“Recontento”. Así decía estar Jorge López a los medios que lo entrevistaron en agosto del 2020, plena pandemia, cuando al regresar de pescar amarró su bote y tocó una cadena hundida en el fondo limoso del río Paraná donde el cauce se vuelve angosto y pega un recodo, una vuelta, a la altura de San Pedro, en la ribera bonaerense.
Se dio cuenta de que los eslabones eran rústicos y antiguos y dio aviso a Prefectura Naval, seguro de que formaban parte del dispositivo de resistencia de 1845 cuando la Argentina se enfrentó a Francia e Inglaterra en una batalla naval conocida como Vuelta de Obligado y que desde 1974 marca el Día de la Soberanía Nacional. Luego la dictadura cívico-militar lo quitó y en 2010 fue promovido a feriado nacional mediante un decreto de necesidad y urgencia por la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El día de la Soberanía es una cita con el pasado y el presente, y nos conecta con un viaje a la zona de San Pedro, donde la historia se entremezcla con la naturaleza. Un apasionado es el historiador Felipe Pigna que lo cuenta en su redes y en su sitio https://elhistoriador.com.ar/.
“Un día dos armadas que eran históricamente enemigas, nada más y nada menos que la de Francia e Inglaterra, las dos potencias más grandes del mundo de aquel momento decidieron invadir Argentina, atacar nuestro país, intentaron pasar por el río Paraná», relató.
En aquel momento gobernaba Juan Manuel de Rosas. Junto al coronel Lucio Mansilla, su cuñado, empezaron a armar una estrategia de defensa con lo que había. «No teníamos una armada, se les ocurrió recurrir al ingenio criollo y lanzar una línea de botes encadenados en la zona más angosta del río Paraná por donde pretendían pasar estos 80 buques mercantes y 20 de guerra y fueron frenados por este dispositivo criollo durante algunos momentos mientras desde lo alto de las barrancas se resistía como podía heroicamente», continuó.
Finalmente lograron pasar pero se encontraron con el boicot de los pueblos de Corrientes, Santa Fe y Entre Ríos que se negaron a comprar esa mercadería. Gracias, en parte, a la intervención de José de San Martín que actuó en Europa, concretamente en Francia, como un agente diplomático, se logró un acuerdo muy beneficioso con la Argentina y se logró defender entonces nuestra soberanía. «Por eso el 20 de noviembre es el Día de la Soberanía Nacional, la defensa de nuestros intereses por encima de todas las cosas”, explicó Pigna en perfecto criollo que lo entienden todos.
Un equipo interdisciplinario conducido por el arqueólogo Mariano Ramos de la Universidad de Luján ha desarrollado un trabajo de investigación en toda la zona, tras el hallazgo que cambió la identidad (y las visitas) del lugar. Durante tres meses pudieron rescatar unos 48 eslabones de las cadenas históricas.
Además, han logrado identificar el lugar exacto donde se montó la estrategia defensiva hace casi dos siglos. Lo cierto es que los siete eslabones de cadena hallados integraron parte de la investigación y se suma a otros restos encontrados en 2013 por otro pescador.

Una visita durante todo el año al símbolo de la soberanía nacional
Durante todo el año se puede visitar el Parque Histórico Natural Vuelta de Obligado que transmite el espíritu de aquella jornada épica en defensa de la soberanía nacional. Hay senderos dibujados entre sauces llorones y barrancas rojizas, donde descansan cañones, anclas y cadenas testigos y protagonistas de aquella la resistencia criolla.
Cada 20 de noviembre, el sitio convoca visitantes que asisten al acto conmemorativo, pero es todo el fin de semana y durante todo el año una cita para conocer la historia y disfrutar en familia de la naturaleza junto al río. Incluso se puede visitar el Museo del Sitio Histórico para conocer más las huellas que aún respiran en estos aires.
El lugar cuenta con campings, paradores y senderos que permiten recorrerlo sin apuros. Algunos locales ofrecen paseos en lancha, visitas guiadas y propuestas gastronómicas que rescatan los sabores regionales: empanadas de pescado, pastelitos fritos y licores artesanales.
Lo cierto es que Vuelta de Obligado en San Pedro, es uno de los Pueblos Turísticos del territorio bonaerense que atrapa apasionados por la historia. Este fin de semana, si el clima ayuda, hay un sinfín de actividades en toda la ciudad y alrededores, desde Feria de las Colectividades hasta encuentro de Rastrojeros. Todos conocen San Pedro por la producción de frutas y su Fiesta de la Naranja de Ombligo que se celebra a fines de julio y que en el 2026 cumplirá 8 ediciones.
Entre muchas chacras, el emprendimiento productivo más famoso es el que impulsaron desde 1979 los periodistas César Mascetti y Mónica Cahen D’Anvers que lograron brindar una propuesta de agroturismo en su finca “La Campiña” que impulsó la promoción de la región y de la fruta. Además de naranja, producen mandarinas y duraznos.
San Pedro junto con Baradero integran corredor productivo de frutales donde se producen unas 8 variedades de cítricos que los hicieron famosos. Unas 2500 hectáreas están dedicadas a este cultivo y unas 13 mil toneladas llegan a reunirse para exportar 1,5 millones de cajas. Sumando Ramallo, San Nicolás y Zárate conforman la zona productiva del Noreste bonaerense.
La ciudad está a 177 kilómetros de Capital Federal y se extiende a orillas del río Paraná y en el puerto de San Pedro nace el brazo del río Baradero que serpentea durante 46 km antes de desembocar en el Paraná de Las Palmas, con su cauce ancho, de entre 85 a 90 metros. Es famoso porque lo eligen los amantes de los deportes náuticos.
Patí, surubí, boga, dorado y bagre blanco son parte del abanico que buscan los pescadores que, cuando el clima acompaña en los meses de primavera y hasta el otoño, es la atracción de los campamentistas; además de un paisaje con barrancas al río, especies de flora autóctonas y el avistaje de aves tiene su anclaje entre Baradero y San Pedro.
Es un destino ideal para disfrutar del ecoturismo, del astroturismo y de la historia argentina. Las visitas a las áreas naturales son recorridos guiados en lancha, donde se puede disfrutar de la naturaleza, la navegación por el río Paraná y el avistamiento, tanto de flora y fauna, como también de las estancias antiguas que se mantienen en la región.
El astroturismo se ha convertido en el último tiempo en una de las tendencias con mayor crecimiento y tiene su anclaje en San Pedro, donde el cielo desbordado de estrellas, sin la contaminación lumínica que tienen las grandes urbes permite su observación con telescopios y guías especializados (@turismo.sideral).
Junto con la naturaleza, la producción y la observación del cielo, el Pueblo Turístico Vuelta de Obligado es una de las visitas imperdibles de San Pedro. Y se puede hacer durante todo el año. Para revivir la lucha por la soberanía en tiempos de entrega nacional.
Fuente Tiempo Argentino






