Hasta mediados de la década de 1960, el Salón Norte de la Casa Rosada ofició como epicentro de las reuniones de gabinete de los variopintos gobiernos que ejercieron el poder. La mesa victoriana que monopoliza el panorama de la sala del primer piso de Balcarce 50 supo ser protagonista de los más álgidos encuentros de los que la historia nacional tenga memoria, lo que le valió al espacio ser reconocido como el “Salón de los Acuerdos”. Allí, dos semanas después del cierre de listas más dramático del que La Libertad Avanza tenga memoria, la plana mayor del oficialismo volvió a verse de frente.
Justo a la mitad del miércoles, puntuales, Karina Milei, Santiago Caputo y Guillermo Francos coincidieron en el esplendoroso aposento. Como si de un reencuentro entre viejos amigos se tratara, los socios mayoritarios del Triángulo de Hierro y el jefe de gabinete dialogaron sin pruritos mientras esperaban relajados al resto de los participantes.
Unos minutos más tarde, y sin sobresaltos, Martín y Eduardo “Lule” Menem llegaron juntos a la ceremonia. Los herederos del expresidente saludaron uno por uno a los presentes. El aire se tensó cuando el mayor de los sirios se acercó al metro cuadrado del asesor presidencial. Espadachines de experiencia, los barones escondieron sus armas y se reverenciaron uno al otro. El resto respiró.
El cónclave, que tuvo como excusa la puesta en común de la situación proselitista del otro lado de la General Paz, inició con un discurso de apertura propiciado por Francos. El titular de los ministros supo que no tenía más remedio que hacer gala del mote de moderador que el propio Javier Milei le impuso -sin consultar- días atrás, cuando la tensión entre su hermana de sangre y su hermano del alma parecía escalar a un escenario de no retorno. Inspirado, el exfuncionario del BID entonó palabras motivadoras y recordó todas las veces que fueron necesarias que el enemigo nunca debe ser interno. Caputo y Menem ni siquiera se miraron.
La tensión que se extiende desde hace meses en la mesa chica del poder había impulsado al exestudiante de ingeniería a correrse de las negociaciones electorales y dejar el cierre en manos de su apóstol de Las Fuerzas del Cielo, Agustín Romo. El joven peleó con un escarbadientes contra el aparato karinista, que se encargó hasta último momento de ningunear al piberío libertario e impuso casi sin agitarse a los candidatos que el armador Sebastián Pareja reclutó por meses.

Además del golpe político que significó aquella expulsión de los jóvenes celestiales del Edén libertario, Caputo encontró en la nómina bonaerense una traba significativa para el trabajo sucio que le encomendaron los Milei. El desconocimiento casi absoluto de los perfiles que llevará el oficialismo a competir en la madre de todas las batallas es, para el gurú presidencial, una complicación a la hora de consolidar la estrategia que le permita al partido violeta tener una performance aceptable en territorio justicialista.
En concreto, en las filas oficialistas inquieta el desempeño que la propuesta violeta puede tener en la primera, segunda y cuarta sección, donde las listas de la ancha avenida del centro amenazan con quitarle electorado a los dos lados de la grieta. Con este escenario, Caputo advirtió que la utilización de la imagen presidencial en el territorio será ineludible. Por eso, se espera que la próxima semana el primer mandatario se muestre con los ocho candidatos bonaerenses en una recorrida similar a la que se montó durante la campaña porteña con Manuel Adorni.
En un principio, se esperaba que el encuentro se concretara el día de la inauguración del centro de logística que abrirá Mercado Libre el próximo miércoles en Tres de Febrero, territorio de Diego Valenzuela. Sin embargo, los cerebros de la estrategia razonaron que la foto con un empresario multimillonario es un menú poco tentador para un electorado de corte popular. Por eso, se espera que el primer avistaje entre el líder libertario y sus candidatos se dé en una localidad opositora, posiblemente al sur del conurbano.
Esta será la primera de una serie de presencias que Javier Milei tendrá a lo largo de las cuatro semanas que separan al presente de la elección legislativa. Según diagramó la mesa de campaña, que también tiene a los primos Tomás y Manuel Vidal entre sus participantes, el presidente bajará al territorio, al menos, una vez por semana. Una jugada casi desesperada ante la más que cuestionada elección de candidatos.
Este antecedente habilitó que la mesa bonaerense extienda las fronteras de discusión. Durante la hora y media que los caciques oficialistas pasaron reunidos, circuló un papiro en el que se estampó un preliminar panorama político que atraviesa el oficialismo en las diferentes provincias. Según confiaron a este diario dos participantes de la mesa, existió un momento de tensión que puso en jaque la armonía ficticia que reinó hasta entonces. La paz se puso en jaque cuando llegó el momento de repasar la situación en Corrientes, donde el partido libertario decidió competir con su propio sello y separado del oficialismo de Gustavo Valdés, movimiento que sorprendió a propios y ajenos.
Como contó este medio, el asesor presidencial auspiciaba una alianza con el gobernador, que incluía la participación estelar de Carlos “Camau” Espínola. El senador, clave para la aprobación de la Ley Bases, logró una consonancia plena con el inquilino del Salón Martín Fierro, una unión que amenazaba con quebrar los deseos menemistas de instalar a Lisandro Almirón –contra todas las encuestas– como candidato.
Según relataron los presentes, la insistencia de Santiago Caputo de remarcar lo que cree una mala estrategia colmó la paciencia de Lule Menem, quien comenzó a recriminarle su alianza con el exdeportista. La tensión se replicó en el repaso del cuadro de situación en Córdoba. Allí, el tándem riojano trata de imponer al diputado Gabriel Bornoroni como cabeza de lista, una ambición que va en contramano a lo prometido a Franco Moggeta, el exsecretario de Transporte que pasó largas temporadas en el peronismo cordobés.
Con el antecedente bonaerense, y la consolidación del nuevo Congreso a la vuelta de la esquina, se espera que Milei conceda a su asesor el poder de vetar a los candidatos que no se ajusten a los parámetros que el propio presidente exige. La reacción de Karina a la aventura emancipatoria de su hermano es, por estas horas, el misterio que desvela a más de medio gobierno.
Fuente Tiempo Argentino