
En 1995, hubo un incidente en la provincia de Salta, Argentina, donde los habitantes de un pueblo de la región de Anta afirmaron que algo cayó del cielo, causando una fuerte explosión y cortando la luz del lugar. Este evento es conocido como el “Roswell argentino”. Si bien las autoridades afirmaron que se trataba de un meteorito, testigos y expertos en ufología investigan la posibilidad de un OVNI, detectando restos metálicos y una zona sin vegetación.

El suceso ocurrió en la Serranía Colorada, en el departamento de Anta, en la provincia de Salta. La fecha exacta del incidente fue el 18 de agosto de 199, se escuchó un ruido fuerte y una explosión, seguida de una estela de humo y restos metálicos que fueron observados por los pobladores, el incidente provocó la interrupción del suministro eléctrico en todo el pueblo y dejó un cráter humeante. Las autoridades sostuvieron que la causa del impacto fue un meteorito, testigos describieron la presencia de objetos metálicos y un área donde la vegetación no crecía, lo que generó dudas sobre la versión oficial. El caso ha atraído la atención de expertos en ufología y ha sido objeto de documentales y congresos dedicados al tema, donde se analiza el lugar del impacto con equipos modernos.
Teoría:
Se especula con un encubrimiento de las autoridades, similar al caso Roswell en Estados Unidos, y se mencionan la participación de la NASA y fuerzas militares en la supresión de información.

Tony Galvano, piloto que siguió el rastro y cayó con su avioneta
Sin bucear mucho encontré un artículo de El Tribuno que me pareció un aporte para esta nota.
La nota de El Tribuno
¿Ovnis en Salta? A 29 años del caso conocido como el Roswell argentino en Joaquín V. González
La mañana del 18 de agosto de 1995, la prensa reportaba la caída de una supuesta nave extraterrestre en Anta. Antonio “Tony” Galvagno, piloto de aviación civil, fue uno de los testigos claves en el momento del avistamiento.

Pasaron algunos años, casi tres décadas de un hecho que aún sigue con varios interrogantes. Aún perdura en la memoria de los ufólogos el misterio de uno de los casos más resonantes sobre ovnis ocurridos en el país, conocido como el caso Roswell Argentino. Fue bautizado con ese nombre por sus semejanzas con el de Nuevo México, Estados Unidos, ocurrido en 1947.
La mañana del 18 de agosto de 1995, la prensa reportaba la caída de una supuesta nave extraterrestre en Anta. Antonio “Tony” Galvagno, piloto de aviación civil, recordó que el día anterior se encontraba almorzando junto a su esposa. Alrededor de las 13.50 escuchó una gran explosión que hizo vibrar a todo el pueblo.
Creyó que se trataba de un temblor, pero después de unos minutos salió a la calle y divisó una gran franja de humo en el cielo, que lo hizo pensar en la caída de un avión o de un meteorito. La estela pudo ser observada por decenas de vecinos. La curiosidad impulsó a Galvagno a iniciar un patrullaje por la zona, con un avión ultraliviano biplaza. Se concentró en el cuadrante donde aparentemente se había producido la colisión, conocido como la Serranía Colorada.
El aviador divisó allí una columna de humo que describió como “una nube de hollín con partículas metalizadas”. Ese día, la búsqueda se desarrolló sin novedad.
Desde ese momento, a la actualidad el gonzaleño reflexionó que “le sirvió para reafirmar su consolidación en el tema”. “Ese evento me hizo comenzar a dedicarme más a conocer la ufología”, añadió. Además compartió que tuvo la posibilidad de otros avistamientos y contactos.
Misterio y mucho secreto
Galvagno dedicó los siguientes 15 días a la buscar indicios de lo que pudo pasar en el lugar sin resultados. Según su relato, se reunió con un grupo de Gendarmería Nacional y ellos le habrían prohibido que continuara la búsqueda, que investigara y que sobrevolara la zona. Sin embargo el piloto, junto a un grupo de lugareños, decidió continuar con las averiguaciones.
La noticia trascendió en los medios televisivos, gráficos y radiales de todo el país. Nunca se supo por versiones oficiales lo que sucedió en la serranía de Joaquín V. González, donde sólo quedó un área quemada de alrededor de 500 metros de ancho por cinco kilómetros de largo. El piloto anteño cree que por allí se habría deslizado la nave.
“La vegetación no volvió a crecer en ese sitio y el área permaneció cerrada. Gendarmería y la Fuerza Aérea adujeron razones de seguridad nacional”, concluyó Galvagno.
La Poma, un lugar de contactados
Tony Galvagno, ciudadano de Joaquín V. González, a raíz de este suceso, con el pasar de los años, decidió conocer más sobre la ufología. Participó en varios encuentros y talleres tanto locales como internacionales.
Se refirió a La Poma, como un lugar especial para “trabajar la espiritualidad” y contactarse con seres extraterrestres. “Físicamente La Poma, es un lugar donde la energía se manifiesta con mayor intensidad”, destacó Galvagno.
Hoy en día no tiene sentido decir no creo en los extraterrestres.Guardado en tu casa, sentado en la silla, obviamente no los vamos a ver, pero si te ocupas un poco, los vas a ver”
A su vez indicó que el planeta está atravesando varios problemas en la actualidad, no solo en lo referido a lo climático y lo social. Todo esto nos lleva a comprometernos en creer o no en la temática ovni, enfatizó.