La ruptura a cielo abierto que protagonizan la facción del peronismo que responde a Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof envalentonó a un gobierno que todavía junta jirones de su ego tras la derrota judicial que significó la imposibilidad de completar a gusto y piacere la Corte Suprema. Es con esta fragmentación que la mesa chica libertaria augura una mejora en la performance electoral del oficialismo nacional en territorio bonaerense y no se cierra a la posibilidad de cerrar alianzas con figuras del PRO que deseen dar el salto. La única condición es dejar afuera a Mauricio Macri.
Desde el lanzamiento de la campaña porteña por la renovación de bancas en la Legislatura, el ex presidente retomó el protagonismo e inició un raid mediático abocado a marcar las diferencias de base que separan a su espacio y La Libertad Avanza. Dolido por la imposibilidad de consolidar alianzas y el destrato que desde el gobierno le ofrecieron ante sus deseos de desembarcar en la gestión nacional, el bostero circunscribe sus apariciones a limar al círculo íntimo de Javier Milei, condensado en su hermana Karina y el asesor presidencial Santiago Caputo, con quien mantiene una rivalidad que ya transpoló al terreno personal.
«El entorno de Milei lo manipuló hacia un proyecto de poder con energía donde no había que ponerla», lanzó el ex primer mandatario esta mañana en la segunda entrevista que brinda desde el inicio de la semana. Cerca del libertario no escondieron su recelo. “El problema de fondo que tiene Mauricio es que cree que el presidente es idiota y que él iba a poder manipularlo. Como no pudo, ahora viene a extorsionar en todos los medios”, lanzaron sin rodeos desde Balcarce 50. Para la misma fuente, el bostero creyó que la llegada del libertario al Sillón de Rivadavia -para la cual dio un apoyo significativo durante los días previos al balotaje- iba a significar la concreción de su deseado segundo tiempo a través de la figura de un economista de nula experiencia política. No lo consiguió.
Pese a las milaneseadas que compartieron en Olivos, que cerca del presidente anticipan que no volverán a repetirse, la mesa política del oficialismo descartó de cuajo cualquier tipo de alianza que involucre la figura de Macri. La prohibición, sin embargo, no se replica con quienes durante años supieron ser sus laderos. Semanas atrás, en un total hermetismo, Cristian Ritondo y Diego Santilli se apersonaron en Casa Rosada para concretar la primera foto formal con Karina Milei y sus armadores Eduardo “Lule” Menem y Sebastián Pareja. Si bien intentaron hacer saber lo contrario, aquel encuentro no contó con el apoyo del ex presidente, que se anotició de la jugada de sus hijos políticos por redes sociales.

Pese a que la jugada de los diputados nacionales llamó la atención en las terminales amarillas, aquel primer vistazo no quedó sólo plasmado en un encuentro. El lunes por la noche, en una vistosa casa en el conurbano bonaerense, Pareja y Ritondo cenaron largas horas. Allí, ambos dirigentes de extracción peronista acordaron avanzar en línea recta con la confluencia de los espacios en una alianza con la que buscarán destronar la hegemonía que aún conserva un peronismo cada vez más atomizado.
La definición quedó condensada en los posteos que sobre el mediodía de este martes lanzaron ambos representantes. “La unidad que demostramos en el Congreso Nacional, entre el PRO y La Libertad Avanza, representa una oportunidad histórica también en la provincia para ponerle fin al populismo y devolverles a los vecinos orden, seguridad y futuro”, reza la publicación del líder de la bancada amarilla en Diputados. “Muy buen planteo, Cristian”, respondió el armador bonaerense con una coordinación digna de una coreografía de ballet.
Muy buen planteo, Cristian. Hay algo que se está dando de manera natural, y nos llena de orgullo que así sea. Los integrantes de LLA y el PRO logran un entendimiento que no es ni más ni menos que en beneficio de los bonaerenses. Más pronto que tarde se respirarán aires de… https://t.co/ibipT5bxC1
— Sebastián Pareja (@SPareja_) April 8, 2025
Dejando de lado las simpatías que ambos sectores dicen tener por el otro, dentro del gobierno empiezan a marcar las bases y condiciones necesarias para firmar esta alianza. Fue el propio José Luis Espert, próximo a anunciarse como candidato en PBA, quien advirtió que la integración de figuras amarillas serán bienvenidas por los violetas, pero advirtió que las cabezas de listas deberán estar ocupadas por libertarios. Los dichos del ex larretista van en línea con lo que creen los armadores nacionales del oficialismo. “Esto no es una fusión, los que vengan se van a tener que acoplar a nuestros modos”, dijo semanas atrás a Tiempo un encargado de la diagramación de cargos en provincia.
Esta cláusula, afirman, es la principal traba que encuentra Macri. Como ya lo dejó en claro al momento de lanzar su lista propia en la Ciudad, el ex presidente no está dispuesto a ceder el poder que supo construir en más de dos décadas en la arena política a unos recién llegados. Por eso, insistirá hasta las últimas consecuencias para intentar hacer pie en una negociación que, desde el vamos, inició trunca. “En la ciudad pierden por paliza y en la provincia miden 4 puntos”, chicanearon desde un importante despacho contra el ex presidente.
Como contó este medio, en el oficialismo están convencidos que el PRO quedará en cuarto lugar en la elección porteña. De cumplirse este escenario, LLA no sólo logrará hacerse de todo el capital electoral que el espacio fundado en 2005 consolidó con una abrumadora hegemonía, sino que además cumplirá su sueño húmedo de someter al calabrés a cumplir los más impuros deseos libertarios. Eso, o desaparecer del terreno político.
Fuente Tiempo Argentino