Seis bebés murieron este año en Argentina por tos convulsa. Todos tenían menos de dos años. Cuatro estaban en edad de estar vacunados, pero no había registro de ellos en el sistema oficial. Los otros dos eran menores de dos meses y no podían inocularse aún. Los datos, consignados en el Boletín Epidemiológico Nacional, no indican si sus mamás habían recibido la vacuna correspondiente durante el embarazo. De acuerdo a ese registro que emite el Ministerio de Salud, los casos de tos convulsa (también llamada coqueluche) este año ya triplican a los del anterior. El resurgimiento de enfermedades que se creían propias de épocas pasadas, como coqueluche y sarampión, se da en paralelo con la caída récord en la vacunación obligatoria para el ingreso escolar. Y además ocurre en un contexto de avance de discursos antivacunas: a tal punto, que tienen cabida en el Congreso Nacional.
“Las coberturas de vacunación registraron mejoras de hasta 15 puntos en 2024”, tituló un comunicado el Ministerio de Salud, a cargo de Mario Lugones, días antes de las elecciones de octubre. El mensaje detalló que durante el año pasado “se logró revertir la tendencia de descenso en las coberturas del Calendario Nacional de Vacunación y alcanzar valores superiores a los registrados en 2023”. Pero el propio comunicado señala que “el avance se explica por la mejora en la notificación, el uso del Registro Nominal de Vacunación electrónico (RNVe)”, además de una “política de gestión eficiente que permitió optimizar las compras y consolidar la compra de otras vacunas”.
Es decir que, pese al título, la ‘mejora’ se debió a un mayor registro. El año 2023 fue el primero en el que se utilizó de forma generalizada a nivel nacional el nuevo registro nominal, lo que puede haber llevado a demoras propias de un cambio de sistema. Pero, si se compara con 2022, los datos muestran, por ejemplo, que en el caso de la vacuna quíntuple –cuya primera dosis se da a los dos meses e incluye la protección contra tos convulsa– la cobertura cayó del 89,97% en 2022 a 84,7% en 2024.
La punta de un iceberg
“En el hospital desde el verano empezamos a ver más casos. La tos convulsa se busca específicamente para confirmar diagnóstico, por eso hace rato veníamos diciendo que lo que veíamos era la punta de un iceberg. Con el brote en Tierra del Fuego el sistema de salud se empezó a sensibilizar y se confirmaron los casos”, señala Guadalupe Pérez, jefa de clínica de epidemiología del Garrahan.
La especialista explica que antes de que existieran las vacunas esta patología era cíclica y había picos cada cinco años, aproximadamente, que ponían en alto riesgo a la población más pequeña. “Con la vacuna la internación ya no se veía tanto. Quedaban desprotegidos los recién nacidos, que no llegaban a vacunarse. Pero se empezó a vacunar a embarazadas después de 2010. Ahora la cobertura es bajísima para embarazadas. A eso se suma la baja cobertura en chicos para la dosis de los 5 años, y peor aún para la dosis de los 11”. Esto implica más riesgo para los bebés, como los seis fallecidos en lo que va de 2025.
“La gente en general se sorprende cuando le mencionamos tos convulsa. Piensan que no hay más. Cuando encontramos un paciente internado con coqueluche, hablamos con la familia y nos dice ‘el hermano de 11 está tosiendo hace dos semanas’. Pero nadie en el sistema de salud pesquisó eso. La idea desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y la Sociedad Argentina de Infectología es susceptibilizar al sistema de salud para diagnosticar. Y a las familias para que vacunen, porque es inmunoprevenible”, insiste Pérez. Y lamenta: “Que haya seis fallecidos de una enfermedad prevenible por vacunas es terrible”.
Antivacunas en el Congreso
En los últimos días no sólo circularon alertas por el aumento de tos convulsa. También, a nivel regional, se supo un dato preocupante: Canadá perdió su status de país libre de sarampión, por lo que el continente americano ya no se considera a resguardo de esa enfermedad altamente contagiosa que, en la Argentina, registró un aumento del 1650% con respecto al promedio de años anteriores.
En este contexto resulta aún más alarmante que el Congreso Nacional se prepare para albergar el evento “¿Qué tienen realmente las vacunas?”, organizado por la diputada chaqueña del Pro Marilú Quiroz, quien además presentó un proyecto en la Cámara para “revisar la Ley 27.491, que establece la vacunación obligatoria, a la luz de los nuevos principios que introduce la Ley Nicolás (27.797). No se trata de cuestionar la importancia de la vacunación, sino de actualizar el marco legal para que respete los valores de libertad, consentimiento informado y autonomía del paciente”.
Desde la Comisión de Salud de la Cámara Baja pidieron la suspensión del encuentro. Pero la convocatoria sigue en pie, pese a que un colectivo de familias y profesionales lleva reunidas unas tres mil firmas pidiendo su cancelación y a los pronunciamientos en contra de entidades como la SAP o la Federación Médica de PBA. Tiempo consultó al Ministerio de Salud si tomaría medidas ante este evento: no hubo respuesta.
Qué importante esto de Pergolini en @otrodiaperdidok sobre las vacunas.
Algunos datos de 🇦🇷
Sin polio desde 1984
Sin sarampión endémico desde 2000
Sin rubéola endémica ni síndrome de rubéola congénita desde 2009
Sin difteria desde 2006
Sin tétanos Neonatal desde 2007 (sigue) pic.twitter.com/OcDhyrkFtm— Leandro Cahn 💚⭐⭐⭐ (@leandrocahn) November 14, 2025
“Siendo que el calendario de vacunación es ley, es grave que el Congreso dé espacio a este tipo de charlas. Falta una vacuna preventiva contra la desinformación. Hay que tener a la población informada antes que los antivacunas copen los espacios”, sostiene Carolina Selent, infectóloga en los hospitales Muñiz y Zubizarreta. En el reciente X Congreso de Enfermedades Endemoepidémicas, presentó la ponencia “La vacunación en la encrucijada: entre la desinformación y la salud pública”.
“Me parece que los profesionales de la salud y las sociedades científicas tienen un rol muy importante en esto: combatir la desinformación y pelear por las políticas públicas que lograron el carnet de vacunación que tenemos hoy y la eliminación de enfermedades que están de vuelta por desinformación, por bajas coberturas y por el impacto de la pandemia, que no fue gratis”, advierte.
“En Argentina no se hicieron grandes campañas para recuperar las coberturas de vacunas post Covid. Por ahí hay que ir a buscar a la gente para vacunarla: no alcanza con campañas como las de antes. No es solo tener la vacuna disponible, sino acercarla a la gente”, plantea Pérez. “Antes era más común que fueran al colegio a vacunar. Eso disminuyó mucho y es de los lugares más efectivos. Se necesita decisión política para hacerlo”, apunta Selent, una de las profesionales de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (DiCEI) del Ministerio de Salud que optó por renunciar tras el despido del 30% del equipo, en marzo pasado.
Una provocación
En un contexto en el que murieron seis bebés por tos convulsa, el médico Oscar Atienza define como “un acto de provocación” la realización de un encuentro en el Congreso que pone en duda la eficacia y seguridad de las vacunas. En septiembre del año pasado, ante datos de caídas en las coberturas que ya entonces preocupaban, el profesional advertía a Tiempo: “Veremos reemerger enfermedades como polio, sarampión, varicela, entra otras contagiosas que hoy están controladas”. Ya está pasando.
Retornaron
Hepatitis A. Con 109 casos en lo que va de 2025, registra un aumento del 276% con respecto a años anteriores. Antes de tener vacunación obligatoria, en 2005 era la primera causa de trasplante hepático pediátrico.
Tuberculosis. Se registra un aumento del 30% este año. “Es por falta de vacunas y hacinamiento. Se contagia por vía aérea y el tratamiento dura seis meses. Muchas veces cuando se empiezan a sentir bien lo dejan, pero siguen contagiando”, advierte la médica Guadalupe Pérez.
Fiebre Amarilla. El mes pasado la OPS reportó 350 contagios y 150 muertes en América Latina, con una letalidad del 42%. En Argentina, el gobierno de Javier Milei acotó el acceso a la vacuna: solo es gratuita en zonas de riesgo.
Sarampión. “Tras 20 semanas sin nuevos casos podemos confirmar que logramos cerrar el brote de sarampión en Provincia de Buenos Aires”, dijo el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, esta semana. La pérdida del status libre de sarampión a nivel continental obliga a mantener el estado de alerta.
Caída récord en las vacunas del ingreso escolar
La mejora en el registro de las vacunas de calendario celebrada desde el Ministerio de Salud no alcanza para ocultar un dato desolador: la fuerte caída en las coberturas de las vacunas obligatorias correspondientes al ingreso escolar.
La vacuna triple viral, que incluye la protección contra el sarampión, tenía en 2022 –incluso tras las caídas de la pandemia- una cobertura a nivel nacional del 94,54%. En 2024, según los registros oficiales, fue del 46,7%.
Algo similar ocurre con la varicela, con una tasa de vacunación que en 2022 tenía un alcance del 102,14% y que el año pasado cayó al 45,8%.
En cuanto a la dosis de meningococo que se aplica a los 11 años, ya era baja en 2022 (73,94) pero cayó en 2024 al 51,9%. El infectólogo Ricardo Rüttimann dijo a Clarín que esto es especialmente preocupante porque “los chicos de 11 la reciben casi exclusivamente para proteger a los a los más chiquitos” ya que “son el gran vector”. Es una enfermedad cuya tasa de mortalidad para menores de 2 años llega al 50%.
Más allá de los discursos antivacunas que se expanden en redes sociales –y tienen llegada al Congreso- el experto apuntó al rol de los pediatras: “La comunidad médica está teniendo dudas y eso hace proliferar el problema. Si la madre pregunta y el pediatra duda…”. Remarcó que “desde el punto de vista de salud pública, hay aspectos en los que no se puede dudar”.
Ante este panorama, la Sociedad Argentina de Pediatría emitió el viernes último un comunicado para expresar su «profunda preocupación» por la caída en las coberturas.
«Estamos ante un escenario de fragilidad inmunológica colectiva. Las cifras actuales no solo comprometen la inmunidad individual, sino que ponen en riesgo la salud pública en su conjunto», dijo Alejandra Gaiano, prosecretaria del Comité de Infectología de la SAP. «La caída de coberturas afecta de forma transversal a todas las edades pediátricas, pero es particularmente alarmante en las vacunas de los niños menores de 18 meses de vida, embarazadas y en la adolescencia», detalló.
Fuente Tiempo Argentino
