Desde hace tiempo Javier Milei, además de ocupar el honorífico cargo de presidente de la Nación, se dedica al equilibrismo. El inquilino del Sillón de Rivadavia desarrolló una destacable cualidad de petrificación única para evitar tomar postura en la guerra fría que Karina Milei, su hermana de sangre, y Santiago Caputo, su hermano del alma, consolidan con cada vez menos posibilidad de supervivencia. La derrota en la Provincia de Buenos Aires habilitó un linchamiento público entre los sectores que comandan la hermanísima y el asesor, que piden a gritos la intervención de su líder que insiste en abrazarse en la indefinición.
Con ese contexto en su pequeña aldea, el presidente encara un nuevo viaje hacia Estados Unidos para participar de la asamblea anual de Naciones Unidas, reunirse con el mandatario estadounidense, Donald Trump, y la titular del FMI, Kristalina Giorgieva. Ambos encuentros intentan ser una señal para los especuladores luego de una semana de tempestades en el frente financiero, que llevó el dólar al techo de la banda y a los bonos y acciones argentinas al piso.
Acá en el barrio, el resultado bonaerense desencadenó los enojos de la militancia digital que gusta posicionarse bajo el ala de Santiago Caputo. Daniel Parisini, conocido como «Gordo Dan«, encabezó una cruzada contra los recién llegados que, a su criterio, son los responsables del presente político del gobierno que defiende con uñas y dientes. Desde Guillermo Francos, pasando por Lule Menen, Sebastián Pareja y hasta Luis Juez, el tuitero despotricó como nunca contra los hombres que el presidente jamás decidió quitar de su mesa chica.
Aquella avanzada aspiraba a mover las emociones del león cada vez más herbívoro. Incluso, el hashtag #MileiEscuchanos fue tendencia por varias horas el día siguiente de la elección. Un movimiento desesperado de una militancia que conoció a la fuerza las injusticias partidarias. Nada funcionó. No sólo todos los aparentes traidores a la patria fueron reivindicados sino que el presidente decidió posicionarse contra sus propias orgas. Este viernes, en Córdoba, Milei se despegó del Gordo Dan y dijo que no estaba dispuesto a hacerse cargo de los dichos de los “12 millones de seguidores” que colecciona en sus redes.
El mensaje del presidente fue leído como una manera de equilibrar la balanza luego de los cambios políticos que tomó en los últimos días. El nombramiento de Pilar Ramírez como coordinadora nacional de la campaña, que este medio adelantó en exclusiva el último jueves, funcionó como un guiño hacia el Salón Martín Fierro, marginado como nunca de la mesa de decisiones. La presidenta del bloque de La Libertad Avanza en la Legislatura porteña es de las pocas figuras karinistas -casi la única- que tiene un vínculo de armonía y coexistencia con Santiago Caputo. Tanto así que ambos equipos pudieron trabajar con llamativa concordancia en la campaña que llevó a Manuel Adorni como primer candidato en las elecciones desdobladas de la Ciudad.
La oficialización se comunicó durante la segunda reunión de equipos de campaña que se llevó adelante en la quinta presidencial de Olivos. Sin embargo, los rumores habían comenzado a extenderse a inicios de esta misma semana. El martes, por caso, se pudo ver a la exejecutiva de Aerolíneas Argentinas caminando junto a Caputo hacia la reunión de mesa nacional que Milei inauguró luego de la derrota en PBA. Fue la primera vez que la karinista se sumó a los cónclaves. Es toda una señal que, con la noticia confirmada, adelantaba de manera explícita los planes de un Ejecutivo que no logra salir de su propio laberinto.
La llegada de Ramírez a la coordinación busca oxigenar varios órganos dentro del partido. Casi la totalidad de los referentes provinciales que están a cargo de las campañas en cada uno de los territorios recién conocieron en persona al presidente el último jueves, un año y medio después de su llegada a la Casa Rosada. La inexistente comunicación entre Milei y sus lugartenientes no sólo expone la flaquísima voluntad de conducción política de un presidente que se enorgullece de detestar el viejo arte. También echa luz sobre la dramática cooptación que el mismo líder habilitó, por acción u omisión, a las manos derechas de su hermana.
Siempre junto a @KarinaMileiOk y @JMilei por una Argentina libre 💜
¡Con La Libertad Avanza vamos a arrasar y pintar de violeta cada rincón del país para que nada frene el cambio profundo que lidera este gobierno! 🇦🇷 pic.twitter.com/Ne6ioXUMAV
— Pilar Ramírez (@PilarRamirezmpr) August 16, 2025
Antes de la designación de la legisladora quien estaba a cargo del vínculo con las provincias era “Lule” Menem, armador nacional y la voz de Karina en los territorios. Habilitado por la secretaria General, el riojano construyó a su imagen y semejanza los representantes que La Libertad Avanza tendrá en las boletas del próximo 26 de octubre, una jugada más que arriesgada para un oficialismo sin territorio. El origen de la interna entre el subsecretario de Gestión institucional y el asesor oficial, relatada hasta el agotamiento, se fecha aquí.
Para Caputo, quien desde la llegada de Milei al poder entendió que el libertario precisaría de apoyo político de sectores del establishment y la renegada casta para gobernar, la construcción purista en provincias donde los gobernadores manejan a gusto y piacere sus territorios es un vicio en el que LLA no debía haber caído. El asesor, artífice de los éxitos legislativos del presidente, había cerrado filas con varios caciques provinciales prometiendo un pacto de convivencia electoral muy sofisticado para un partido atestado de marginalidad: legislaturas para las provincias, Congreso para la Nación. Las bases y condiciones del plan estipulaban una extensión del contrato hasta el 2027.
Los gobernadores amigos estaban encantados. Ninguno pudo prever, sin embargo, que desde otra ala de la Casa Rosada se estaba cocinando otro plan. Lule, quien supo ser calificado por su tío Carlos como “el más Menem de todos” se puso al hombro una construcción territorial dispuesta a combatir contra los armados oficialistas provinciales. Ni las promesas económicas, ni las charlas personales entre Caputo y los mandatarios lograron aplacar la furia.
Fue a partir de este destrato que el oficialismo empezó a entender de qué se trata el verdadero poder. El cierre de listas nacionales habilitó una embestida sin igual en el Congreso que aceleró, a su vez, un escenario de tensión económica que desde el círculo rojo empiezan a mirar con cada vez más preocupación. Existieron, por caso, encuentros entre importantísimos miembros del gobierno y empresarios de la más alta élite en los últimos días para intentar bajar un mensaje de calma. Los métodos de seducción, dicen, no fueron tan convincentes.
Las 24 horas que siguieron a la derrota del 7 de septiembre se especuló con la posible salida del riojano, quien además fue inculpado por Diego Spagnuolo como uno de los coordinadores de un aparente sistema de coimas que tendrían a Karina Milei como principal beneficiaria. Aquella eyección, confiesan sin remordimiento desde varios ministerios, hubiese funcionado para limpiar la imagen del gobierno y relanzar la gestión de cara a las elecciones nacionales para las que ya no se sienten tan confiados de arrasar.
No ocurrió. Pese a todas las maniobras destituyentes que se orquestaron desde dentro y fuera del Ejecutivo, Lule está más firme que nunca. Inexpugnable, el armador nacional logró quedarse en su puesto y hasta se lo puede ver caminando con su intacto carisma menemista por la Casa Rosada. El único cambio fue quitarle la coordinación entre referentes nacionales para entregarle la conducción de la fiscalización, instancia sensiblemente clave en cualquier elección.
Quienes conocen de cerca a Milei advierten que el presidente no se moverá de esta indefinición. La dependiente relación emocional con su hermana es igualmente necesaria que la simbiótica dependencia estratégica que tiene con su amigo. Por eso no son pocos los miembros del gobierno que se aventuran a fantasear un escenario de “batalla final” entre ambos bandos. Un habitué de la Casa Rosada y fanático del cine de ficción utilizó la profecía perteneciente al personaje ficticio Harry Potter, quien luchó en ocho películas contra Lord Voldemort, para graficar el futuro de Karina y Santiago: “Ninguno de los dos vivirá si el otro sobrevive”. «
Fuente Tiempo Argentino
