El decreto es un cheque en blanco, hay muchas atribuciones que tiene el Ministerio de Seguridad que están indefinidas. Por ejemplo, los recursos para la modernización que van a salir de limitar los ingresos en la Policía Federal Argentina (PFA), especialmente de suboficiales, al punto de eliminar ese escalafón. Y no se sabe cómo se hará. Hay una serie de ambigüedades sobre la diferencia entre investigación criminal e inteligencia criminal. Si bien va a ser una Agencia Federal de Investigaciones, en realidad estará dirigida a la inteligencia criminal.
La lectura del decreto muestra que prácticamente no cambia nada en las atribuciones de la PFA en sí, hay aspectos que están ya dichos afuera de esa norma. Por ejemplo, el ciberpatrullaje ya está incluido en esa unidad que se creó el año pasado por resolución. El punto sobre las requisas también está en el Código Penal. Hay disposiciones que son especialmente provocaciones.
Mucho descontento en la Policía Federal
Desde mi punto de vista, en esta norma hay mucho que queda en el poder discrecional del Ministerio de Seguridad de la Nación y que será definido en el futuro. Entonces, este decreto es un instrumento que puede ser mucho más útil para el método de conducción de Bullrich que es el de la extorsión a la propia Policía Federal.
Esto es así porque la situación está bastante tensa, hay mucho descontento en la PFA por los salarios bajísimos, porque no les pagan los adicionales y hay una deuda muy grande con ellos sobre este tema. También porque están sometidos a la represión de los jubilados todos los miércoles y fueron retirados de tareas específicas.

Lo que no aborda el decreto
Por otra parte, hay temas que no toca este decreto como es la federalización de la Policía Federal que está hiperconcentrada en la Ciudad de Buenos Aires, como rémora de lo que fue como policía en esta jurisdicción. No hay consideraciones acerca de qué va a pasar con los cuerpos de infantería que en la actualidad están reprimiendo jubilados pero que deberían ser utilizados para contener movilizaciones.
Entonces, hay mucha indefinición, un par de provocaciones para que salga el progresismo o el garantismo a cuestionar. Pero sobre todo, hay mucho descontento de la Policía Federal porque no hubo consultas previas a la institución: lo tiró Bullrich de forma directa.
Lo que la ministra quiso es que la autorizaran a declarar la emergencia de la Policía Federal Argentina –que antes no pudo–, para hacer compras sin seguir las regulaciones de contratación del Estado. Es lo que intentó en el pasado, al declarar la emergencia en Santa Fe y al final no salió.
No es nuevo. Cuando asumí como ministra, Bullrich ya tenía observaciones por parte de la Auditoría General de la Nación. Había dejado compras millonarias en dólares en equipamiento de uso militar de la que no podían hacer uso las fuerzas de seguridad civiles federales. Sobre todo aviones no tripulados, pero también lanchas artilleras que no son adecuadas a las necesidades operativas y al ambiente operacional que es el que normalmente define el trabajo de las fuerzas federales.
Fuente Tiempo Argentino