A un costado del escritorio de su despacho en la Legislatura porteña, Victoria Montenegro tiene un retrato junto a Cristina Kirchner. Hay otra foto con ella y el papa Francisco. También una de Néstor y evocaciones a Perón, Evita, las Abuelas y su mamá Hilda Ramona Torres. La de CFK es la imagen más cercana a su silla. Las dos veces presidenta luce sonriente, como cada vez que esta semana saludó desde el balcón en su casa de la calle San José, Constitución, un gesto molesto para quienes esperaban verla derrotada. “Como siempre, entienden que proscribiendo a los líderes quizás tienen suerte y se termina el peronismo”, dice Montenegro y conecta con la historia de resistencia.
–¿Por qué proscriben a Cristina?
–Estamos nuevamente en un momento muy oscuro donde se repiten las viejas prácticas de proscripción. Néstor y Cristina llevaron adelante 12 años maravillosos para la dignidad del pueblo argentino y en defensa de la soberanía nacional, reivindicando nuestra historia y nuestra memoria. En ese sentido, el gobierno de Milei es la continuidad del de Mauricio Macri tanto en políticas económicas con la deuda con el Fondo, como en la destrucción de las políticas sociales que se llevaron adelante en nuestro gobierno. El fallo de la Corte y la proscripción son una vergüenza.
–¿Quién pierde?
–Siempre la democracia. Este fallo y la Justicia no sólo son vergonzosos, sino que es muy peligroso porque si pierde la democracia, pierde el pueblo. Es más importante que nunca comprender lo que pasa en términos históricos y aprender de lo que pasó en otros tiempos para no repetir errores y pensar con otros y otras la necesidad de fortalecer al pueblo, a la comunidad y a organizarla para protegernos de esta embestida de Milei.
–¿Y quién está detrás?
–Hace muchos años nuestros países atraviesan un nuevo Plan Cóndor, con desestabilizaciones en Brasil, Bolivia y muchos más. Estamos en un tiempo muy oscuro, solamente cambiaron las formas. Los candidatos de la derecha son casi un copie y pegue: los mismos discursos, redes internacionales y fondos que subvencionan sus campañas. A diferencia del resto de la región, Argentina llevó adelante un proceso distinto porque hay una resistencia histórica del peronismo y, en la dictadura de los organismos de Derechos Humanos, lo que permitió llevar procesos de justicia que generaron anticuerpos y organización para enfrentar la impunidad. En los gobiernos de Néstor y Cristina por primera vez sí el Estado argentino toma la historia de aquellos años oscuros y se avanza en el proyecto de país por el que dieron la vida los 30 mil desaparecidos. Tenemos que darnos margen a repensar lo que sucede en el mundo con las guerras, discursos de odio, estigmatización y anulación del otro. Hoy el gobierno nacional desde la comunicación identifica a aquellos que hay que construir como nuevos enemigos internos de la sociedad y otros que quiere anular para siempre. El elemento más peligroso claramente es la compañera Cristina. Lo que antes hacía un grupo de tareas anulando la humanidad de una persona, hoy lo hace la Corte condenando a Cristina.
–Ella habló de organizarse y escuchar a los más necesitados. ¿Es el camino?
–Por supuesto. Es volver a fortalecer a la comunidad, estar muy cerca de nuestro pueblo que está sufriendo la brutalidad. Este gobierno todos los días recorta en salud, políticas sociales, contra las mujeres o las infancias. No hay que permitir que el temor y la apatía terminen ganándole al pueblo.
–El poder concentrado reaviva la histórica grieta. ¿Es por ahí?
–Hace unos años nosotros caímos en una gran trampa: la idea de dejar de ser nosotros para encontrar una ancha avenida en el medio. Pensar distinto es muy bueno y sano para nuestra sociedad. Después hay que argumentar por qué, por ejemplo, defendemos la salud pública o creemos que en los hospitales de la Ciudad debe atenderse a todos y no como ahora que, por definición de Jorge Macri, tanto a migrantes como a bonaerenses se les niega el acceso a la salud. Frente a la anulación del otro, de sumarte a combatir a quienes tienen una discapacidad, a que se le quite remedios a los pacientes oncológicos o a celebrar el cierre de una escuela, hay que tener una postura humana. No tiene que ver con la grieta, el kirchnerismo o el peronismo sino cómo te parás humanamente frente a eso. Tenemos que volver a dar esas discusiones sin caer en la trampa de que todo aquel que piensa distinto es un enemigo.
–¿Es central para las elecciones?
–Milei lo primero que viene a proponer a la Argentina es que deje de creer en la política como algo que efectivamente puede transformar la vida. Hay un sector de la población que ya no va a votar. Es muy malo para la democracia y la política. Votá en blanco, pero votá porque hay 30 mil personas que no viven y pelearon para poder ejercer el derecho al voto. Milei convoca a no creer en la política y nosotros tenemos que convocar al pueblo para decirle que sí la crisis es política, la salida también va a ser política. Y después sí ver quiénes van a ser los representantes del pueblo y qué representa cada uno de ellos. No se trata de una lapicera, sino de un proyecto de país.
–¿Qué rol tiene Kicillof?
–Es el gobernador de la provincia más grande, más poblada y más castigada de la Argentina de Milei. Además, es un compañero que surgió de los mejores 12 años de los gobiernos de Néstor y Cristina, fue coherente y defendió los intereses de nuestro pueblo. A diferencia de muchos otros que dijeron que había que esperar, Axel enfrenta el ataque permanente de Milei desde el primer día cuando planteó que a la crueldad sólo se le enfrenta con la defensa de la población y con la actitud militante y comprometida de ayudar a todos los gobernadores. Es un compañero de muchísimo amor por su pueblo, algo fundamental en este momento. Si Cristina, Néstor, Perón y Evita hicieron lo que hicieron, fue porque siempre había un presidente comprometido con su pueblo. Hoy es lo que no tenemos. Axel es fundamental para este tiempo, pero principalmente para el tiempo que viene.
–¿Hay un pueblo que quiere ser convocado?
–Claro que sí. El pueblo argentino no es esto. Es solidario. Tengo mucha confianza en nuestro pueblo, necesita el cuidado y responsabilidad de los actores políticos. No hay que caer en las redes ni la necesidad de la inmediatez y de generar frases polémicas para estar presente en esta locura comunicacional, sino volver a las bases y construir con humildad. Volver a nuestro pueblo para desde ahí fortalecer la comunidad y poder reconstruir todo de abajo hacia arriba. De arriba para abajo no se construye nada. Es también a lo que nos convocó Cristina: a estar cerca de esas madres desesperadas porque sus niños no pueden tener sus tratamientos en el Garrahan y de todo aquel que necesita saber que peleamos por ellos. Tenemos que fortalecernos para poder construir futuro.
-Este lunes se cumplen 70 años del bombardeo a la Plaza de Mayo. ¿Hay puntos de contacto con este presente?
-La historia vuelve. Estamos frente a la proscripción de Cristina. El presidente lo dijo: quiere ser el que ponga el último clavo en el cajón del kirchnerismo. Muchos de ellos lo plantean. Eliminarnos para siempre es su gran sueño y nuestro país tiene una historia dolorosa en ese sentido. Bombardeos, fusilamientos, desaparecidos y bebes robados. Pero nosotros siempre volvemos. Quizás no nos damos cuenta, pero ahora mismo estamos volviendo aún con nuestras contradicciones.
-¿Cómo está el gobierno hoy?
-Hay una realidad: la situación económica cada día es más insostenible. Vivo en Lugano y se nota que esta situación pero no significa que inmediatamente algo cambie. Un sector de la sociedad entendió que quizás con Milei podía haber una salida. Muchos se dieron cuenta que no, pero son los que no van a votar. Tenemos que volver a construir una esperanza y una salida. Veo a un presidente sin ningún sentido de pertenencia con la Argentina. El desafío político es poder generar una organización que permita que el pueblo entienda que este no es el camino. Nuevamente fue engañado, no vino a terminar con la casta porque en su entorno está la casta más pura. Frente a esta decepción, nuestra propuesta es reencausarnos como país. Hay un riesgo real de perder mucho nuevamente: creíamos que algunas conquistas eran irreversibles, pero nada es irreversible.
Preocupación por el Banco Nacional de Datos Genéticos
“Toda la política de Derechos Humanos está atravesando una situación de mucho riesgo. Los sitios de memoria están prácticamente sin trabajadores, la exEsma -un patrimonio de la humanidad- está acéfala y cada uno de esos sitios sigue siendo prueba judicial. Todavía hay bebés que nacieron en esos lugares y seguimos buscando. El Banco es donde están los datos para buscar a los bebés que fuimos robados durante la dictadura y donde están las muestras de abuelas, abuelos, tíos y tías. Muchos de ellos ya no viven, pero su muestra sigue esperando y está en riesgo. El organismo ni puede responder a las demandas judiciales al estar acéfalo. La justicia está muy desaparecida y ausente, algo que no nos permite lograr la protección que necesitamos. Seguiremos trabajando para que los datos genéticos estén protegidos”.
Fuente Tiempo Argentino
