Bajo el paraguas de la «reestructuración» y el «ordenamiento» el Gobierno avanza en el desmantelamiento del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), al igual que en el resto del sistema científico nacional. Ocurre que al ser clave para el sector agro, esta vez el ataque oficial consiguió rechazos de gobernadores usualmente más «condescendientes» del presidente de Javier Milei, como el de Córdoba y el de Santa Fe, que sumaron voces de peso en los últimos días en la defensa del organismo y su rol en la producción argentina.
El domingo por la tarde fue el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, el que salió a hablar del tema, a través de un posteo en X.
“Al INTA hay que fortalecerlo, no ensuciarlo para vaciarlo”, es el título de su mensaje, donde no cuestionó la reformulación del INTA, sino el modo en que se está planteando.
Al #INTA hay que fortalecerlo, no ensuciarlo para vaciarlo.
Quienes toman decisiones deberían venir al interior, recorrer nuestros campos y escuchar a los productores, quienes trabajan de sol a sol a pesar de las malditas retenciones. Desde el Obelisco, y sin diálogo, es… pic.twitter.com/ijBCxUXZb2
— Martín Llaryora (@MartinLlaryora) June 8, 2025
El principal rechazo es la intención del Gobierno de eliminar el modelo de gobernanza basado en el Consejo Directivo integrado por universidades y entidades rurales, para que maneje todas las decisiones el Poder Ejecutivo.
Llaryora, esta vez critica al Gobierno
El mandatario cordobés apuntó que desde la Casa Rosada toman decisiones sin comprender cómo funciona el entramado productivo del interior, en muchos casos en zonas donde el INTA es el principal y único sostén tecnológico de las economías regionales.
“Quienes toman decisiones deberían venir al interior, recorrer nuestros campos y escuchar a los productores, quienes trabajan de sol a sol a pesar de las malditas retenciones. Desde el Obelisco, y sin diálogo, es imposible comprender la realidad de nuestra gente de campo”, disparó Llaryora.
Sostuvo que al INTA «hay que modernizarlo, impulsar alianzas estratégicas con el sector privado y fortalecer su vínculo con el entramado productivo, científico y académico. Cerrar el INTA sería cerrar otra puerta al progreso y a la innovación que el país necesita».
Allí, remarcó, abundan el talento, la vocación y la experiencia; por eso reivindico la calidad profesional de cada una y cada uno de sus trabajadores, quienes todos los días aportan al desarrollo nacional: «Hoy más que nunca Argentina necesita del INTA para afrontar los desafíos productivos, tecnológicos y ambientales. A lo largo de su historia, el instituto ha gestado proyectos de excelencia, con fuerte arraigo territorial y compromiso federal».
Y completó: «El INTA no sólo está presente en el campo: está en cada casa, en cada mesa y en cada alimento producido con tecnología, innovación y trabajo. Por eso debemos preservar su autonomía y su gobernanza, pensando en los nuevos desafíos del desarrollo y el crecimiento de esta institución señera».
Kicillof: “Es un crimen que quieran cerrar el INTA»
Antes de Llaryora, también el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, se había expresado respecto a la situación del INTA, con palabras aún mucho más duras que la de su par cordobés.
En el marco de la inauguración de la Nueva Sede para la Patrulla Rural en General Villegas, afirmó: “Es un crimen que lo quieran cerrar. No se puede explicar, no se entiende”.
Junto al gobernador estuvo el titular del Ministerio de Desarrollo Agrario (MDA) de la provincia de Buenos Aires, Javier Rodríguez, quien también pronunció un fuerte rechazo: “Lo que hace el Gobierno nacional a manos de (el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico) Sturzenegger es un cientificidio. Esto es una nueva versión de mandar a los científicos a lavar los platos”.

Antes de las declaraciones se hizo una recorrida, en la que Walter Miranda, director de la Estación Experimental INTA Villegas, le entregó una nota a Kicillof. El escrito refleja el difícil momento que atraviesan los profesionales del organismo.
“Da mucha bronca el desmantelamiento. El INTA tiene un papel importante en términos de dar servicios a productores, que nunca podría dar un privado”, remarcó Kicillof.
Y agregó: “Desde el Ministerio de Desarrollo Agrario tenemos nuestras chacras experimentales y todo nuestro trabajo, pero el INTA ha traído mejoras genéticas y última tecnología. Todo esto sumado a la ayuda permanente en lo que hace a lo productivo, lo social, lo humano, a lo que es vivir en un territorio tan extenso, con tanta riqueza, pero que necesita inversión, mano de obra y Estado”.
Además, opinó que el Gobierno nacional incurre en una gran contradicción: “Es un país gobernado por gente que quiere volver al modelo agroexportador, pero sin agro. Va a ser muy difícil tener actividad agropecuaria si no tenemos INTA”.
Sobre el organismo, valorizó la participación de universidades nacionales y el sector privado productivo en la toma de decisiones, y la gran cantidad de desarrollos que consiguió: “Han avanzado en semillas resistentes, los trigos para la sequía, y cuestiones que nos han llevado a las primeras planas a nivel internacional”.

“No nos pueden destruir el INTA. A los trabajadores les digo que cuentan con todo el compromiso del Gobierno provincial y los intendentes”, finalizó Kicillof.
En esos mismos días se realizó la apertura formal de Agroactiva, el jueves pasado. Allí quien habló el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, y también le dio un espaldarazo al INTA, en presencia del jefe de Gabinete de la Nación, Guillermo Francos.
“En este momento del país tenemos un debate, que es el debate del INTA. Un organismo que tenemos que cuidar y pedimos que así lo haga el Gobierno Nacional. El INTA es federalismo, el INTA es ciencia, el INTA es tecnología”, reflexionó desde el escenario.
Lo paradójico es que tanto Pullaro como Llaryora convalidaron gran parte de las iniciativas legislativas que envió el Gobierno al Congreso, centradas especialmente en otorgarle poderes al presidente para que lleve a cabo acciones como las que fomenta para el INTA, el INTI, el Conicet y las universidasdes.
Fuente Tiempo Argentino