La fusión y el cierre de escuelas en la Ciudad se convirtieron en moneda corriente desde la llegada de Jorge Macri a la sede de gobierno porteño. Desde Tiempo seguimos de cerca esta problemática que atenta especialmente al nivel inicial, uno de los sectores de la educación pública que, paradójicamente, mayor cantidad de vacantes necesita en todo el distrito.
El argumento de la cartera educativa es “la baja natalidad”. Un dato cierto, pero en el nivel inicial, aun cada año hay chicos de 45 días a 3 años de edad que se encuentran en lista de espera, y que quedan excluidos del sistema educativo por falta de escuelas. Pese a esto, la administración macrista avanza con el cierre de varios jardines. Ahora, aseguran, va por los jardines maternales que se ubican en los barrios populares.

El Gobierno porteño contra los jardines maternales
En la Ciudad de Buenos Aires hay siete establecimientos maternales públicos conveniados, que son manejados por organizaciones barriales y el ministerio de Educación de la Ciudad, que funcionan en el marco del área socioeducativa de la Dirección de Inclusión Educativa. Para que estos jardines sigan abiertos cada año tienen que presentar los papeles del convenio. La documentación fue presentada en tiempo y forma, pero el ministerio de Educación de la Ciudad no puso su firma.
“Nos vienen dilatando desde febrero, estamos ya casi en junio. Estamos en una irregularidad muy grande porque la responsabilidad civil sobre las infancias y los y las educadoras que trabajamos en cada uno de estos jardines corre por cuenta del ministerio. Sin un convenio firmado estamos sin amparo legal#, explicó a Tiempo Damián Drescher, docente de nivel inicial.
“Las pocas cosas de las que se se encarga el ministerio no están garantizadas sin la firma del convenio. Y a esto se le suma que renunció una de las referentes, que son las personas que las organizaciones determinan para llevar adelante estos acuerdos y al día de hoy no hay fecha de alta de la referente que la reemplazará”, termina.
Rosa es mamá de Fiorela. Hace dos años lleva a su hija al jardín “Luces en el Bajo”, ubicado en el barrio Rivadavia dentro del Bajo Flores. “Mi nena tiene tres años, y sin el jardín las cosas serían muy difíciles para mi familia. Tenemos un gran apoyo contando con el jardín porque tanto los papás y las mamás tenemos que salir a trabajar, hoy nadie puede quedarse en casa a cuidar a los chicos. Espero que no lo cierren”, dijo Rosa a Tiempo.
En Chacarita se encuentra otro de los jardines que está en peligro. Se trata del maternal Teresa que se encuentra dentro del barrio Fraga.
“Nuestros jardines están en zonas vulnerables, el mío en particular está enfrente del playón de Fraga, pero en el Movimiento Popular la Dignidad tenemos cinco jardines así que están en el Bajo Flores, en Barracas en los Piletones y en Villa Soldati”, contó a este medio Marina Galván, docente y referente del maternal.
“Están siendo más rigurosos con la cantidad de niños que ingresan en el jardín, digamos por la baja natalidad, es una realidad que hay una disminución de las infancias, quizás en otros años teníamos más de 25 niños y bueno, hoy andamos en los 20 en cada jardín. Reppito es cierto lo de la baja natalidad, pero no por eso vamos a quitarle las vacantes a todos los demás niños que sí están cursando”, agregó Marina.

Los niños y niñas que asisten a estos jardines reciben desayuno, almuerzo y merienda. En junio del año pasado, Jorge Macri había recortado a la mitad la entrega de leches a estos maternales pero, tras el reclamo de familias y docentes, el GCBA reenvió los litros de leche que faltaban.
“Actualmente nos encontramos sin referente, ya que la anterior tuvo que renunciar por motivos personales. El proyecto educativo también peligra porque son la figura territorial en el barrio quienes articulan con distintas áreas que son necesarias para el acompañamiento integral de las familias. En definitiva, corre peligro todo nuestro proyecto, el programa en general”, detalla Nayalia Giglio, docente del Jardín del Bajo Flores.
“Nosotros lo que queremos hacer público y denunciar es la falta de compromiso del Ministerio de Educación, porque no nos llama para firmar el convenio, y esto hace que peligre nuestros espacios educativos y también la necesidad de la firma, de la figura de compañeras referentes en cada espacio, porque sin referentes no hay proyecto posible tampoco”, termina Giglio
Fuente Tiempo Argentino