El informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA indicó que la inseguridad alimentaria en niños, niñas y adolescentes afectó al 36% de la población durante 2024.

Por Sebastián Premici |EDW| Lo que no se come un día, no se recupera. La inseguridad alimentaria infantil en Argentina llegó al 36 por ciento en 2024 y pegó un salto de cuatro puntos porcentuales en relación al año anterior. Al cierre del primer año de gestión de Libertad Avanza y su plan de miseria planificada, se registraron 4,3 millones de niñas y adolescentes con dificultades alimentarias. Estos datos se desprenden del último informe del Observatorio de la Deuda Social que elabora de manera periódica la Universidad Católica Argentina (ODS-UCA).
La inseguridad alimentaria es un fenómeno dinámico y fuertemente influido por condiciones estructurales como el tipo de hogar, el nivel socioeconómico y la situación laboral. El ODS – UCA analizó el comportamiento de esta problemática durante los últimos 15 años (periodo 2010-2024) y detectó un agravamiento de la situación a partir de 2018, fecha que coincide con el proceso de endeudamiento del macrismo con el FMI y el avance de la pobreza estructural; también hubo otro pico durante la pandemia y un último salto en 2024, durante el primer año de la administración Milei.
Algunas herramientas como la Asignación Universal por Hijo y en menor medida la Tarjeta Alimentar (fuertemente recortada en su alcance durante el mileismo) contribuyeron a mitigar los riesgos alimentarios. “Sin embargo, su impacto fue limitado frente a factores estructurales, como puede ser la precariedad laboral”, indicaron desde la UCA.

La marginalidad laboral fue otra de las marcas Milei al primer año de su gestión. De acuerdo a otro informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), coordinado por el economista Claudio Lozano, la informalidad laboral creció durante el primer año de Milei 1,2 puntos porcentuales.
El hambre no es una sensación
La inseguridad alimentaria se define como la falta de acceso regular a alimentos suficientes, seguros y nutritivos para el desarrollo activo y saludable de las personas. “Puede manifestarse de forma leve (preocupación por no contar con alimentos por problemas económicos), moderada (reducción en cantidad o calidad de la dieta de la familia y en particular de los adultos) o severa (privación en la ingesta y en particular en los niños/as)”, aseveraron desde el informe elaborado por el ODS-UCA.
El documento analizó tres ciclos diferenciados sobre las problemáticas vinculadas al acceso de los alimentos para los niños, niñas y adolescentes:
* El período 2010 y 2017 se caracterizó por una afectación promedio del 20% de la población de niñas, niños y adolescentes (NNyA), con casi la mitad de ese grupo “atravesando situaciones de inseguridad alimentaria severa, es decir hogares donde se reportaron episodios de hambre en la infancia.
*El segundo ciclo transcurrió entre 2017 y 2020, y fue cuando empezó a evidenciarse una tendencia ascendente sostenida. La inseguridad alimentaria se incrementó 15 puntos porcentuales y la situación severa superó los dos dígitos. Dentro de este período, la UCA marcó al 2018 como inicio de una crisis económica que afectó la seguridad alimentaria de las familias. No de casualidad fue el año en que la Argentina, vía Mauricio Macri, regresó al sendero perverso del endeudamiento con el FMI. Luego, la pandemia.
*El tercer ciclo abarcó de 2020 a 2024, donde tras el pico ocurrido durante la pandemia se presentó cierta estabilización en niveles altos, con un piso del 30% y un pico de casi el 36% durante el primer año de gestión de la administración Milei. En 2024, las formas más graves de la inseguridad alimentaria en niños, niñas y adolescentes afectaron al 16,5% de la población.
“Para enfrentar eficazmente la inseguridad alimentaria infantil es crucial implementar políticas públicas integrales centradas en la inclusión laboral, el fortalecimiento de programas de transferencia de ingresos como la AUH (+TA), y la construcción de sistemas de protección social intersectoriales”, puede leerse en el informe de la UCA.
Si bien la AUH fue el principal instrumento de La Libertad Avanza para controlar el desborde social en los barrios más vulnerables, por otra ventanilla aplicaron un fuerte ajuste en la Tarjeta Alimentar. Según datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), las erogaciones para este programa registraron al sexto mes del año 2025 una caída del 18,4%.
“El monto de esta última prestación no tuvo incrementos desde junio de 2024, presentando una pérdida de poder de compra de 23,4% interanual promedio en el primer semestre del año. En sentido contrario, incide la ampliación del universo de beneficiarios que tuvo lugar en septiembre de 2024”, indicaron desde la OPC.
La máquina de la precarización
Las situaciones de inseguridad alimentaria se disparan en aquellos hogares donde predomina el empleo precario. Durante 2024, llegó a un máximo del 51% -dentro del grupo de hogares con mayor informalidad laboral- cuando en 2019 había sido del 43%.
A pesar de la crueldad seguimos en el territorio
Cristina Rodriguez nos muestra la vida de un merendero en el Chaco, una provincia argentina que cuenta con los peores índices, 80% de pobreza, 35% de indigencia en la Ciudad de Resistencia capital de la provincia, proliferación de barrios de emergencia en la periferia sumado a la ausencia de políticas públicas en salud, educación y seguridad, el gobernador Leandro Zdero(UCR)aliado de LLA (MIlei) no puso en marcha ningún programa que traiga alguna solución ni fomente trabajo y producción.Este trabajo lo realiza FUNDECOM (Fundación Espacios Comunicacionales con el aporte de Reporte24.com.ar y la .Red digital de noticias.