Los protocolos para el regreso presencial a las clases presentan algunas dificultades que las escuelas deben resolver. Si bien las autoridades educativas están dando a conocer guías que ayudan a organizar el
día a día, la vuelta a las aulas en medio de la pandemia de coronavirus requiere una planificación mucho más profunda y problemática. A esto se le suma la negativa de los gremios docentes de abrir las escuelas, con lo cual muchas instituciones prevén que contarán con un personal reducido para llevar adelante la enseñanza en las aulas.
El año pasado, en octubre, cuando volvió parcialmente la presencialidad, el Consejo Federal de Educación había aprobado un protocolo sanitario complementario, que incluía un “semáforo epidemiológico” para habilitar el retorno de las clases. Allí se establecía, como regla general, que los estudiantes debían ir al colegio dos horas y en tandas: tienen clases en burbujas de un máximo de 10 alumnos, con un mismo docente, y con una periodicidad de una vez por semana o cada 15 días, según el establecimiento.
Ahora, de en la cuenta regresiva hacia el inicio del ciclo lectivo 2021, el objetivo es ganar tiempo en las aulas. “Tomamos la decisión y estamos convencidos de que lo que necesitan nuestros chicos es lograr la presencialidad”, dijo la semana pasada el ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta.
En la Ciudad se está desarrollando un programa de escuela de verano, para los chicos que no alcanzaron los objetivos previstos para el año pasado.
Cada provincia deberá establecer sus reglas. En Buenos Aires, por ejemplo, el objetivo es que haya presencialidad de lunes a viernes en aquellos colegios de matrícula reducida. En las que tienen una mayor cantidad de alumnos, habrá escalonamientos a través de esquemas duales o híbridos que combinen actividades presenciales y no presenciales.
La Ciudad -que adelantó el inicio de clases al 17 de febrero- presentó un plan de regreso escalonado, con jornadas presenciales de 4 horas.
Ante las dudas qué plantea a los padres cómo se implementará este protocolo en las escuelas, desde el Gobierno de la Ciudad explicaron a Clarín: “La propuesta busca que todos puedan asistir todos los días de forma presencial. Si esto no fuera posible en alguna escuela en particular, existirá una propuesta remota para el tiempo que no puedan estar presencial. Tanto con cuadernillos y materiales de trabajo como la posibilidad de clases virtuales”.
¿Van a ver los mismos contenidos que sus compañeros que estén en la escuela? “Para los casos en que haya que acotar la propuesta presencial se propone un esquema de trabajo de ‘aula invertida’ donde se priorizan los contenidos prácticos en las instancias presenciales y los más teóricos en las instancias remotas. El docente que esté a cargo del aula tiene la posibilidad de definir la propuesta. Puede armar contenidos específicos, o plantear instancias sincrónicas durante el horario que sus pares de las áreas curriculares están a cargo de los grupo presencial”.
Los chicos volverán al colegios con pautas y protocolos que establecerá cada distrito.
Ante esta serie de recomendaciones por parte de las autoridades educativas, las instituciones deben planificar cómo instrumentarlas. Estela Dominguez Halpern, rectora del Instituto Industrial Luis A. Huergo, en San Telmo, sostuvo que “nosotros como un centro técnico estamos potenciando la presencia de los chicos en nuestro laboratorios y talleres, en todas esas actividades donde la simulación virtual no alcanzó para trabajar de manera adecuada en la integración de contenido”.
Estela contó que en su colegio durant febrero “los alumnos se van dividir en grupos y asistirán, por medio de un cronograma, a los laboratorios, dos o tres veces por semana, un solo turno, es decir cuatro horas. La idea es que los alumnos experimenten con el docente”.
En el Huergo también están diseñando un nuevo modelo didáctico, cuya calificación es con rúbrica y no con nota, con el objetivo de “ir focalizando capacidad y habilidades de los alumnos”. Dominguez Halpern señaló que los chicos que más sufrieron la falta de presencialidad fueron los chicos de segundo a quinto grado de la primaria, que el año pasado tuvieron solo una semana de clases. “Por eso, este año vamos también a focalizar en ellos”.
“Vamos a seguir con un modelo híbrido porque hay materias que van a seguir en la virtualidad. Pero los chicos, a través de proyectos, en especial la experimentación, van a venir a la escuela a trabajar“, agregó la rectora.
El ministro de Educación, Nicolás Trotta, dijo que “estamos convencidos de que lo que necesitan nuestros chicos es lograr la presencialidad”. Foto: Andrés D’Elía
“Una cosa es el protocolo y otra cosa es una escuela. La escuela está viva, y hay una dinámica que tiene que ver con la responsabilidad que cada uno desarrolla en este espacio, que es social”, cerró Dominguez Halpern.
Por su parte, Daniela Estecho, directora del Colegio Madre Sofia Bunge de Ituzaingó, también describe los problemas que debe resolver para abrir las aulas y desarrollar una enseñanza efectiva.
“Para este año, ya con la experiencia de 2020, tenemos diseñado un programa para todos los niveles, con plataformas sincrónicas y asincrónicas, con burbujas fijas y predeterminadas, y con una asistencia presencial tres veces por semana, cinco horas por turno. Las plataforma sincrónicas son las clases virtuales que se dan por Zoom y las asincrónicas son aquellas materias o contenidos que se mandan por mail y que los alumnos después tienen que desarrollar en la casa y después volverlo a enviar para su evaluación”.
Aclaró que los que no vayan a la escuela, tendrán clases. “Los chicos van tener clases todos los días. Si no van a la escuela, tendrán la clase virtual. La presencialidad será de cinco horas y la virtualidad, de tres. También tenemos un sistema de alternancia por semana. Es decir, el grupo A que tuvo tres clases presenciales la primer semana, tendrá dos la semana siguiente, ya que el grupo B va tener tres clases presenciales esa segunda semana”.
Estecho admitió que organizar las clases, en este contexto de pandemia, es una “tarea titánica” y aseguró que “este año es un nuevo desafío para la comunidad educativa”.
Los colegios buscan establecer protocolos de seguridad y egreso escalonado para reducir el riesgo de contagios de coronavirus. Foto: Télam
Sobre los contenidos de este año, la directora aseguró que “está garantizo el total de la currícula” y en cuanto a las calificaciones, Estecho contó que “la evaluación es procesual e integral. Las notas cuánticas condicionan al alumnos. En la escuela estamos para que el estudiante aprenda, más allá de la nota que pueda llegar a sacar en un examen”.
Silvia Fernandez, directora del Colegio José Hernandez de Merlo, reconoció que tienen muchos desafíos para poner en práctica el protocolo. “Este año tenemos la ventaja de la experiencia de 2020. Sin embargo, es muy dificil planificar porque tenemos, no solo el contexto de la pandemia, sino también un problema de personal, ya que no sabemos con cuántos docentes vamos a contar para arrancar las clases de forma presencial”.
Fernández contó que su escuela adoptará un sistema de presencialidad semanal. “Un grupo vendrá toda la semana, tres horas por día, todos los días. Mientras que el otro grupo va recibir clases de forma virtual. Luego, en la segunda semana, va ser al revés, y así todo el año”.
Aclaró que es muy importante que los alumnos vean exactamente el mismo contenido, el mismo día, de forma presencial y virtual, para darle continuidad a la pedagogía. “Los chicos en las aulas y en sus casas van recibir el mismo contenido, el mismo día, la misma hora. Porque, de lo contrario, el aprendizaje se atrasa mucho, debido a que un grupo debería esperar una semana para alcanzar al otro en los contenidos”.
En cuanto a los contenidos, Fernandez dijo que “el objetivo es dar los núcleos prioritarios, que son los temas que no pueden dejar de darse. Teniendo en cuenta que este año no va ser muy distinto a 2020, nos vamos a dedicar a que los chicos aprendan lo imprescindible“.
El tema de los horarios es otro problema que las instituciones educativas deben resolver con cuidado. “Nosotros tenemos pocos ingresos, y para evitar que la gente se junte en la puerta, decidimos hacer turnos de tres horas. Si no la jornada educativa se haría larguísima, debido a los horarios de egreso e ingreso escalonados”.
La directora también apuntó que es muy importante que “tanto los chicos como los padres entiendan que este año vamos evaluar como si fuera un año normal, porque si no lo hacemos, los estudiantes se relajan demasiado y no estudian“.
Fernández aseguró que se mantendrá el sistema de rúbrica, aunque agregó que este método trae problemas. “Al poner una letra y no un número, lo que estamos evaluando del alumno es algo general, una tentativa. Esto, el año pasado, causó problemas en los egresados, porque ellos necesitan un promedio para tener el título de la secundaria, y con la rúbrica esto no se puede hacer. Con lo cual, los egresados del año pasado aún no tienen los titulos de secundaria. Es un problema que las autoridades educativas jurisdiccionales aún no resolvieron”.
DD
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