo único que importará estas elecciones será el sello. Por eso están convencidos de que no deben cederle ningún espacio a los dirigentes amarillos que, por iluminación divina u oportunismo temporal, decidieron teñirse de violeta a meses del inicio del armado de las boletas nacionales.
Para la mesa chica electoral, que sienta en su cabecera a Karina Milei, los acuerdos con los referentes de espacios dialoguistas deben sellarse “uno por uno” y no con sus satélites. En este sentido, los ajedrecistas libertarios entienden que acoplar al contrato a los aparatos que rodean a cada dirigente forma parte de un mecanismo propio de la “vieja política”, por lo que no se mostrarán dispuestos a ceder.
En concreto, el karinismo aspira a que el PRO, los radicales con peluca y parte del peronismo no kirchnerista -como Julio Zamora y Juan Zabaleta, contactos frecuentes de los teléfonos de la mesa chica libertaria- se plieguen a la línea del presidente y acepten ser coordinados por los referentes libertarios de cada municipio, sin aspiración de estrellato alguno. “El que manda es Javier. Quien entienda esto, es bienvenido a jugar con nosotros”, afirmó a Tiempo un dirigente cercano a la hermanísima.
La menor de los Milei, que bendijo a Eduardo “Lule” Menem y Sebastián Pareja como sus armadores de confianza, quiere que en cada acuerdo con los diferentes dirigentes quede expresamente claro que los paracaidistas deberán sentarse como uno más en una mesa política ya conformada, donde no tendrán potestad para imponer nada. Karina está convencida de que todo municipio que LLA pueda arrebatarle al oficialismo provincial debe hacerse con nombres propios. Es por eso que no va a permitir que ningún aliado encabece las listas en ningún municipio, una postura que tensiona la cuerda con los dirigentes dispuestos a dar el salto.
“Montenegro puede sumarse a la gestión nacional como ministro de Justicia si quiere, pero eso no implica un acuerdo en Mar del Plata”, expuso ante este medio una voz al tanto de la coordinación bonaerense. El ejemplo no es para nada inocente. Los apóstoles libertarios quieren arrebatarle el control de General Pueyrredón al PRO e instalar a Alejandro Carrancio como próximo intendente del municipio más pomposo que el espacio de Mauricio Macri logró conquistar después de la Ciudad de Buenos Aires.
El mismo mecanismo, exponen, tendrán con cada uno de los aspirantes a dar el salto, como son los casos de Diego Santilli -quien esta semana visitó a Lule Menem en su despacho en Balcarce 50- y Néstor Grindetti. Con un aparato prometedor, los referentes del PRO buscan negociar el desembarco de sus tropas a la par de sus nombres. Para el karinismo bonaerense, por el contrario, la idea de abrir el dique y que referentes ajenos se acomoden en nombre del oficialismo no es una opción.
“¿Qué nos aporta el PRO en la Provincia?”, chicaneó una fuente a Tiempo. Para esta misma voz, en términos electorales, el partido amarillo sólo aportaría entre dos y tres puntos a la buena performance que los libertarios creen que tendrán en las legislativas, un índice por el que no están dispuestos a ceder el control del pago chico en el Palacio y los consejos deliberantes. «No nos interesa tener bancas en la Legislatura sólo para bloquear a Kicillof, apuntamos a un acuerdo más profundo y no sólo electoral. Queremos hacer algo que perdure por los próximos 20 años», concretó el dirigente bonaerense.
En este sentido, el mismo dirigente se aventuró a configurar un posible escenario para el 2027, en el que ni Santilli ni José Luis Espert -obnubilados con la idea de llegar- serían los candidatos del gobierno para suceder a Axel Kicillof. «La única que tendría sentido que encabece es Karina, pero eso no va a pasar porque la necesitamos acá», se sinceró un alfil de la secretaria general. La definición dejó a la vista la tajante relación que el oficialismo mantiene con los ex Cambiemos a pesar de la devoción manifiesta que ambos exponen cada vez que pueden.
A pesar de empezar a endurecer el paladar, las negociaciones entre La Libertad Avanza y los dialoguistas siguen viento en popa. Fernanda Astorino, intendenta de la Capitán Sarmiento, está a un paso de cerrar filas con el oficialismo nacional y sumarse al todavía reducido grupo de jefes municipales que se predisponen a trabajar en línea con las ideas inobjetables del presidente. Pablo Petrarca, de Junín; Manuel Passaglia, de San Nicolás y Javier Martínez, de Pergamino están en el mismo tren.
Ordenar las provincias
Con la intención de sacar músculo en las provincias, la hermana presidencial dispuso la conformación de una mesa política que ordene la agenda legislativa libertaria y le marque la agenda a los oficialismos de turno. Según pudo saber Tiempo, se buscará integrar la coordinación de los bloques de Río Negro, Santa Fe, La Pampa, Córdoba, Entre Ríos, Ciudad y Provincia de Buenos Aires donde el oficialismo nacional buscará presentar proyectos espejo relacionados a la salud, urbanización y el siempre ponderado recorte del Estado.
Esta nueva base de operaciones, que tuvo su primer encuentro el pasado 18 de diciembre, está coordinada por el armador Sebastián Pareja y la presidenta del bloque en la Legislatura porteña, Pilar Ramírez. La legisladora fue bendecida por Karina como principal referente libertaria en la Ciudad para destronar a Jorge Macri, dejando fuera de juego a Ramiro Marra, quien esta semana fue expulsado del partido de su amigo al que adhirió desde su conformación.
La secretaria general quiere evitar un nuevo cisne negro, como cree que fue la «traición» de Marra, y por eso dispuso sentar en esta misma mesa a referentes locales de estas provincias para asegurarse un alineamiento absoluto al modelo libertario. «
Fuente Tiempo Argentino